Zaqueo: Una invitación especial y un cambio drástico
La manera en la que Jesús se invitó a cenar a sí mismo cambió para siempre la vida de Zaqueo el recaudador de impuestos, y también nosotros podemos cambiar nuestra vida si respondemos como lo hizo él.
Zaqueo en el árbol sicómoro
En Lucas 19: 1-10 podemos leer la historia del jefe recaudador de impuestos Zaqueo, quien rápidamente aceptó el llamado personal de Jesús para darle sentido y dirección a su vida, incluso si eso significaba cambios serios en su forma de vivir. De esta forma, él se convirtió en un gran ejemplo de lo que Dios puede hacer en un ser humano que acepta esta invitación y toma de manera personal las palabras de Jesús.
Probablemente aún haya muchas personas así, que también se sientan en su "árbol sicómoro" y oyen que Jesús está en la ciudad, ellos quieren ver las señales y milagros que está haciendo, pero son únicamente observadores que no tienen una conexión personal con lo que Jesús predica.
Sin embargo, Jesús se detuvo bajo el árbol sicómoro y le dijo a Zaqueo que bajara rápidamente ya que se iba quedar en su casa. Zaqueo tenía que tomar una elección personal, hasta ese punto, solo había sido un espectador, pero ahora se había vuelto personal. Tenía que decidir dónde se encontraba con respecto a esta petición, ¡y gracias a Dios, Zaqueo tomó la decisión correcta!
Una invitación personal para ti
Puedes preguntarte, ¿qué relevancia tiene esto para nosotros hoy en día? No hay un Jesús en nuestro camino que se detenga debajo de nuestro " árbol sicómoro", que diga que quiere venir y quedarse con nosotros. Quizás no de forma tan literal, pero el Maestro mismo dice en: Apocalipsis 3:20, "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Esto es muy similar a lo que Él le dijo a Zaqueo.
En este sentido, Jesús está invitando a las personas hoy, tal como lo hizo entonces, a abrir las puertas de sus corazones y aceptarlo como Señor en sus vidas. Estos versículos en Apocalipsis fueron el llamado de Jesús a alguien en la iglesia de Laodicea que era tibio – no era frío ni caliente – por lo que Jesús tuvo que vomitarlo de Su boca. “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo …” Apocalipsis 3: 15-18. Se puede decir que esta persona no estaba en una mejor posición que en la que se encontraba Zaqueo el recaudador de impuestos, pues había estado sacando dinero de los bolsillos de la gente, y aun así Jesús estaba de pie a la puerta de ambos, invitándolos a arrepentirse y vivir una vida feliz y de corazón para Dios.
En el caso de Zaqueo, esta invitación cayó en tierra fértil. Que así también sea con nosotros, y que podamos entender las palabras que Jesús nos está dirigiendo personalmente como si se estuviera dirigiendo a nosotros por nuestro nombre.
El profeta Isaías dice en Isaías 50: 4 "Despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios." Zaqueo también tuvo este oído abierto para las palabras de Jesús, y al escuchar Su voz, lo siguió inmediatamente. Fue muy claro para Zaqueo que Jesús se había dirigido personalmente a él. En Juan 10: 3, dice que las ovejas escuchan la voz de Jesús el pastor, y que Él llama a Sus ovejas por su nombre y las saca. Así es como lo hizo con Zaqueo y así es como quiere hacerlo con todos nosotros si estamos dispuestos a escuchar Su voz y Su invitación.
Un amor de por vida
Debe decirse que el comienzo de la vida de fe de Zaqueo fue extremadamente exitosa, y de acuerdo con un viejo dicho, "Un buen comienzo es la mitad del camino recorrido." Cuando las personas sienten un amor especial por otra persona que realmente significa mucho para ellos, el amor puede irradiar mucha energía positiva en ellos, hasta el punto de que son capaces de hacer cosas que de otra manera serían extremadamente difíciles o incluso imposibles de realizar.
Este fenómeno también se puede ver en Zaqueo. El amor que recibió de Jesús encendió un amor recíproco en él, por eso no fue un problema limpiar su vida en unos pocos días y poner las cosas en el lugar correcto donde había dañado y se había aprovechado de otras personas. Incluso dio la mitad de sus posesiones a los pobres y pagó cuatro veces a los que había estafado.
En 2 Corintios 5: 14-15, Pablo describe este fenómeno de la siguiente manera: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos."
La Biblia no dice mucho sobre la vida de Zaqueo después de esto. Pero tenemos la esperanza de que mantuvo su entusiasmo y amor por su Señor y Maestro hasta el final de su vida, tal como dice en Hebreos 6: 11-12, "Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas."
¿Has sido perdonado mucho?
Hay algo más que aprender de la historia de Zaqueo, y eso es, cómo lidiar con las personas cuando quieres ganarlas para el evangelio o para Cristo. Zaqueo el recaudador de impuestos, probablemente se sorprendió bastante al ver que Jesús lo recibió con tanta amabilidad, a pesar de haber tenido tantos pecados y estafas en su conciencia. Probablemente esperaba un sermón severo en lugar de estas palabras buenas y amables. Por eso, si queremos ser un “pescador de hombres” exitoso, debemos tomar en serio las palabras de Romanos 2:4, donde dice que: “Su benignidad te guía al arrepentimiento.” Zaqueo fue un claro ejemplo de que este método puede ser significativamente más efectivo que solo acusar y reprochar a alguien y actuar como alguien que disciplina y se encarga de los demás.
Probablemente la mujer pecadora en Lucas 7 que lavó los pies de Jesús con sus lágrimas, los ungió con aceite fragante y los secó con su cabello tuvo una experiencia similar: “… sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama." Lucas 7:47.
Podemos aprender mucho de nuestro Señor y Maestro en la forma de cómo trató a las personas, aunque, acorde a nuestro sentido de justicia, no "merecían" tanto amor y tanta bondad debido a su comportamiento pasado. También podemos aprender de Zaqueo el recaudador de impuestos y la mujer pecadora, pues también a nosotros se nos ha sido perdonado mucho, y por ello debemos expresar nuestra gratitud y amor a Jesús y a Dios, ¡tal como lo hicieron la mujer pecadora y Zaqueo!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.