¿Por qué es la Pascua tan especial?
La Pascua pudo haber sido o una fábula, o el mayor acontecimiento que jamás haya sucedido.
Hubo una vez alguien que dijo que todo el cristianismo se basa o recae en la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Ya sea que haya sido un invento o una fábula, o el mayor acontecimiento que haya ocurrido en la historia de la humanidad, se basa o recae en la resurrección.
Muchas personas han tenido la buena fortuna de ser resucitadas, y en la Biblia podemos leer sobre varias personas quienes fueron resucitadas de la muerte para vivir más tiempo en la tierra gracias al poder de Dios y la fe en Jesús, los apóstoles, o los profetas del Antiguo Testamento.
Pero, algo muy especial sucedió cuando Jesús murió. Hubo un gran terremoto, las tumbas se partieron y los santos del Antiguo Testamento se les aparecieron a muchos, y el velo del templo se rasgó en dos; de arriba abajo. Así fue el poder que fue manifestado cuando Jesús venció al pecado y la muerte misma.
Un acontecimiento extraordinario
Para empezar, Jesús murió más allá de toda disputa, en el testimonio de varios testigos. Inclusive el sumo sacerdote colocó un guardia en la tumba para asegurarse de que Sus seguidores no quitaran Su cuerpo de la tumba.
Pero en la mañana de la Pascua, cuando varios de los seguidores de Jesús vinieron a la tumba, la piedra ya había sido removida – y no había ningún cuerpo. Hubo un gran terremoto; y un ángel vino y removió la piedra. Los guardias temblaron de miedo, y fueron a informales a los principales sacerdotes lo que había ocurrido. Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron el cuerpo.
¡Entonces Jesús se manifestó ante Sus discípulos – vivo, resucitado de la muerte! Él los invitó a que le tocasen y examinaran las heridas de sus manos y sus pies. Asimismo, comió junto con ellos para probarles que no era un fantasma, pero que tenía un cuerpo que no estaba muerto. (Mateo 27-28)
Un médico llamado Lucas más adelante interrogó a todos los testigos, hermanos y hermanas, y en lo que a él respecta, Jesús se presentó a sí mismo como vivo de entre los muertos con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días, y luego de que sus discípulos lo vieron ascendió al cielo desde el Monte de los Olivos. (Lucas 23 y 24, Hechos 1:1-11)
El verdadero mensaje de la Pascua
Muchos cristianos creen que el mensaje esencial de Pascua es que Jesús murió en nuestro lugar, para que podamos ser perdonados de todos nuestros pecados. Pero, este perdón también lo tenían en el Antiguo Pacto, a través del sacrificio de un animal sin mancha en lugar del pecador. Así pues, la Pascua significa mucho más que solo perdón; significa que nosotros también podemos llegar a la misma “vida resucitada” que Jesús vivió. Esta es la nueva vida que se manifiesta por llevar a la muerte la vieja vida – la cual es el pecado que mora en mi naturaleza humana. (1 Corintios 15, 2 Corintios 4:7-12)
La raíz de todo el pecado es que los humanos comienzan a elegir el hacer su propia voluntad en vez de ser obedientes a la perfecta voluntad de Dios, y como consecuencia inevitablemente mueren. Es un hecho que Jesús venció sobre la muerte misma, pero fue porque siempre negó Su propia voluntad para hacer la voluntad del Padre en Su cuerpo, el cual era como el nuestro, con las mismas pasiones y deseos de querer vivir bajo sus propios placeres y beneficios. Con el poder del Espíritu de Dios El sufrió y llevó estas pasiones y deseos hasta la muerte y vivió completamente para la voluntad de Dios – sin cometer pecado, a pesar que fue tentado de la misma manera como nosotros. (Hebreos 4:15) Este fue el camino de la cruz el cual ha hecho para que le sigamos.
Creer completamente en Jesucristo y Su resurrección es creer en que la obra tomo lugar en Su cuerpo aquí en la tierra, cuando destruyó todo lo que en Su cuerpo mortal estaba en conflicto con la voluntad de Dios y Su Palabra. Él fue obediente hasta la muerte, cada día de Su vida, y completo Su obra en el Calvario cuando El exclamó, “¡Consumado es!” En ese momento, todo el pecado que moraba en Su naturaleza humana había sido derrotado y el camino de regreso al Padre se abrió para la humanidad.
Una vida resucitada
Una buena cantidad de gente ha encontrado paz sabiendo que sus pecados han sido perdonados antes de morir. Otros han estado dispuestos a sufrir persecución y a ser mártires por su fe en Jesús. Pero, solo unos pocos han estado dispuestos a dar todo por convertirse en verdaderos discípulos de Jesús y tomar su cruz cada día para vivir una “vida resucitada” – una vida de victoria.
¿Cómo sería posible vivir en victoria si Jesús no hubiera resucitado de entre los muertos para ser un Salvador vivo que puede ayudarnos a sufrir hasta la muerte, así como Él lo hizo? Él invita a todos los que deseen vivir una buena vida a venir a Él. Aquellos quienes han hecho esto no se han decepcionado. Ellos pueden testificar verdaderamente que Jesús de Nazaret no está muerto y ¡ha sido resucitado!
Jesús murió como una oveja perfecta sin mancha, para que todos los que reconocen su necesidad y quieran recibir perdón y ayuda para vivir sin pecar, puedan encontrar el camino, la verdad y la vida en Él.
¿Qué tiene de especial la Pascua?
La historia de la Pascua, no es una fábula o una estrategia religiosa. Es una demostración del amor y poder de Dios y Su Hijo por la gente que está sufriendo a causa del pecado. Dios desea dar a cada uno de nosotros felicidad y paz, pero el pecado que hemos heredado en nuestra naturaleza humana nos roba esto.
¿Tienes el anhelo de ser liberado de la esclavitud del pecado, y venir a la paz que Dios quiere darte? Jesús lo ha hecho posible a través del camino de la cruz, derrotando el poder de la muerte al vencer el pecado que lo causó. Conviértete en un verdadero discípulo, y síguelo en este camino llevando el pecado de tu propia vida a la muerte en obediencia a la Palabra de Dios! ¡Entonces tú también experimentarás una vida de resucitada!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.