Lo que debes saber después de entregar tu vida a Cristo
¡Ahora estás listo para comenzar una nueva vida!
Ya le has pedido a Jesús que entre en tu vida, has puesto en orden las deudas de las que sabías con la gente, has recibido perdón por tus pecados y tienes paz con Dios. Una carga ha sido quitada de ti; te sientes ligero y listo para una nueva vida que tiene valor en Cristo.
La Biblia dice: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Efesios 2:1-3.
En estos versículos podemos ver la enorme misericordia de Dios al habernos salvado de circunstancias aparentemente imposibles. Pero no solo somos salvados de nuestros pecados, sino que también de la influencia de las potestades espirituales que hacen que la gente actúe de maneras que están fuera de su control.
Una nueva vida en Cristo = Un nuevo anhelo
Este pasaje también nos revela lo que deben ser nuestras vidas como cristianos. Por experiencia sabemos que todavía estamos atados por nuestra propia naturaleza: a la forma en la que pensamos; a la forma en que reaccionamos ante ciertas personas y situaciones; a la forma en como reaccionamos cuando nuestros sentimientos suben y bajan de acuerdo a nuestro “estado de ánimo” y cuando nos encontramos en momentos en que no podemos detenernos a hacer algo malo. A menudo, podemos encontrar que seguimos “haciendo la voluntad de los deseos de la carne”, y solo nos damos cuenta hasta después de haberlo cometido. Sin embargo, la diferencia ahora es que así no es como queremos ser. Si Dios ha elegido poner Su amor sobre nosotros rescatándonos de nuestra manera de vivir, entonces seguramente tambié tiene planes mucho más grandes que el perdón de los pecados.
Más adelante en Efesios 2:8-9 podemos leer: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Por medio de la fe, el don de Dios – la gracia – vino sobre nosotros cuando llegamos a Jesús a pedirle, y recibimos, perdón por nuestros pecados. En esta fe debemos continuar toda nuestra vida cristiana; esta es la fe que trae consigo gracia, lo que también significa poder para ayudarnos en el momento oportuno [en el momento en que la necesitamos]. (Hebreos 4:16). La gracia es el poder para decir “¡No!” siempre que somos tentados a seguir nuestra antigua manera de vivir, o nuestros viejos hábitos; es el poder para vencer sobre el enojo, la amargura, la envidia y el rencor por la forma en como los demás nos trataron, y asimismo es el poder para perdonarlos y orar por ellos. En pocas palabras, la gracia transformará nuestras vidas.
Busca el poder de Dios para vivir una vida victoriosa
Una vida cristiana es una guerra contra el pecado y contra Satanás; una guerra en la que debemos vencer, así como lo hizo Jesús. Él venció sobre el pecado por haber sido obediente a la voz de Su Padre durante toda Su vida, y luego consiguió su victoria final sobre Satanás al ser crucificado en la cruz del Calvario. La palabra de la cruz es poder de Dios, escribe Pablo en 1 de Corintios 1:18. Y es este poder es el que también necesitamos para vivir una vida victoriosa.
Lectura adicional: La Palabra de la cruz: El cristianismo puesto en práctica
Necesitamos llegar cada uno individualmente a la fe en estos versículos: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20. Y “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” Romanos 6:6. De esta manera, el Espíritu Santo nos da poder para seguir los pasos de Jesús, perder nuestra propia vida y a cambio ganar la de Él. Este es el poder que debemos buscar para llegar a ser victoriosos; este es el poder que Jesús prometió a los discípulos antes de ascender al cielo, y lo mejor es que está hoy al alcance de todos los que buscan ser libres de sí mismos y vivir una vida totalmente para agradar al Señor.
Lectura adicional: ¿Por qué necesito el Espíritu Santo?
¡Piensa en llegar a ser alguien manso, alguien que antes “perdía los estribos” con la más mínima provocación, y ahora no! Cuando estamos crucificados con Cristo recibimos el poder para vencer en la tentación ¡Este es un tremendo testimonio para todos los que saben que algo ha sucedido en nuestras vidas!
No puedes hacerlo tú solo
Para poder crecer como cristiano, necesitamos alimento. Este alimento lo encontramos a través de leer la Biblia – nuestra guía para vivir la vida, y orando sobre nuestra propia necesidad de crecer para ser más como Jesús, e igualmente orando por otros. En cualquiera de los casos necesitamos la ayuda y la guía del Espíritu Santo. Él inspiró a los autores de los libros de la Biblia a escribir tal como lo hicieron, y Él nos interpretará lo que está escrito. Sin embargo, también necesitamos encontrarnos con gente que esté viviendo una vida victoriosa, en la medida que lo entiendan. Hablar los unos con los otros sobre nuestra esperanza y compartir nuestras necesidades construyen la comunión, y esa es una gran ayuda ya que nos hace crecer en nuestras propias vidas.
Es de Dios de quien esperamos recibir ayuda. Él es nuestro Padre, un Padre que solo quiere lo mejor para sus hijos y uno que quiere desarrollar una relación personal con cada uno de ellos. “… Despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.” Isaías 50:4-5. Seamos de los que se despiertan mañana tras mañana y dejan que Dios les hable; decidámonos a hacer lo que Él nos dice. Dios nos dará todo el poder (la gracia) que necesitamos para hacer lo que nos ha pedido. Esto es entregar nuestras vidas a Jesús: nosotros que solo somos pecadores de nacimiento y por costumbre, hemos sido llamados por Jesús para vivir una vida completamente nueva en Cristo, ¡la cual le traerá honor y alabanza a Su nombre!
Tomaste una buena decisión cuando elegiste volverte a Jesús. Su único deseo es ayudarte y transformarte completamente en tu interior. Él quiere bendecirte más allá de lo que te puedas imaginar o desear. Sigue confiando en Él con todo tu corazón y experimentarás grandes cosas en tu vida.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.