Tened por sumo gozo: El gozo de la victoria en las diversas pruebas
¿Cómo puede decir Santiago que debemos “estar gozosos” cuando nos encontramos en diversas pruebas? ¿Cómo podemos alegrarnos en el sufrimiento?
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…” Santiago 1:2.
Santiago testifica aquí sobre una vida en victoria: una vida de triunfo sobre todas las diversas pruebas.
¿Cuándo hemos escuchado del gozo en las diversas pruebas? Si prestas atención a los testimonios de entre las personas del pueblo de Dios, escucharás continuamente quejas sobre la derrota y el fracaso en varias pruebas. Todas sus pruebas son casi una maldición porque las derrotas se vuelven muchas. Y para no tener una mala conciencia, ellos tienen que orar por el perdón de pecados. Pero, ¿Es acaso esto lo que Santiago se refería cuando dijo que tenemos que regocijarnos cuando estemos en diversas pruebas? No, ¡todo lo contrario! El quiso decir que tenemos que tener victoria en nuestras pruebas. Entonces, cuando hay muchas pruebas, significa que también habrá más victorias, y el resultado será un gozo interminable.
Un círculo vicioso de pecado y perdón
Una persona se enoja y cae. El viejo Adán (El ser humano natural con una naturaleza caída, que vive de acuerdo con sus inclinaciones naturales, o deseos) un día se enoja extremadamente porque alguien o algo le ha ofendido. Él olvida todo acerca del cristianismo, malhumorandose con palabras y acciones como si el mismo Satanás se hubiera liberado. Él ciertamente se encuentra lejos de estar crucificado, ya que el viejo Adán corre por los suelos y está activo en todos los frentes. Y ahora, alguien discute con él acerca de lo que es correcto, y él se pone extremadamente aún más furioso. No será fácil para él hablar de una vida en victoria (Apocalipsis 3:5) o acerca de crucificar la carne (Romanos 6:6) La tentación fue demasiado, y por ello vino la derrota. De nuevo, más adelante, más oraciones para perdón de pecados.
Lo mismo ocurre con la vanidad, con el buscar honra de los hombres y con todas las otras miserables plagas por las que se sufre. En cada una de las tentaciones el viejo Adán encuentra la forma de expresarse sí mismo, y entonces no hay absolutamente nada de gozo durante las diversas pruebas y tentaciones. El (viejo Adán) no puede lograr estar gozoso, a pesar de que se dé el mismo el honorable viejo nombre de “pecador penitente.” Pero, él es y seguirá siendo “el viejo Adán”.
¿En la cruz o a los pies de la cruz?
A lo largo de los siglos, las Escrituras han proveído excelentes explicaciones para “el viejo hombre” (la vieja actitud de la mente que sirve al pecado.), pero es como que la gente fuera sorda. Aquí hay un ejemplo: “…sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” Romanos 6:6.
Esta escritura se ha tergiversado a través de prédicas, escritos y canciones que hoy en día suenan más como: “al pie de la cruz es donde quiero estar.”
¿Dónde en las escrituras está escrito que el viejo hombre tiene que estar a los pies de la cruz? Yo nunca lo he leído.
La razón por la que podemos gozarnos cuando nos encontramos en diversas pruebas
“…sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:3-4.
A través de las diferentes pruebas, victoria sobre el pecado en el momento de la tentación nos conducirá a convertirnos perfectos y sin mancha; pero si fallamos en la tentación entonces cometemos pecado, y estamos lejos de ser perfectos y sin mancha. Tampoco tendremos la alegría de la victoria.
El camino se ha abierto a través de la carne (Hebreos 10:19-20), y Dios nos lleva a nuestros enemigos—nuestro propio pecado en la carne. Nos encontramos muchas veces en diversas pruebas donde somos tentados a pecar, pero estas pruebas nos dan la oportunidad de experimentar muchas victorias, las cuales nos darán abundante gozo. No hay mayor gozo que el que da la victoria, el cual es puro y no adulterado; nos brinda honor de Dios y respeto de la gente.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado”
Los jóvenes han escuchado tanto sobre “pecado y gracia” de una manera confusa y poco clara, también han escuchado de “pecar bajo la gracia” lo cual hace imposible entender como tal el “cristianismo.” Pero todo el mundo puede entender una palabra como está: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2:20.
Pablo no dice: “Yo vivo al pie de la cruz; mi viejo hombre no está crucificado”
Claro que no, es imposible. Debemos llevar a nuestro viejo hombre sobre la cruz si deseamos encontrar gozo cuando entramos en diversas pruebas.
Guiados por el Espíritu
No podemos permitir a las inclinaciones de nuestro cuerpo guiar nuestra vida, porque eso le pertenece a nuestra vieja creación—la persona que éramos antes de nacer de nuevo. Está escrito: “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia.” Romanos 8:10. El Espíritu de Dios es el que guía nuestras vidas, él nos conducirá a toda la verdad.
Cuando venimos por primera vez a Cristo, venimos como pecadores arrepentidos, pero si la persona continúa como un pecador arrepentido por 20 o 30 años, es pura hipocresía. Ellos pecan esperando recibir gracia, pero no le permiten a la gracia corregirlos y enseñarlos. (Tito 2:11-12) ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡En ninguna manera! (Romanos 6:1-2)
Cuando el viejo hombre está colgado en la cruz—por la fe—, el pecador arrepentido, como se llama el mismo, pierde su vida.
¡A la cruz con el hipócrita! ¡Solo así podremos permanecer en sumo gozo cuando nos encontremos en diversas pruebas!
Esta es una versión editada de un artículo que llevaba como título "El gozo de la victoria en la tentación" y fue publicado por primera en noruega en el periódico oficial de BCC "Skjulte Skatter" ("Tesoros Escondidos") en septiembre de 1934.
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.