Tiempo de cambio
¿Cómo puedes ser parte del mayor cambio de la historia?
Jesús vino a traer un cambio en la humanidad; Él vino a derrocar la tiranía que suprime esta tierra. ¿Sabes cómo puedes ser parte de esta increíble obra?
Imagina que vas caminando por la calle en una noche tranquila, una noche como cualquier otra. De repente, un periódico revolotea sobre tus pies y comienza a llover. Te pones la capucha y sigues caminando. Al otro lado de la calle hay un hombre pidiendo dinero. A lo lejos se escuchan las sirenas, y poco después un coche de policía pasa cerca de ti. Los truenos retumban y sigues tu camino.
La gente discute fuera de las tiendas; una relación termina por aquí; una madre soltera pierde su trabajo por allá. En esa misma ciudad alguien pierde una fortuna en el Casino; algunos otros están gritando, mientras que otros están llorando y los codiciosos políticos y empresarios importantes esparcen la corrupción como una niebla de humo por todas partes.
El mundo entero se encuentra bajo la opresión del pecado, el cual es la raíz de todos los problemas, de cada lágrima y padecimiento aquí en la tierra. Por todas partes puedes ver miseria, necesidad e injusticia, y la raíz de todo esto: el pecado. El mundo a sido contaminado. Y mientras más pasa el tiempo las cosas se ponen peores y más oscuras. Todo esto fue profetizado por Jesús. (Lee Mateo 24) Pero, ¿cuál es Su plan con todo lo que está pasando?
Eliminando la raíz del problema
Un verdadero cambio ya está en marcha. De hecho, comenzó con Jesucristo mismo hace casi 2000 años. En Sus día también había codicia, crimen, corrupción, miseria e Israel estaba bajo el poder del imperio romano. Los judíos esperaban un salvador que los liberara; alguien que viniera y derrotara la tiranía opresiva en la que estaban.
A decir verdad, no hay mucha diferencia con nuestros días. En realidad, no estaría mal si las compañías codiciosas, los gobiernos tiránicos, los grupos terroristas y otros males fueran derribados por un poderoso héroe y conquistador.
Pero Jesús no vino a curar los síntomas de la herida, sino que vino a eliminar la raíz del problema; Él no vino a derribar a los gobernantes de este mundo sino que vino a derrotar al pecado mismo. (1 Juan 3:8)
Eso es exactamente lo que hizo Jesús, Él vivió toda Su vida en completa victoria sobre el pecado y derrocó al tirano Satanás, también demostró al mundo de una vez por todas que la humanidad no necesita estar bajo el poder de Satanás. La revolución comenzó tranquilamente desde la temprana vida de Jesús, y se llevó a cabo con humildad y sencillez. Jesús venció todos los días a Satanás al decir “no” al pecado y al no inclinarse ante él. La Biblia llama a esto “padecer en la carne.” (1 Pedro 4:1) Aun cuando Jesús estaba muriendo en la cruz, en agonía y humillación, no pecó, sino que le mostró al mundo que Satanás ya no tenía el dominio absoluto.
Derrocando al tirano
El tirano es el enemigo contra el cual luchamos.
Nuestra guerra no es contra tiranos humanos, políticos y pecadores de este tiempo. Ellos son simplemente un síntoma del problema más grande. (Efesios 6:12) La raíz del problema es nuestro propio pecado, y la meta de la obra de Jesús, el cambio que vino a introducir, es eliminar el pecado por completo.
Los discípulos de Jesús toman su cruz y niegan su propia voluntad; ellos vencen a sus enemigos llevando cada pensamiento cautivo, negándose a estar de acuerdo con el pecado que los tienta. (Colosenses 3:5) Sus discípulos eligen reaccionar con humildad cuando hacen algo mal. Ellos eligen bendecir cuando son dañados; eligen dar cuando están en necesidad. Cuando la codicia, ira, ansiedad, orgullo, envidia, impureza, y todos los otros pecados intentan entrar en sus corazones, los discípulos los rechazan. Ellos llevan esos pensamientos a la muerte, niegan estar de acuerdo con todo pensamiento pecaminoso. ¡Ellos eligen luchar y cambiar por completo!
Jesús en el trono
El objetivo de este movimiento, relativamente oculto pero poderoso, es poner a Jesús en el trono de la tierra. Cuando Satanás, el príncipe de este mundo sea vencido por medio las luchas de los seguidores de Jesús y cuando ellos hayan condenado completamente el poder de Satanás en todas las áreas, Dios decidirá y dirá: “ya es suficiente.” En ese momento el régimen de Satanás terminará y Dios dejará a cargo a Jesús sobre la tierra. (Apocalipsis 19:11)
Esta será la segunda venida de Cristo y comenzará con el reino de los mil años, en los cuales solo habrá paz, gozo y armonía en la tierra. (Lee más acerca de el reino de los mil años aquí).
Con Jesús en el trono y los siervos de diablo desplazados, puede la paz y la justicia esparcirse sobre la tierra. La mancha del pecado se encogerá más y más a causa de la luz que atraviesa la oscuridad y comenzará a sanar. En aquel tiempo los discípulos de Jesús ya habrán conquistado la raíz del pecado que había en ellos y llegará la hora de a curar los síntomas.
Las personas que eligieron servir a Jesús se pararán frente a todos esos dictadores, políticos corruptos y hombres codiciosos de negocios que oprimían y abusaban de la gente y ¡los derribarán! Además de que tendrán el poder y la autoridad necesaria porque ya vencieron la tiranía del pecado en sus propias vidas.
Mientras sigues caminando por la calle y vas viendo todo el sufrimiento y miseria a tu alrededor, las nubes se oscurecen más sobre ti, y te preguntas a ti mismo ¿cómo se va resolver todo eso? La respuesta está en la culminación de la gloriosa y oculta obra de Jesús: Su segunda venida. Todo irá bien cuando Él regrese. El hombre al otro lado de la calle ya no pedirá dinero, todos los gritos y pleitos se acabarán, ¡la justicia reinará y la opresión será cosa del pasado! Ya no habrá más lágrimas ni sufrimiento.
¿Quieres formar parte de aquellos que derrocan al tirano del pecado?
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.