¿Por qué es vital para todos vencer sobre el pecado?
Tu vida depende de ello.
Quieres ser una buena persona. Deseas bendecir. Quieres ser una verdadera ayuda, hacer la diferencia. Sin embargo, hay algo que te frena.
Hay algo que te impide vivir esta vida pura que anhelas vivir. Te impide llegar a las riquezas eternas que están disponibles en el evangelio de Cristo. Esto causa miseria e intranquilidad. Hay una fuerza destructiva que está incrustada profundamente en nuestra propia naturaleza humana. Esto es el pecado.
El pecado y sus consecuencias
¡El pecado te ata! Por causa del pecado no tienes la capacidad para realmente ser bueno. Todo lo que haces y dices está manchado por tu propio egoísmo. Por naturaleza estás enfocado en el cumplimiento de tus deseos y constantemente persiguiendo honor y reconocimiento. ¿No estás cansado de vivir una tal vida?
La Biblia dice que la paga del pecado es la muerte. (Romanos 6,23) (La muerte – una total y absoluta falta de vida.) Esto sucede porque el pecado te aparta de Dios: tú Creador y fuente de vida. El pecado rompe la comunión y conduce a toda corrupción y vacío. Si continúas viviendo de acuerdo a tus propios deseos y tendencias pecaminosas jamás podrás llegar a la verdadera fuerza, alegría o bendición de la cual hablan las Escrituras. En lugar de esto, serás dependiente de los placeres pasajeros y seguirás siendo un esclavo de todo lo que el mundo tiene para ofrecer. La muerte, la oscuridad y la desesperanza caracterizarán el resultado de tu vida.
¡Una gloriosa libertad!
Pero, alabado sea Dios, ¡que esto no tiene por qué ser así! ¡No necesitas estar atado por el poder del pecado y de la muerte! Jesucristo, el Hijo de Dios, ha creado un camino para salir de esta naturaleza pecaminosa heredada desde la caída en el pecado. Él mismo ha vencido el pecado y la muerte, y ahora te invita a seguirle por este camino: ¡un camino que conduce a gloriosa libertad! ¿Ves que tu vida está en juego? ¡Alegría eterna y paz están en juego! ¿Por qué seguir viviendo de acuerdo a tus propias pasiones y deseos pecaminosos, lo que sólo te conduce a muerte y destrucción, cuando puedes vivir una vida resucitada con Cristo y participar de la vida eterna?
Una vida victoriosa te da la libertad que anhelas para servir a Dios y a los demás con un corazón puro y sincero. Te da la posibilidad de brindar calor, alegría y ayuda a los demás a tu alrededor. Te permite detener tus deseos pecaminosos y reaccionar con bondad y pureza en todas las situaciones de la vida. Al vivir una vida en plena victoria sobre el pecado heredarás todas las promesas. Llegarás a una alegría y paz, y recibirás parte de la vida eterna y la verdadera naturaleza divina. ¿No es esto lo que quieres? Si la respuesta es sí, ¡entonces declara una sentencia de muerte sobre todo pecado hoy! El pecado no tiene que tener dominio sobre ti. ¡Estás llamado a vencer!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.