¡Una convincente motivación para vivir una vida justa!
La justicia debe crecer en nuestras vidas, pero solo hay una manera para que lo haga...
Buscar vivir una vida justa es el camino a la vida, porque “la justicia libra de muerte.” Proverbios 10:2.
El primer paso para vivir una vida justa es que, por medio de la fe en la expiación, creamos que ya se nos ha atribuido justicia sin haber hecho ninguna obra que es justa (Romanos 4:3-6).
Sigue la justicia
La intención es que conforme vayamos avanzando comencemos a hacer obras justas nosotros mismos; que vivamos una vida justa y que tomemos parte de la naturaleza divina, que es también una naturaleza justa. Para que esto se haga realidad, nuestro viejo hombre debe ser crucificado — tiene que morir, porque el viejo hombre siempre es, y seguirá siendo, injusto e incorregible. No obstante, aunque sea incorregible, no quiere decir que yo no pueda cambiar, porque por la fe puedo vivir crucificado y considerarme muerto al pecado, o me despojo del viejo hombre, como dice la Biblia. (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9)
Solo de esta manera podemos comenzar a practicar la justicia, dado que el nuevo hombre es creado de acuerdo a la imagen de Dios en verdadera justicia y santidad. (Efesios 4:22-24).
Cada paso en el camino de la vida es un paso en la justicia. El progreso en el camino de la vida equivale a progresar o crecer en la justicia. Por eso está escrito: “Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.” 2 Timoteo 2:19. “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.” 1 Juan 2:29. “Todo aquel que no hace justicia, no es de Dios.” 1 Juan 3:1. Y, “…sigue la justicia.” 2 Timoteo 2:22. Todas estas exhortaciones no pueden significar otra cosa que una justicia personal en nuestros actos.
A medida que nuestra vida injusta es llevada a la muerte, la vida justa de Dios aumenta en nosotros. Cada vez que crecemos en justicia, correspondientemente nuestra injusticia disminuye. Cada vez que recibimos luz de Dios: cuando descubrimos un pensamiento, una palabra o una obra que es injusta. Es entonces por medio de la fe que participamos respectivamente en el crecimiento de la justicia, y damos un paso más en el camino de la justicia que es, en verdad, el camino de la vida. “Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio.” Proverbios 21:3.
Justicia verdadera
No es suficiente con el hecho de pagar tus deudas, devolver lo que te has robado o prestado, reportar todas tus ganancias con la declaración de impuestos y hacer las cosas que pueden ser clasificadas como justicia, así como comúnmente se entienden. Seguir la justicia significa ir más allá; significa renunciar a tus propios deseos y exigencias para poder hacer lo bueno y para que otros puedan ser bendecidos. En resumen, significa que debes tratar a los otros como a ti te gustaría que te tratarán. Esto incluye compartir con los pobres, los enfermos, los débiles — los que tienen menos fuerzas y menos capacidad — cuando, según la voluntad de Dios, tienes la fuerza, la capacidad y la oportunidad. (Efesios 4:28; Salmos 112:9) “¿O qué tienes que no hayas recibido?” 1 Corintios 4:7.
En Dios existe todo un mar de justicia; ¡una justicia que abarca todas las direcciones y grados posibles! ¡Así que, obedezcamos la exhortación de “Vivir una vida justa”!
“El justo florecerá como la palabra; Crecerá como cedro en el Líbano.” Salmos 92:12-15.
Este artículo fue traducido del noruego y es una versión editada del capítulo llamado "El camino de justicia" en el libro "El camino de la vida", publicado por primera vez en enero de 1935.
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Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.