¿Sabes cuáles son los pensamientos de Dios acerca de ti?
Es por fe en Dios que llegamos al futuro que Él ha planeado para nosotros.
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." Jeremías 29:11.
Dios tiene pensamientos de paz para todos nosotros y quiere darnos el fin que esperamos. Por eso envió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16) Es por la fe en Él que recibimos parte de esta paz y reposo, por medio de esto recibimos futuro y esperanza.
Una promesa para el futuro
El mundo entero yace en el mal y la incredulidad se ha apoderado de la gente. La mayoría cree solo en lo que se ha logrado por la voluntad de los hombres. Por lo tanto, también pierden su futuro. La vida está gobernada solo por los deseos terrenales. Mientras les vaya como ellos quieren, la vida es buena, pero cuando algo va en contra de ellos, cuando surgen situaciones que les resulta difíciles de soportar, lo que sea que se haga, la vida se vuelve mala para ellos y para los otros a su alrededor.
Todo se trata de necesidades terrenales. Lo espiritual, donde está el futuro, está cerrado para la mayoría de la gente.
Abraham, sin embargo, creyó en el Señor, y el Señor lo contó como justicia. (Romanos 4:3) Dios estaba tan emocionado de que alguien había creído en Él que le prometió a Abraham una descendencia y un país. En esta promesa estaba el futuro de Abraham.
Lot, por otro lado, carecía de la misma visión celestial, buscando las hierbas verdes y la gloria de este mundo. Su elección fue fatal, y por ella no solo perdió la comunión con Abraham sino también su futuro. Piensa en las posibilidades que tenía, él pudo arreglar el conflicto y continuar teniendo comunión con su tío para recibir parte de la bendición. (Puedes leer la historia de Lot en Génesis 13:6 y Génesis 19)
Toma las decisiones correctas
Nosotros que vivimos en estos días, con toda clase de posibilidades, tomemos las decisiones correctas, para que así por la fe de Abraham podamos tomar parte de las promesas de Dios, las cuales nos dan futuro y esperanza.
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios." Romanos 5:1-2.
Vemos que solo a través de esta preciosa fe que tuvo Abraham y de la cual Jesús fue autor y consumador, es que obtendremos acceso a la gracia de la cual Jesús estaba asido. No creas en tu propia voluntad o en tus propias fuerzas, no creas en la voluntad de la carne ni tampoco en las emociones ni en la razón, sino cree en el Dios viviente, y en su plan y el futuro que tiene para ti. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6. Esto debe ser completamente consciente para nosotros. ¡Estamos tratando con un Dios vivo! Esto debe notarse también en nuestras oraciones. Por fe en Él, obtenemos acceso al trono de la gracia. (Hebreos 4:16).
El lugar dónde recibimos futuro y esperanza
El acceso a la gracia significa el acceso a lo que más necesitamos en la vida: la ayuda y el poder del Espíritu Santo, para que podamos vencer a los deseos de la carne, y hacer las elecciones correctas en las diferentes situaciones de la vida. Aquí yace nuestro futuro. El Espíritu nos enseñará todas las cosas, y nos recordará todas las cosas, y si somos obedientes a esto, recibiremos parte de su paz, no como la que el mundo da, sino la paz con la que vino Jesús. Esta paz se mantiene, no con balas ni pistolas, sino con el poder que emana de alguien que no vive según los deseos de su carne, sino que anda en el Espíritu y hace la voluntad de Dios.
Usemos pues el trono de la gracia diligentemente. (Hebreos 4:16) Aquí está nuestro futuro y nuestra esperanza. En esta vida podemos regocijarnos de la esperanza en la gloria de Dios, en la naturaleza divina, que estará con nosotros en el futuro – lo eterno. Y en este poder también podemos regocijarnos en medio de nuestras tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce paciencia, y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. (Romanos 5:3-5) De personas así conocemos la paz, e irradian futuro y esperanza, estos fueron los pensamientos de Dios acerca de nosotros.
Este artículo fue traducido del Noruego y ha sido adaptado de un artículo titulado "Un futuro y una esperanza", publicado por primera vez en el periódico oficial de BCC "Skjulte Skatter" ("Tesoros Escondidos") en febrero del 2003.
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Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.