Así descubrí la indispensable clave para recibir gracia

Así descubrí la indispensable clave para recibir gracia

“Hace algunos años atrás una pregunta tuvo un gran impacto en mí…” Lee la experiencia que cambió la vida de Thomas Auchet.

6 Min ·

Cómo recibir gracia 

Hay un versículo en Santiago que puede ayudarte en cualquier situación. Yo mismo lo he experimentado en mis circunstancias. Es un versículo muy simple, por eso es fácil recordarlo: 

“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:6. 

Este versículo es muy conocido, y si lo recuerdas en cada situación de la vida cotidiana a la que te tengas que enfrentar, será la clave para resolver los problemas en los que te encuentres. Cuando hablas con alguien que no está siendo muy amable contigo, sé humilde y encontrarás la manera correcta de reaccionar. Cuando tengas que tomar una decisión, ya sea grande o pequeña, sé humilde y Dios te dará de Su gracia y sabrás que elegir. Este versículo me ha ayudado muchísimo en los últimos años.

“No soy nada”  

Hace algunos años atrás estuve en una conferencia cristiana de año nuevo. Era 31 de diciembre, estaba sentado en la sala donde predicaban, y de repente un pensamiento llegó a mi cabeza y causó un gran impacto en mí. “¿Por qué estoy aquí?” “¿Elegí yo personalmente estar aquí?” Siempre fui a la iglesia, disfrutaba estar con mis amigos y los grupos de jóvenes, me encantaba estar involucrado en recaudar fondos y hacer otras actividades. Sin embargo, Dios me mandó esta pregunta “¿Por qué estás aquí?” “¿Elegiste personalmente estar aquí? Tuve que admitir que solo estaba allí por mi propia fuerza y fue porque tenía un ego muy grande, es por eso que Dios tuvo que confrontarme con esta pregunta.

Luego de lo que experimenté en la conferencia, pasé por un tiempo donde me sentía muy mal. Emocionalmente estaba muy abajo y fue una etapa muy triste para mí. Esta etapa duró 5 años, pero Dios tuvo que hacerlo así para quebrantar mi fuerza humana. Él me mostró que mi propio razonamiento no podía llevarme a la felicidad. Tenía muchas preguntas sin respuestas. Sin embargo, tuve que pasar por esta situación específicamente para que Dios pudiera mostrarme que: “No eres nada por ti mismo.”

Recuerdo que alguien dijo una vez que tenemos que meter el dedo en la tierra para recordar de dónde venimos, hablando en sentido figurado. Somos como polvo en el inmenso universo que hay, pero, aun así, somos tan orgullosos y pretenciosos que disputamos con Dios. Por mí mismo, no podía encontrar un camino que me trajera alegría y reposo. Tuve que humillarme; tuve que admitir que solo por la gracia de Dios puedo enfrentarme a la vida y solo por Su gracia puedo andar por el camino por el cual Jesús anduvo (Juan 5:30). 

“No ser nadie” no significa que “no tengo valor.” Soy alguien muy valioso para Él. Dios me creó perfectamente, pero para recibir gracia sobre mi vida, debo admitir que Él es el Dios todopoderoso y que todo está en Su mano. Esta mano puede levantarme si me humillo, pero también puede humillarme si me exalto.  

Recuerdo haber leído en Mateo 5 las bienaventuranzas, "bienaventurados los pobres en espíritu.” Esta y otras me hicieron pensar: “bien, si solamente creo en esta simple palabra, entonces seré bienaventurado (afortunado y feliz).” Si me humillo a mí mismo, Dios me va bendecir. Y eso es exactamente lo que pasó. Por esta razón estoy muy agradecido por el periodo en el que pasé. Realmente pude experimentar que por la gracia de Dios es posible ser bienaventurado. 

Durante esa etapa no entendía lo que pasaba. Pero ahora, estoy plenamente convencido de que el camino es ir hacia abajo. Todos los días recuerdo este versículo. Es realmente simple, muy simple. Si hay dos caminos siempre puedo elegir el camino hacia abajo. Ser humilde es el camino. No habrá ningún error si lo tomas.  

Lectura adicional: Una mejor comprensión de la gracia

El hombre no es nada 

Yo soy doctor, y trabajo en la ICU (Unidad de cuidados intensivos). En este trabajo veo muchas muertes y el fin de la vida para muchos. Por medio de esto, también he visto lo “nada” que somos. Puedo hoy estar aquí sentado y tener buena salud, pero tal vez en dos o tres horas también puedo estar en una cama de la ICU, o puede que tenga un accidente automovilístico, o quizás ahora estoy enfermo y no lo sé todavía. Así que, no somos nada. 

Me ha tocado ver mucha gente, muy joven, muy fuerte, y en unos pocos días o semanas, ya no están. Esto también me ayudó a pensar en lo serio que es la vida y lo frágil que es nuestra condición como seres humanos.  

Al final de tu vida todos pueden ver claramente el resultado de cómo has vivido. He visto personas que vivieron para sí mismas, y hoy están solas, tristes y amargadas. No obstante, también he visto otros que llegaron a estar completamente en paz con sus familias. Supongo que ese fue el resultado de sus vidas. Esto también me ha ayudado.

“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. 2 Corintios 12:9. La clave para recibir gracia estaba allí, justo en frente de mí, solo tenía que doblegarme. Dios puede ayudarme en mi debilidad. Esta clave es la llave que ha abierto una puerta para mi vida, y detrás de esta puerta está el camino para convertirme en un verdadero discípulo de Jesús. ¡Él se humillo a sí mismo, hasta la muerte de cruz! (Filipenses 2:8). ¡Ir hacia abajo y humillarme es un camino que lleva al cielo!

Mi profundo anhelo es caminar fielmente por este camino. El resultado final es la vida eterna, ¡qué gran recompensa! Aquí en este mundo los resultados de esta vida son paz, gozo y verdadera felicidad. Y asimismo puedo recibir todo lo que necesito en todas las etapas de la vida.  

Dios da gracias a los humildes. Esa es una simple y eterna ley de Dios. 

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.