21 versículos de la Biblia sobre la envidia y cómo vencerla
¡Con estos versículos nunca más tendrás que ceder y ser un esclavo de la envidia!
El problema: Escrituras que hablan sobre la envidia
La palabra de Dios es muy clara en cuanto a la envidia: es una “obra de la carne”, es un pecado increíblemente peligroso y destructivo. Es por eso que ¡tenemos que deshacernos completamente de él! Solo lee las siguientes escrituras acerca de los celos y la envidia y ve cómo muestran lo terrible que son. (Énfasis añadido por el editor).
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21.
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.” Proverbios 14:30.
“Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” Romanos 13:13-14.
“No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.” Gálatas 5:26.
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad.” Santiago 3:14.
“Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.” Santiago 3:16.
La solución: ¡Una espada para pelear contra la envidia!
La envidia es una parte inherente de la pecaminosa naturaleza humana, así que te preguntaras ¿cómo podemos vencer la envidia desde la raíz? La palabra de Dios nos muestra el camino para vencer todo pecado; ¡y el camino es seguir a Jesús tomando nuestra cruz cada día y negándonos a nosotros mismos! Podemos utilizar versículos como una espada para derrotar a la envidia tan pronto como veamos que hay un pensamiento o sentimiento que provenga de nuestra carne. Podemos decir firme y decididamente “¡No!” y en el poder del Espíritu, usar la palabra de Dios para luchar hasta que hayamos vencido.
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Lucas 9:23-24.
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece…” 1 Corintios 13:4.
“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”Colosenses 3:14.
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Filipenses 2:1-4.
“Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” Romanos 12:15-16.
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Filipense 4: 3-5.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33.
La fuerza que necesitamos
La batalla puede sentirse abrumadora y parecer difícil en la tentación, ¡pero no estás solo! El mismo Jesucristo es nuestro gran ejemplo – ¡un Hombre al que podemos seguir! En el fragor de la batalla recuerda los siguientes versículos y, junto con la oración, úsalos para vencer la envidia:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:15-16.
“Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” Hebreos 2:18.
Es allí, en el trono de gracia, donde recibirás el poder que necesitas para mantenerte firme en la tentación y asimismo para no rendirte o no ceder. ¡Nuestro misericordioso Sumo Sacerdote te ayudará en la tentación!
La palabra de la cruz es el poder para la salvación, y Jesús nos ha enviado el Espíritu Santo para ayudarnos, guiarnos y darnos la fuerza que necesitamos para negarnos a nosotros mismos y para que venzamos la envidia, los celos y todo tipo de pecado:
“De igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26.
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:16-17.
“Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” Romanos 8:12-13.
El resultado de la lucha contra la envidia
Cuando usamos la espada de la palabra de Dios en obediencia al Espíritu vencemos sobre la envidia y Dios de este modo puede crear algo nuevo en nosotros – nos volvemos generosos, amorosos, llenos de bendición y personas que se ¡gozan con los que se gozan!
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” Gálatas 5:22-25.
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Santiago 3:17-18.
¡Haz uso de estas escrituras que hablan sobre la envidia y de cómo vencerla como una fuerza e inspiración para vivir conforme a la voluntad de Dios y convertirte en una bendición en cada circunstancia!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.