3 cosas que puedes dejar de hacer este año (y para siempre)
¡Esto mejorará tu felicidad considerablemente!
Estas son tres cosas en específico que la Biblia dice claramente que no hagamos, y que la mayoría de nosotros como cristianos conocemos bien. Estas tendencias se encuentran profundamente arraigadas en nuestra naturaleza que no vemos todas sus matices a la vez. ¿Cuál es el motivo subyacente detrás de lo que decimos, o lo que hacemos, o lo que no decimos o no hacemos? En una escala del 1 al 10, ¿qué tan libre creo que soy de estas cosas?
1. Preocuparse
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir… Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?" Mateo 6:25-27
Algunos de nosotros tenemos la tendencia de preocuparse mucho; algunos de ser más optimistas; otros sufrimos de reacciones físicas cuando vienen pensamientos de ansiedad, quizá podemos estar batallando con algo así, por lo que tal vez necesitamos ayuda profesional.
Hay muchas cosas que nosotros no controlamos, pero también hay muchas cosas que queremos controlar. Podemos gastar innumerables horas reflexionando sobre estas cosas, imaginando que es lo peor que podría pasarnos.
La próxima vez que seas tentado a preocuparte trata de averiguar de dónde proviene ese pensamiento y llévalo de regreso a su lugar de origen. ¿Quizás se deba a una falta de fe y confianza en Dios? Incluso si las "peores cosas que nos podamos imaginar" pasaran, ¿Creemos todavía en lo que Dios ha prometido, que todas las cosas nos ayudan a bien si le amamos? (Romanos 2:28)
Tener fe no significa que las cosas siempre van a ir de la manera que nosotros queremos que vayan; sino que significa que estamos en completo reposo y paz en todas la situaciones de la vida porque sabemos que Dios guía perfectamente todo lo que pasa.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” Mateo 6:33-34.
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2. Juzgar a los otros
“No juzguéis, para que no seáis juzgados.” Mateo 7:1.
No puede decirse más claramente, pero ¿es más fácil decirlo que hacerlo? si somos honestos con nosotros mismos, yo pienso que sí.
No podemos negar que un cerebro promedio piensa miles de cosas en un día. Constantemente estamos procesando lo que vemos, oímos y vivimos; nuestro cerebro crea impresiones, especulaciones y conclusiones, ¿cuántos de estos pensamientos son 100% verdaderos, justos, honestos y puros? (Filipenses 4:8) Cuando se trata de nuestras impresiones sobre las otras personas, ¿asumimos cosas basadas en lo que vemos y oímos, o crees que hay más de lo que notamos a simple vista? "¿Encomendamos la causa al que juzga justamente?" (1 Pedro 2:23) Esto abre un terreno completamente nuevo a lo que significa llevar cautivo nuestros pensamientos.
¿Acaso esto nos dará un campo de batalla lleno de enemigos? Sí. ¿Será imposible vencerlos? No.
3. Murmurar
Juzgar en casi una reacción involuntaria para nosotros como personas, pero cuando nos damos cuenta de lo mucho que somos tentados a ello y comenzamos a trabajar para guardar nuestro corazón puro, entonces no cabe duda que la murmuración llegará a su fin de manera rápida.
¿Por qué tenemos la tendencia de murmurar? ¿Será acaso porque de alguna u otra manera tenemos envidia, estamos insatisfechos, somos despiadados e hipócritas; pero todavía creemos que somos mejores que los demás (es decir: orgullosos)? (Filipenses 2:3)
"…murmuradores, detractores… quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican." Romanos 1:29-32.
No importa cuántas de estas cosas vemos en nosotros, aún tenemos vida y el tiempo de gracia para ponerlas en orden. ¿Por qué no proponernos dejar de preocuparse, de juzgar a otros y de murmurar este año? Se encuentra profundamente arraigado en nuestra carne, pero podemos llegar a ser perfectos hasta donde brille la luz de Dios. Esto no solamente va hacernos considerablemente más felices, sino que también mejorará nuestras relaciones con los otros notablemente. ¡Piensa en tener un corazón puro, tan puro que brilla como una joya! ¡Aún no hemos sido perfeccionados, pero proseguimos a la perfección!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.