Sara: Creyó que era fiel quien lo había prometido
Hubiera sido totalmente normal para Sara no creer que tendría un hijo… después de todo tenía casi 100 años.
Qué pasaría si alguien te dijera que tienes que hacer algo que es imposible? Por ejemplo, tener un bebé siendo de casi 100 años…
Cuando Sara escuchó por primera vez la profecía de que tendría un hijo, a quien concebiría y sostendría siendo ella de edad avanzada, su reacción inicial, quizás fue sin comprender, el de reír. (Génesis 18:10-12)
Pero la promesa que Dios le dio a Abraham fue “…. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.” Génesis 17:16.
Y fue exactamente lo que pasó. “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.” Génesis 21:2.
En Hebreos dice: “Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.” Hebreos 11:11. Entonces, entre el tiempo de haber oído la profecía y el concebir al niño, Sara llegó a la fe.
Confianza en Dios
A pesar de que las leyes de la naturaleza hayan estado en contra de ella, ella recibió fortaleza para vencerlas. El secreto de su fuerza fue que ella creyó que era fiel quien lo había prometido. La confianza en Dios es el poder de la fe que nos hace capaces de romper a través de todas las barreras y establecer y completar lo que Dios prometió. Rompe a través de toda duda, incredulidad, desánimo, pesimismo, y todo lo demás que se encuentre como un obstáculo para la victoria. El Señor mismo dijo a Abraham: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14).
La fe inspira resistencia! Dios no nos dará una tarea para realizar a menos que también nos dé los medios, sabiduría y fuerza para completarla. Esto no solo se refiere a promesas exteriores, como el hijo que Dios prometió a Abraham y Sara, sino que también se refiere a permanecer en fe cuando las situaciones vienen en nuestra vida y se ven realmente imposibles de acuerdo a nuestro entendimiento humano, ya sea como resultado de nuestras circunstancias o por el pecado que encontramos en nosotros mismos cuando vamos a hacer el bien. “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”
Automáticamente nosotros vemos nuestra naturaleza y debilidades humanas, justo como cuando Sara rió. Vemos cuán incapaces somos como personas para pararnos, vencer, resistir, y prosperar a través de las situaciones. Vemos nuestros errores, nuestros sentimientos, nuestras razones, nuestro egoísmo tal vez. Quizás vemos que somos naturalmente impacientes cuando más necesitamos paciencia. Nuestro temperamento, nuestra inclinación para desanimarnos, nuestras codicias, cualquiera que sea. No debemos buscar la fuerza cuando la necesitamos solamente, porque seguramente fallaremos en valentía y habilidad. Pero nada es tan difícil para el Señor!
Necesitamos creer en Dios de todo nuestro corazón “…Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” Efesios 3:20. Cuando ponemos nuestra fe en Él, entonces es en Él que recibimos la gracia del Espíritu, fuerza, y poder para librarnos de nuestra propia debilidad, inclinaciones y pecados. Cuando creemos en aquel que lo prometió recibimos la fuerza para vencer sobre nuestra propia naturaleza. La fe de Sara se ha convertido en un ejemplo claro para nosotros a seguir.
¿Lo crees?
La pregunta es, ¿consideras fiel a quien prometió jamás dejarte ni desampararte? (Josué 1:5) ¿Él, quien prometió jamás tentarte más allá de lo que puedes resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que puedas soportar? (1 Corintios 10:13) ¿Crees que las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas? (2 Pedro 1:3).
Si tienes confianza en Dios, entonces podrás avanzar a pesar de toda clase de obstáculos – a pesar de lo “imposible.” Creer en Dios da una valiente determinación con la cual Dios siempre recompensa en victoria. A nosotros nos toca ir tras de Él, buscar lo que necesitamos para vencer en todas las circunstancias de la vida; mostrarle que realmente creemos cuando pedimos sin dudar, y que lo que pedimos lo recibiremos. (Santiago 1:5-8).
Cabe mencionar que Dios le dijo a Abraham ”Por este tiempo …” y también está escrito que Sara concibió "…en el tiempo que Dios le había dicho." Ellos creyeron en las promesas de Dios antes de que sean hechas, y ellos recibieron a Isaac en el tiempo de Dios, no en su propio tiempo. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Hebreos 11:1. Debemos de tener confianza y creer en el tiempo de Dios. Tenemos que creer en Él, en Sus promesas y creer completamente en Sus caminos y Su tiempo. Esto es fe. Esto es confianza. Esto es lo que nos llevará al cumplimiento de las preciosas promesas de Dios para con nosotros.
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” 2 Pedro 1:3-4.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.