¿Es Jesús tu primer amor?
Es bueno para nosotros hacer una auto-análisis para ver si Jesús es todavía la prioridad en nuestras vidas.
“Has dejado tu primer amor”
Jesús a través del Apóstol Juan, escribió una carta al ángel de la iglesia de Efeso. Él le dijo:
“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.” Apocalipsis 2:2-4
Entonces, a pesar de todo su buen trabajo, estos no fueron suficientes, porque él dejó su primer amor – este primer amor por Jesús que nació en su corazón desde la primera vez que creyó.
¿Qué es el “primer amor”?
Este primer amor significa un amor que este sobre todas las cosas: el más grande amor.
Más grande que el amor por:
- Nosotros mismos
- Nuestra familia
- Nuestros amigos
A pesar de que amemos, sirvamos y demos a los otros, nuestro amor por Jesús tiene que estar por encima de todo esto, solo así podemos amar a los demás con un amor divino. Es por esto que Jesús dijo:
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.” Lucas 14:26.
Amar a Jesús es cumplir Sus mandamientos. (Juan 14:15) Es por eso que si algo – nuestros propios deseos, o nuestra relación con los otros – nos tentara a incumplir alguno de Sus mandamientos, teniendo el primer amor causaría en nosotros ponerlo a Él por encima de todo y escoger hacer lo bueno. Es por eso que Jesús usa una palabra tan fuerte como la palabra odiar. Es un odio contra cualquier cosa que nos haga pecar contra Él.
Cuando tenemos este primer amor, hacemos todo por causa de Jesús. Nosotros no hacemos el bien y escogemos lo correcto por ser una obligación, ni tampoco lo hacemos por recibir honor. Lo hacemos solo por una razón, y esto es por Jesús.
Primer amor: Hacer las cosas por las razones correctas
Podemos fácilmente ser celosos para hacer buenos trabajos, especialmente cuando se trata de nuestro ministerio exterior, por las razones incorrectas. Tenemos que juzgarnos a nosotros mismo constantemente y limpiarnos de cualquier tipo de codicia de honor para uno mismo, cualquier deseo de tener un buen nombre delante de las personas. Entonces podemos ser recordados de nuestro primer amor por Jesús, y todo lo que hagamos será hecho en amor. (1 Corintios 16:14)
Podemos fácilmente ser influenciados en hacer las cosas de acuerdo a lo que nuestros amigos y familia piensan y dicen. Estamos preocupados de lo que ellos pensarán si hacemos esto o aquello, o dejamos que razones humanas y opiniones nos convenzan y alejen de cumplir los mandamientos de Cristo. Ser recordados acerca del primer amor significa que nosotros pesamos nuestras acciones en una sola escala, y esta es la palabra de Dios.
El primer amor por Cristo nos conduce a buscar el ser conforme a Su imagen y aprender a actuar y reaccionar igual como Él lo hubiera hecho (Romanos 8:29) Es así que los frutos del Espíritu se convierten en nuestra naturaleza y nosotros aprendemos amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. (Gálatas 5:22-23) Entonces nuestras acciones son una bendición y ejemplo, y podemos mostrar a la gente el amor divino. Cuando Jesús es nuestra primer prioridad, la relación puede florecer porque todo lo que hacemos es libre de la persuasión del pecado y egoísmo. Primero nuestra relación con el Padre y el Hijo, y después también nuestras relaciones terrenales.
Lectura adicional: ¿Sabías que la vida de Jesús puede convertirse en tu vida?
Una carta de Jesús
¿Qué diría Jesús si escribiera una carta para ti? Sería Él capaz de elogiar tu amor por Él, o serías tú como el ángel de la iglesia de Efeso, necesitarías ser purificado para “… recordar, por tanto, de dónde has caído, y arrepentirte, y hacer las primeras obras?“ (Apocalipsis 2:5) Tener este primer amor y estar animado de hacer las cosas por Su nombre cuando primeramente dimos nuestro corazón a Jesús es bueno. Pero recordar y permanecer en el amor a través de todas las situaciones de la vida, durante toda nuestra vida, sin cansarse, y sin buscar lo propio, es lo que conduce a la vida eterna.
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobrevuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.” Judas 20-21
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.