¿Eliges la puerta estrecha o el camino ancho?
¿Has calculado el costo?
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:13-14.
Estos versículos dejan muy en claro que la mayoría no suele pensar en vivir una vida más allá de esta tierra. Los versículos anteriores nos hablan de dos posibles resultados, ambos completamente opuestos – uno lleva a la perdición y el otro a la vida. Sin embargo, debido a que uno de los caminos aparenta ser más fácil que el otro a simple vista, ¡la mayoría de la gente elige el camino de menor resistencia. Si hablamos de las cosas terrenales es comprensible que alguien elija un camino menos complicado debido a los riesgos que implica, en algo más trivial; por ejemplo, elegir un trabajo en lugar de una educación. Pero Jesús estaba hablando de algo sumamente más importante – la forma en la que tomamos elecciones ahora, y cómo impactan en la eternidad.
En romanos 9:18 el apóstol Pablo escribe: “De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.” La misericordia y la bondad de Dios es lo que despierta a las personas y las lleva al arrepentimiento. La única razón por la que esto es posible es porque Jesús pagó el último sacrificio por cada uno de los pecadores al momento de morir en la cruz.
Dios manifestó su poder todopoderoso con ese acontecimiento al momento que Jesús exhaló Su último aliento de vida; el sol se oscureció, un violento terremoto partió las rocas y en ese preciso momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. ¡El significado de este acontecimiento es inmensurable, ya que no solo la humanidad podía reconciliarse con Dios a través de la muerte de Jesús en la cruz, sino que el desgarramiento del velo simboliza que el camino nuevo y vivo fue abierto para que la gente fuera salva por Su vida! (Romanos 5:10; Hebreos 10:20). Este es el “camino difícil” que lleva a la vida por el que Jesús invitó a Sus discípulos a seguirle en Mateo 7, y la única manera de seguirlo es entrando por la puerta estrecha.
El costo de entrar por la puerta estrecha
Entonces ¿cuáles son los requisitos para entrar por la puerta estrecha? El mismo Jesús nos da lo que se necesita para seguir los pasos que dejó en el camino angosto: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” Lucas 14:33. En pocas palabras, le cuesta a una persona literalmente todo. Y el epicentro de este “todo” es ese enorme ego que tiene que ser dejado en la puerta, o puerta en este caso se refiere permanentemente a todo el camino. El nombre que Jesús le da a esto es “aborrecer tu propia vida.” (Lucas 14:26).
Obedecer estos requisitos “no negociables” del discipulado es la única manera de mantener intacta nuestra relación con Jesús. Esto significa que todo rencor, no importa cuán justificado sea, debe ser dejado. También las ambiciones o las expectativas de “cómo debería ser mi vida” deben ser sacrificadas. Lo mismo con todas las demandas de cómo los demás deberían de tratarme. Básicamente, debemos dejar todo lo que sea necesario para mantener un corazón puro y preservar ese amor ardiente por Cristo – aun cuando signifique ser mal entendido por amigos y familia.
Aquí es donde la puerta ancha comienza a verse como una alternativa bastante agradable en comparación a lo que vemos que se requiere para entrar por la puerta estrecha. Sin embargo, las consecuencias de tomar el camino ancho son muchas.
El costo de no entrar por la puerta estrecha
Con una apariencia de cristiano arrepentido intacta, uno puede ir por la vida caminando en el camino ancho sin darse cuenta que esta maravillosa fachada está inevitablemente en rumbo de colisión con las poderosas fuerzas del pecado y sus consecuencias. ¿Por qué? Porque ni aun con la mayor cantidad de dominio propio uno puede evitar que el “viejo hombre con sus pasiones y deseos” se corrompa con el paso del tiempo. (Efesios 4:22). Si no se vive una vida crucificada con Cristo la raíz misma del pecado no puede enfrentada, pues la inmundicia lleva a más iniquidad. (Romanos 6:19).
Seguir el camino ancho solo lleva a la destrucción, la destrucción de una vida que al principio tenía un gran potencial de tener una herencia en la eternidad, al renunciar a todo para seguir a Jesús cuando él se presenta con la oportunidad de seguirle.
Entra por la puerta estrecha, no te arrepentirás
Por otro lado, para aquellos que tienen genuinamente hambre y sed de justicia, y además están hartos de no llegar a la vida que Dios ha prometido, la invitación a entrar por la puerta estrecha es la oportunidad de su vida, una oportunidad para liberarse de una vez por todas de las ataduras del pecado y de toda la miseria ligada a él. Por supuesto, esto significa que los rencores, como se mencionó antes, ya no pueden ser albergados por más tiempo. Las buenas noticias son que los sufrimientos que conllevan crucificar la vieja vida siempre serán temporales, pero el resultado y lo que llena ese vacío – las virtudes de Cristo – es eterno. Además ¿Cuándo ha traído felicidad duradera aferrarse a la amargura y el resentimiento?
Esta vida crucificada con Cristo es de tiempo completo. Cada día implica tomar una implacable batalla en el interior para negar toda forma de pecado. La Biblia llama a esto la buena batalla de la fe. Un aspecto que es difícil de entender para un discípulo con una buena conciencia es que el autorreconocimiento = progreso. Reconocer muy profundamente que el deseo por recibir honor estaba detrás de la obra más noble que hice en el día puede ser doloroso, pero llamar al pecado por lo que es, y llevar a la muerte por medio del Espíritu estas obras que inconscientemente salen de nuestro cuerpo, es la clave para seguir avanzando en el camino angosto.
Hay algo extraordinariamente agradable en la gente que ha echado toda su carga sobre el Señor, que no tiene una reputación que defender y que se ha convertido en valientes guerreros de Dios en la lucha contra su propio pecado interior. Ellos aman a Jesús con todo su corazón y no es difícil ver que el camino angosto los ha hecho genuinamente feliz. Y ahora tú que has leído hasta aquí, ¿por qué no dejas todo, entras por la puerta estrecha y te unes a los que van por el camino que lleva a la vida?
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.