Una lucha interior

En nuestra vida interior hay enemigos que vencer, luchar y destruir. Los enemigos de nuestra vida interior son aquellas fuerzas que quieren distraer nuestros pensamientos y quieren que pongamos nuestra atención en las cosas externas. Estos enemigos son los diversos deseos que buscan distraer nuestra concentración haciendo que nuestros pensamientos se aferren a las cosas externas – a las cosas dejarán de existir.

Estas cosas externas son una pérdida, ya que las cosas a las que el corazón se aferra dejarán de existir, pero los seres humanos son seres eternos, y por desgracia, se llenan de nada más que un vacío cuando debería haberse llenado de Dios mismo. Por eso es tan importante que permitamos que Dios aleje nuestra mente de todo lo que es externo – las cosas temporales – y centremos nuestra atención en la fuente de la vida que vive para siempre, así como nosotros mismos viviremos para siempre. Si hacemos esto, una alegría y una paz que no pueden describirse nos llenará, primero en aquí en esta tierra corruptible y luego en la inefable eternidad.

¡Qué el Señor nos ayude a llegar a esto!