Permiso para ir adelante a la perfección
Mucha gente insiste en que no podemos ser perfectos, pero como Pablo dijo: vamos adelante a la perfección. Estamos en el proceso de ser perfeccionados.
"Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite." Hebreos 6:1-3.
La vida la que llegó Pablo como fariseo—una vida justa según la ley—le dio conocimiento de muchas cosas. También, supo cómo aplicar la ley y emitir juicios con perspicacia y entendimiento, pero esto no lo llevo a tener comunión, ni tampoco le enseñó a conocer a Cristo. En lugar de irradiar la naturaleza de Dios, irradió frialdad—una justicia sin misericordia, amor y unción.
Una carrera completamente nueva para Pablo
Cuando Jesús se reveló a sí mismo a Pablo en el camino a Damasco, Pablo empezó una carrera completamente nueva. A pesar de que Jesús desde el principio le mostró los sufrimientos que tenía que soportar, él no perdió la calma ni tampoco su ánimo, ya que también pudo ver la gloria y la libertad a la que los hijos de Dios podían llegar por medio del evangelio, y se dio cuenta que los sufrimientos que tenía que soportar no se comparaban con la gloria venidera en la esperanza del evangelio.
"… y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús." Filipenses 3:9.
Él mantuvo esta visión celestial hasta el final de su vida. Estaba asido de Cristo, y todas las cosas todas las estimaba como pérdida. El gozo por la gloria que ya había recibido no le impidió estar constantemente ayudando a la hermandad para invitar a otros a participar en comunión y crecimiento. Él escribe: "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado…" y después invita a los Filipenses y a todos y cada unos de los discípulos fieles a correr la misma carrera: "… pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." Filipenses 3:13-14.
Lectura adicional: ¿Sabías que la vida de Jesús puede convertirse en tu vida?
Adelante a la perfección: “¡Una cosa hago!”
"¡Pero una cosa hago!" ¡Bienaventurado es todo aquel que puede dar personalmente el mismo testimonio! ¡Ellos han recibido permiso del Dios Todopoderoso para seguir adelante a la perfección. Ellos están asidos de toda la plenitud y la vida de Cristo. La vida de Cristo, la cual ya han asido, no los detiene para cumplir más propósitos celestiales. La carrera para seguir a Cristo no es algo que tienen o deben de hacer; sino que es algo que se les ha permitido hacer, es un "¡privilegio!" Ellos sirven bajo el régimen del nuevo Espíritu y el resultado de su obra es la santificación. Salir y dejar su vida terrenal se convierte en la entrada a una vida eterna. Los poderes de una vida eterna se han penetrado en su mente y en sus vidas más y más durante su tiempo de gracia aquí en la tierra. Su vida es un testimonio de amor y devoción para el alma de su Esposo. Ambos han dicho "sí", y su anhelo es estar juntos toda la eternidad. Este es un permiso que Dios les ha dado.
"Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos." Apocalipsis 19:7-8.
Este artículo fue traducido del noruego y publicado por primera vez en el periódico de BCC "Skjulte Skatter" ("Tesoros Escondidos") en mayo de 2002.
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Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.