Naturaleza vs educación – ¿Existe alguna razón de por qué somos como somos?
¿Hay alguna razón para culpar a nuestro pasado o nuestros genes por ser lo que somos hoy? ¿O podemos asumir la responsabilidad de nuestras propias vidas?
Naturaleza vs educación es uno de los argumento más antiguo de la historia de la psicología. ¿Nací con profundas características y rasgos permanentes que se manifestarán en mí y al mismo tiempo formarán lo que soy, independientemente de mi entorno? ¿O mi educación y mi entorno fueron los responsables de formarme y hacerme quien soy hoy?
Muchos han examinado el asunto y al final es probablemente una combinación de los dos. Pero ¿por qué la gente necesita una respuesta a esta pregunta tan antigua? ¿Por qué hay tanta intranquilidad cuando se trata de este tema?
Naturaleza vs educación: Dios no es injusto
Creo que es porque la mayoría no quiere asumir la responsabilidad de quienes son y qué han llegado a ser. El criminal mira el pasado de su padre que también fue criminal y lo culpa por haberlo traído en el mismo camino. El esposo divorciado mira a sus padres que se divorciaron cuando él era muy joven para explicar su incapacidad de amar a su esposa.
¿No sería injusto decir que el camino y el resultado de nuestra vida es un subproducto de nuestra genética o educación? ¿Qué no es posible encontrar felicidad a menos que nazca con los padres correctos y crezca en una sociedad correcta…? Si esto fuera cierto yo también estaría de acuerdo; sería extremadamente injusto.
La verdad es que: Dios planeó un camino mucho mejor en el que cualquiera puede andar; un camino hacia la felicidad y la paz. “¡Qué ridículo!”, puedes pensar, cuando ves por todo lo que has pasado. “Ha habido tantas cosas en mi vida que yo no pude controlar, las cuales me han llevado a ser la persona amargada y enojada que soy, no hay manera para mí de tener una felicidad y paz duradera.” Sí, es cierto que encontraste muchas situaciones en tu vida en las cuales no tenías voz ni voto. Lo que no es verdad es decir que no pudiste decidir sobre el resultado de estas situaciones.
Lectura adicional: El factor que determina tu felicidad
Jesús es el mejor ejemplo
Aquellos de nosotros que creemos en Jesucristo como Salvador y Redentor de la humanidad tenemos un ejemplo increíble de alguien que salió de las situaciones de la vida triunfante y victorioso, en lugar de desanimarse y estar amargado. La vida de Jesús tampoco fue fácil; Él fe nacido en un establo y criado como el hijo pobre de un carpintero.
En Isaías 53:2-3 se describe al Mesías diciendo: “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto.” Considerando su origen trato, ¿no hubiera sido justo, e incluso esperado, que Jesús reaccionara con frialdad, ira y amargura en contra del mundo; para volverse una persona desagradable y apartada?
Tal entendimiento y pensamientos “razonables” llegaron a su fin en Jesús. Aunque fue tentado a reaccionar ante sus situaciones como todas las generaciones de hombres antes de Él, no lo hizo, sino que clamó a Su Padre en Su necesidad con “ruegos y súplicas” para ser salvado del pecado, y así le fue dado poder de Dios para reaccionar en sus situaciones como nunca nadie lo había hecho antes (Hebreo 5:7-8).
Él pasó por situaciones donde se sintió desamparado, pero en lugar de desanimarse y no creer, reaccionó con esperanza y fe. En medio de la burla y el desprecio Él mostró amor y perdón. (1 Pedro 2:21-24) Emprendió una batalla tan ferviente para liberarse del ciclo del entendimiento humano que pudo predicar las palabras que leemos en Mateo 5:44 con su con propia vida. “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.”
¡El futuro puede ser mucho más glorioso que el pasado!
¿No es inspirador? ¿acaso esto no te llena de esperanza? El problema de Jesús no era el hecho que había enemigos persiguiéndolo y que otros le utilizaban maliciosamente. El problema estaba en el hecho que, como hombre, hubiera podido considerarlos como enemigos y odiarlos. Sin embargo, Él vio la culpa en sí mismo y la combatió para reaccionar con amor y bendición, dejando un aroma de vida y paz a donde quiera que fue.
Empieza a ser honesto contigo, examínate interiormente y creo que vas a tener que admitir que tienes una posibilidad de cambiar el resultado de tus situaciones, que no eres solamente el subproducto de tu formación o genética.
Por supuesto estos contribuyen, y en ocasiones puede ser difícil liberarse, ¡pero todo poder en la tierra pertenece a Dios y este poder está disponible para ti! Tú puedes liberarte de cualquier cosa que haya tenido poder en tu vida.
El hecho que fuiste descuidado e ignorado por tus padres no significa que tú tengas que ser frío y distante con tu propio hijo. Reconoce que no estás seguro de cómo criar un hijo y que tu propia voluntad puede también ser la base de esto. ¡Clama a Dios! Pídele ayuda y sabiduría para criar y amar a tu hijo y así, estés dispuesto a llevar a cabo cualquier cosa que Dios te revele sin importar el precio. Necesitarás renunciar a algo de ti mismo; tu tiempo personal, tu voluntad e ideas propias pero la recompensa va a ser más de lo que te podrías imaginar: una transformación interior, donde la felicidad y el sentido toman raíces muy profundas en ti y fluyen hacia tu alrededor.
¡Nos espera una vida gloriosa!
El apóstol Pablo usó su tiempo y su cuerpo para divulgar este evangelio de transformación, y en una carta a la iglesia de Roma escribe: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romano 8:18. Todo a lo que tuvo que renunciar en cuanto a su tiempo, energía y propia voluntad no se puede comparar a la gloria de la vida que se había revelado en él: una vida manifestando las virtudes de Cristo.
¡Entonces comienza hoy! Si tienes una necesidad ardiente en tu corazón de cambiar tu vida por completo y darle una nueva dirección para iniciar un camino de esperanza y posibilidad, libre de tu pasado. ¡Clama a Dios! Es donde encontrarás el poder que necesitas en tus situaciones para reaccionar como Cristo y liberarte del poder del pecado en tu vida. Un clamor así de un corazón entero y en necesidad, es oído por Dios. Aún Sus propias leyes lo obligan a contestar con abundancia. (Deuteronomio 30:9-10) Entonces podrás ver claramente el camino delante de ti y te darás cuenta al final de tu vida que tuviste exactamente la batallas, las victorias y el gozo que te llevó a donde estarás.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.