No hay miedo en el amor – Cómo aprendí a lidiar con personas intimidantes
Ver a la gente a través de los ojos de Dios le enseñó a Karen una valiosa lección al tratar con personas a las que consideraba intimidantes.
Parece que recientemente he estado viendo y oyendo el refrán, “Todo el mundo con el que te encuentres está librando una dura batalla. Sé amable. Siempre.”
Claro, esto es importante, pero la pregunta en mi mente es, ¿saben ellos que esta puede ser una batalla ganadora?
Conozcan a mi amiga Karen. Ella es feliz, amistosa, y llena de energía. Con ella es fácil hablar y cómodo para estar a su lado. Pero ella me contó que ha habido una batalla que tuvo que luchar para poder ser así alrededor de todo el mundo.
La batalla de Karen
"Todo mi cuerpo estaba temblando", dice Karen. "Me sentía congelada, enferma de mi estómago. Sabía que esto era algo que tenía que hacer, pero en realidad, me sentía como si me encogiera en una posición fetal.
"Tenía miedo.
"Acababa de empezar un nuevo trabajo, y parte de lo que el trabajo implicaba era lidiar con algunas personas con personalidades poderosamente fuertes y que parecían extremadamente directas y sin tacto."
"Yo sabía que no era la mente de Dios, que me deje ser empujada, intimidada, y temerosa de la gente." Lo que me ayudó fue pensar, “Dios está en completo control de la situación y no me pone en ninguna situación que sea demasiado para soportar” (1 Corintios 10:13)
"Cuando empiezo a sentir estos síntomas de miedo y ansiedad, este versículo ha sido especialmente útil para mí:
‘Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.’ ” 2 Timoteo 1:7.
"Me digo a mí misma: lo que está sucediendo ahora es una emoción; es miedo. Dios no me ha dado un espíritu de miedo para esta situación. Esto no es algo que esté destinado a hacerme temer. Dios quiere que tenga un espíritu de poder y de dominio propio en esta situación. Me repito esto a mí misma, y me concentro conscientemente en las palabras de ese versículo.”
“Cuando me permito reconfortarme y sacar el poder de estas palabras, pienso más claramente -"de dominio propio." Entonces veo que hay una tarea que Dios me ha preparado en esta situación, y no es tener miedo. Aquí puedo bendecir a alguien. Esta es una necesidad que puedo llenar. Tener miedo no tiene nada que ver con tener dominio propio, y no es la base sólida que Dios quiere para mí.”
“Dios tiene todo el poder y todo el poder para mí en cada situación, por lo que puedo ser una persona que actúa y hace lo que hay que hacer. Estas personas están en mi vida para que yo pueda aprender algo sobre mí mismo y purificarme, para poder bendecirlas y ayudarlas, o ambas".
Perfecto amor
"Otro versículo que ha sido un arma poderosa para mí es:
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor." 1 Juan 4:18.
"Me di cuenta de que era ridículo no poder estar cerca de ciertas personas porque sus personalidades me intimidan. O que toda mi vida, este atada por este miedo. Ese versículo es como un ancla para mí ahora. ‘… el perfecto amor echa fuera el temor.' “
"Dios tiene un amor perfecto para todos. Si puedo ver a esas personas intimidantes como Dios las ve, si puedo tener ese mismo amor, entonces no tengo que temer, y más que eso, también quiero que sea bueno para ellos. Quiero tener el mismo amor por ellos que Dios tiene. Ahora puedo entrar en esas mismas situaciones, y cuando estoy tentada a tener miedo o abrumada, me fortalezco con este versículo. “El perfecto amor echa fuera el temor." No tengo miedo de esto. Dios tiene el mismo cuidado por esta persona como Él lo tiene por mí”.
Pensando fuera de mí
“Así que, con cualquiera que este, yo no necesito tener miedo. ¿Puedo pensar, tal vez esta persona necesita ayuda? ¿Qué puedo hacer por ellos? Entonces salgo de mis pensamientos egoístas y en un amor por los demás, donde prefiero pensar en las batallas que podrían estar luchando, en lugar de preocuparme de mí misma. El miedo viene a menudo porque busco el honor de otras personas, quiero que piensen bien de mí, como dice el versículo en Juan 5:44:
“¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?”
"Desde entonces, he llegado a situaciones en las que realmente he pensado, ‘¿Por qué tenía miedo de esta persona?' Ahora puedo hacer cosas con ellos y decir cosas, para ser una bendición. A veces todavía es una batalla, así que tengo que tomar una batalla consciente: ‘No. ¡El perfecto amor echa fuera el temor! Dios me ayuda a hacer esto. Me ayuda a ser una bendición. "Puedo superar mis miedos y pasarla bien con la gente, a pesar de que nuestras personalidades no hacen clic. Entonces el resultado es que puedo seguir adelante y pasarla bien con cada uno. Puedo construir conexiones con la gente cuando pienso fuera de mí. "
No sabía nada de la batalla de Karen, pero me alegro de que la compartiera conmigo. ¡Me alienta que mis batallas puedan ganar batallas también!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.