¿Qué significa ser salvado perpetuamente?
Ser salvado perpetuamente se refiere a una salvación aún más profunda; una salvación que libera no solo de la paga del pecado, sino de las cadenas del pecado.
Acabas de entregar tu corazón a Jesús. Te has arrepentido y tus pecados han sido perdonados. En otras palabras, ¡Has sido salvo! Salvo de la paga del pecado, que es la muerte. ¡Jesucristo ha pagado esa deuda por ti, y ahora, que has creído en Él, recibirás la vida eterna! (Juan 3:16) Este es un excepcional don de gracia.
¿Pero, es solamente eso? ¿Ese es el significado de ser salvo? ¿Qué sucede con lo que el autor de la carta a los Hebreos escribe? “… por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Hebreos 7:25 ¿Qué significa que Él “salvará perpetuamente?”
Él es capaz de salvar perpetuamente: una salvación aún más profunda
Hebreos 7:25 habla de una salvación aún más profunda; una salvación no solo de la paga del pecado, sino de las cadenas del pecado. ¡Puedes salvarte de pecar una y otra vez, de tener que pedir perdón una y otra vez! En otras palabras, puedes ser salvado no solo del castigo por ceder a los ataques de ira y enojo (por ejemplo), sino que también de la raíz de esos mismos pecados que moran en tu carne. Esto sucede cuando niegas estos deseos en la carne en obediencia a la voz del Espíritu Santo. Tomas una decisión consciente de no ceder ante ellos, y a través del Espíritu los vences antes de que se conviertan en pecado. (Romanos 8:13) ¿No te parece fantástico? Y como Jesús siempre vive para interceder por ti, es una garantía que recibirás ayuda y poder del Espíritu Santo — del consolador que Él nos ha enviado.
Cuando eres fiel a vencer tus deseos cada vez que eres tentado; tentado a cosas como pensamientos impuros, orgullo o envidia, etc. llegarás, a través de tu firme fidelidad, al punto en el que tus deseos serán vencidos por completo. ¡Serán completamente arrancados y destruidos pedazo por pedazo! Las virtudes crecerán donde una vez los deseos estaban tan profundamente arraigados. A esto se refiere lo que está escrito en Hebreos 7:25 cuando se escribe de “salvar perpetuamente.” No es un trabajo de tan solo un momento, sino todo un proceso de fidelidad de toda la vida.
El proceso de esta salvación
Este proceso es descrito y explicado por las palabras de los Apóstoles, y también por las propias palabras de Jesús:
“…vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas…” Hebreos 6:1.“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:48.“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo…prosigo a la meta…” Filipenses 3:12-15. “Mas tenga la paciencia su obra completa…” Santiago 1:4.
Así es como nos “…ocupamos en vuestra salvación con temor y temblor.” Y no porque eres muy fuerte o capaz, sino porque esperas tu meta con gran expectativa, hasta obtener el resultado final de tu fe. Eres obediente a “Dios el que en vosotros produce así el querer como el hacer”, ¡y quien te da el poder para el hacer! Puedes estar “…persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 2:12-13; Filipenses 1:6.
Si todavía haces las obras de tu carne voluntariamente, entonces no estás en el proceso de la salvación, y mucho menos en el proceso de una salvación perpetua. Pero si caminas en obediencia al Espíritu, venciendo los deseos de la carne conforme a como se te son revelados, obtendrás el fruto del Espíritu. Cosas como el amor, gozo, benignidad, templanza, etc. Entonces estás en el proceso que Pablo describe en Romanos 5:10: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Siguiendo el ejemplo de Jesús, vas en el camino en el que serás salvado perpetuamente.
El resultado final de tu fe
¡No entrarás en la eternidad con las manos vacías, sino con el rico contenido del fruto del Espíritu en tu espíritu! Este es el contenido que has adquirido en las diversas oportunidades que se han presentado como pruebas, tentaciones y retos en tu vida cotidiana, que exponen a la luz el pecado que mora en tu carne. ¡Serás transformado, conforme a la imagen del Hijo! (Romanos 8:28-29) ¡Tú serás participante de la naturaleza divina! (2 Pedro 1:3-4).
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4.
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1 Pedro 1:6-9.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.