Alma y espíritu: ¿Cuál es la diferencia?
Todo individuo tiene un alma y un espíritu, dados por Dios. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos y qué influencia tienen en nosotros?
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12.
¿Cuál es la diferencia entre alma y espíritu?
Adán fue creado del polvo de la tierra y llegó a ser un alma viviente. Debido a esto, nuestros sentidos, lo que contiene el alma, tienen contacto con la tierra. Por tal razón nuestros sentimientos cambian de acuerdo a lo que sucede a nuestro alrededor. Todo lo que está en la tierra es inestable y cambia constantemente, de modo que si una persona le permite a su alma controlar su vida, nunca estará en reposo. A través del alma – mis sentimientos y sentidos – tengo contacto con la gente. Alguien que vive según su alma está siempre intranquilo, ocupado respecto a lo que otras personas piensan y dicen sobre él.
A través de mi espíritu tengo contacto con Dios. Sin embargo, cuando soy anímico – dirigido por mi alma – vivo de acuerdo a mi propio entendimiento, mis sentidos, los cuales son terrenales, y mi cuerpo es esclavo de este mundo. De esta manera mi espíritu se llena de lo mundano y como resultado, tengo un poco o ningún contacto con Dios. La salvación en Cristo está destinada a cambiar este vínculo, para llegar a ser espiritual y celestial en lugar de anímico y terrenal. El resultado es una vida de fe en lugar de una vida según mi entendimiento humano.
El propósito es que nuestro espíritu sea vivificado para que Dios pueda hablarnos; tenemos que vivir para Él y las cosas celestiales. De este modo encontramos reposo para nuestras almas. Las cosas celestiales son eternas e inconmovibles. Cuando vivimos ante el rostro de Dios, somos libres de la gente y de esa inquietud que genera el vivir para ellos.
La Palabra de Dios: una espada de dos filos
Es aquí donde la Palabra de Dios debe hacer una obra en nosotros. Es más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y espíritu, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Esto está escrito para entrar en Su reposo.
Usualmente juzgamos situaciones de acuerdo a nuestros sentimientos y razonamiento humano; pero si he comenzado a buscar a Dios, abro mis ojos y oídos a la Palabra de Dios, la cual discierne los pensamientos del corazón y divide el alma y el espíritu, entre lo terrenal (humano) y lo que entra en mi alma, lo espiritual y lo celestial y lo que recibo en mi espíritu. Tengo que creer en la Palabra y ser obediente a ella, entonces puedo derramar mi alma. (Isaías 53:12).
Por ejemplo, el versículo que dice “vence con el bien el mal” va directamente en contra de nuestros sentimientos y razonamiento humano; pero si creemos en la Palabra y somos obedientes a ella, entramos al reposo. Entonces experimentamos que la sabiduría de Dios es más grande que nuestros sentidos. Existe también una palabra para perdonar a la persona que peca siete veces al día contra ti. Si eres anímico y te dejas dirigir por el alma, conservarás lo que es terrenal, y tu honor y tu corazón buscarán la forma de que hacer con respecto a esa persona e irás detrás de opiniones de familiares y amigos. Deja que la Palabra de Dios penetre y divida entre lo que estás atrayendo a través de tus sentidos – especialmente a través de tus sentimientos – y la sabiduría que proviene de lo alto la atraerás a través de tu espíritu. Vive por fe y no según tu razonamiento humano; así entrarás al reposo.
Tener una mentalidad espiritual
Pedro se preocupó por Jesús, pero él solo tenía un sentido para las cosas de los hombres, que es guardarte a ti mismo y a los tuyos. Esta es la dirección en la que las personas han ejercitado sus sentidos y han adquirido comprensión. Satanás tiene acceso a esta alma terrenal, y el resultado es una terrible inquietud. Jesús dijo: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" Jesús tenía un sentido para las cosas de Dios, que consistía en dar su vida. Ahora Él quiere hacer que nuestro espíritu también esté vivo para que podamos recibir la sabiduría que viene de lo alto, que es primeramente pura, etc. (Santiago 3: 17-18)
El resultado, es una vida de fe en la que nos aferramos a la Palabra en contra de nuestro propio razonamiento humano y presentamos nuestros cuerpos al servicio de Dios. Entonces nuestra alma, que es terrenal e intranquila, es derramada, de tal modo que llegamos a tener una mente espiritual y entramos en el reposo en Dios.
"Mirad que no desechéis al que habla … del cielo. … así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia." Hebreos 12: 25,29.
Todas las inquietudes, quejas, aflicciones y ansiedades provienen del hombre anímico que lucha por su vida. El hombre espiritual vive por fe en la Palabra de Dios. Todas las cosas le sirven para bien. Él tiene un anhelo de dar su vida, y descansa en Dios. Qué gloriosa vida y paz es esta: un reino que es inconmovible.
Esta es un versión editada de un artículo de que fue publicado por primera vez en el periódico de BCC "Skjulte Skatter" ("Tesoros Escondidos") con el título "petetra hasta partir el alma y el espíritu" en agosto de 1955.
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag
Si te interesa puedes leer más acerca de el alma y el espíritu dando click en el artículo en la parte de abajo:
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.