Por qué te conviene vencer con el bien el mal
Es algo muy común querer defendernos o tomar represalias de alguna manera si pensamos que somos maltratados. ¿Pero es eso lo que Jesús nos enseñó hacer?
En el Sermón del monte Jesús enseñó sobre las cosas que Él había vivido, mostrándonos el camino que deberíamos seguir. Jesús dijo que cualquiera que oyere esas palabras, y las hace, sería comparado a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. La casa se mantendría en pie cuando las tormentas la golpearan. Estos eran los mandamientos de Jesús, que los que le aman le obedecen. (Mateo 7:24-25; Juan 14:21).
Uno de los mandamientos que Jesús nos da, es amar a nuestros enemigos, bendecir a los que nos maldicen, y hacer bien a los que nos ultrajan y persiguen (Mateo 5:38-45). En al Antiguo Pacto, solía ser ojo por ojo, pero Jesús abrió un camino completamente diferente para que nosotros sigamos.
Vence con el bien el mal
Pablo escribe que, nosotros mismos, no deberíamos vengarnos, porque la venganza es algo que a Dios le corresponde. Solamente Él puede hacerlo de manera justa. No debemos devolver mal por mal, sino procurad lo bueno delante de todos los hombres. ¡No fuimos llamados a ser vencidos por el mal, sino a vencer con el bien el mal! (Romanos 12:17-21). Si alguien es malo con nosotros, nosotros no debemos ser malos con ellos.
Una muy fuerte tendencia humana es defenderse y responder de la misma manera en que se nos habla cuando alguien se nos opone. Vemos que el pecado en nuestra carne quiere atacar, vengarse, amenazar, responder y justificarse. Es común querer tener la última palabra en una situación para que sintamos como si hubiéramos llegado a la cima. Es común juzgar, acusar, criticar y acudir a otros para que nos apoyen. La verdad es que reaccionar de esta manera es tratar de vencer con el mal el mal. Estas tentaciones son comunes para los hombres, así como leemos en 1 Corintios 10:13. Pero cuando somos tentados, hay una salida que Dios ha hecho para que podamos soportar. En otras palabras, ¡podemos vencer sobre las tentaciones!
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Jesús venció todo este tipo de tentaciones, y abrió la posibilidad para que nosotros también hagamos lo mismo. “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” 1 Pedro 2:23. Él, se humillo a sí mismo, encomendando la causa a Dios. Él no permitió que sus sentimientos y pensamientos (su propia voluntad) lo dominaran, sino que hizo lo que escuchó del Padre. (Hebreos 10:7).
Siempre hay oportunidades disponibles
No necesitamos tener grandes enfrentamientos con la gente para hallar algo en nuestras vidas; algo tan simple como el ser contradicho puede mostrarnos algo. Puede ser realmente un sufrimiento no reaccionar impulsivamente. Tenemos que obedecer lo que Santiago escribe, ser tardos para hablar, tardo para airarse, pero pronto para oír, recibiendo con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvarnos de nuestras reacciones anímicas (Santiago 1:19-22). Es en estos tiempos que el Espíritu nos fortalece con la palabra que hemos escuchado y aprendido, para que podamos negar el deseo de defendernos o tomar represalias de alguna manera. Tenemos que humillarnos, como Jesús, y ser obedientes.
Pablo testificó que estaba atribulado en todo, perseguido y derribado, pero siempre llevaba en el cuerpo la muerte del Señor Jesús, por lo que pudo responder con las virtudes de Jesús. (2 Corintios 4:8-11) ¡Eso es lo que significa realmente vencer con el bien el mal! ¡Y es entonces cuando encontramos y creamos paz en lugar de angustia y el conflicto! ¡Y no solo eso, sino que el mal en nuestra propia naturaleza, esas pasiones y deseos que surgen de nuestra carne, son vencidas con el bien! ¡Crecemos en la virtud; el fruto del Espíritu crece en nosotros!
Siempre vamos a tener oportunidades de encontrar nuestra vida y perderla por causa de Jesús. Estas oportunidades son para que crezcamos en las virtudes de Jesús. Cuando se nos trata injustamente podemos acudir al trono de la gracia para pedir ayuda y responder con paciencia, misericordia, longanimidad, compasión, bondad y amor. Esto tiene un efecto mucho mejor en aquellos con los que tratamos que las reacciones de nuestra carne.
La letra de esta canción muestra claramente cómo podemos vencer con el bien el mal:
“¿Quieres seguirle a Él, a ti mismo negar;
por el nuevo camino andar?
Síguelo a Él, que fue odiado más supo con amar.
¡Ante ti sus pisadas están!”
(Fragmento editado de: Skjulte Skatters Forlag. “Caminos del Señor” #314).
Es así como nos convertiremos realmente en el hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. ¡Nada de lo que digan o hagan los demás podrá conmovernos!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.