Si realmente crees en Dios, ¿por qué sigues pecando?
Las tentaciones pueden parecer muy grandes para resistirlas. Demasiado grandes, ¿incluso para Dios?
La Biblia dice, "Huye de las pasiones juveniles." Eres joven, así que este mandamiento es especialmente para ti. Pero en realidad parece algo imposible de cumplir – las tentaciones son simplemente muy grandes. Demasiado grandes, ¿incluso para Dios?
Al igual que todos los demás seres humanos, naciste con una naturaleza que desea hacer su propia voluntad, que es contraria a la voluntad de Dios. La Biblia llama a esta naturaleza "la carne." Si sigues las tendencias en la carne – tus deseos – cometes pecado. Hay veces que sentimos que no podemos evitarlo. Tus pensamientos siempre son atraídos en la dirección que sabes no es agradable para Dios – a quejas, criticas a los demás, inmoralidad sexual, avaricia, desánimo. La lista es larga. Comienzas a preguntarte dónde está Dios en todo esto y si realmente se preocupa por ti.
Jesús fue tentado igual que nosotros
De hecho, en la Palabra de Dios, podemos leer sobre su enorme amor por nosotros los seres humanos. Podemos leer también sobre su enorme odio contra el pecado y sus consecuencias – en tal grado que envió a Jesús, Su único hijo, al mundo como un ser humano, para salvarnos del pecado. Jesús heredó la misma carne como todas las personas, pero por obediencia y fidelidad, se negó y dio muerte a las pasiones que vivían en Él, de modo que nunca – ni una sola vez – cometió pecado.
Podemos leer cómo Jesús fue levantado de los muertos como evidencia de su enorme victoria sobre el pecado y la muerte, y ahora está en el cielo con Dios, Su Padre.
También está escrito en la Biblia que Dios nos ha enviado el Espíritu Santo, para guiarnos, ayudarnos y fortalecernos, para que también podamos seguir las pisadas de Jesús en nuestras situaciones de la vida. Está escrito que todos los que hacen esto, también vencen sobre el pecado y la muerte en sus vidas, ¡y Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos! Un día volverá en las nubes para arrebatar a todos sus hermanos y hermanas, para que pasen la eternidad con Él en el cielo.
La salida de "escape"
Este es el plan de Dios con nosotros, pero entretanto aún sigues siendo tentado. Nuevamente con esas pasiones juveniles, tentaciones que parecen abrumar los pensamientos y tu cuerpo completamente, por lo que sientes no poder resistir. Pensamientos impuros, desánimo, ira, critica, vanidad – los deseos arrastran sus feas cabezas en una corriente aparentemente interminable. Sientes que no puedes evitar pecar.
Veamos lo que dice la Biblia: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." 1 Corintios 10:13. La salida de escape es el camino que Jesús nos enseñó. Cuando fue tentado "(…) ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente." Hebreos 5:7.
Como un cristiano, un seguidor de Jesús, ¿no es justamente esto lo que deberías hacer? ¿Qué tan desesperado estas de ser libre de las pasiones juveniles? ¿Has orado para ser lleno del Espíritu Santo, así que tienes la fuerza para vencer por completo sobre los deseos?
El Espíritu Santo te muestra el pecado en la carne. Y te muestra lo que debes hacer: tienes que odiar los deseos; tienes que resistirlos y huir de ellos. Tu mente nunca debe estar de acuerdo o ceder ante los deseos. Mientras estés en una lucha contra el pecado que se revela en las tentaciones, ¡entonces no has pecado! La Biblia llama a esto la forma en que Jesús nos enseñó a "padecer en la carne", y esta es la única forma de ser libres del pecado (1 Pedro 4: 1-3).
La obediencia a la fe da resultados – ¡No tienes que seguir pecando!
Dios es Todopoderoso, y esto también significa que puede darte todo el poder que necesitas para ser un vencedor, pero debes querer esto y ser obediente a Dios, lo cual significa tomar la lucha contra tus deseos. Esto es lo que se llama "obediencia a la fe", y estas son las obras que acompañan tu fe, y hacen todo realmente. Esto significa que debes resistir. La lucha puede ser dura y larga, pero Dios nos ha dado "todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad." (2 Pedro 1:3), y nunca te defraudará. ¡Créelo! ¡Hazlo! ¡Experiméntalo!
"¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?" Romanos 6: 1-2.
Si realmente crees en Dios y en su Hijo Jesucristo, ¿por qué sigues pecando? ¡Si en realidad no hay ninguna razón para hacerlo!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.