Natanael: Un hombre honesto y justo
Jesús pudo ver cómo era Natanael incluso antes de hablar con él. ¿Qué tenía de especial Natanael?
Natanael: Lo que Jesús vio
Cuando Jesús vio a Natanael dijo: "He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño." Juan 1:47. ¿Qué quería decir en realidad y cómo podía saber Jesús cómo era Natanael a pesar de no haberlo conocido?
A Natanael solo se le menciona una vez en la Biblia, pero las sencillas palabras de Jesús demostraron que era un hombre del que podemos aprender mucho. ¿Qué significa no tener engaño, y por qué Jesús decidió caracterizarlo de esa manera?
En otras historias de la Biblia, podemos ver que Jesús decía palabras muy diferentes a los fariseos: "¡¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia!! ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio." Mateo 23:25-26. Los fariseos eran las personas educadas de entre los judíos y eran conocidos por esforzarse en tener una buena apariencia externa de acuerdo con las leyes judías. Les encantaba hacer un espectáculo ante otras personas enfatizando lo religiosos que eran. Pero en su orgullo, mientras guardaban todas las leyes externas, no se preocupaban por el pecado que todavía estaba dentro de ellos. Solo servían a Dios para su propio beneficio, y no porque lo amaran verdaderamente.
Jesús conoció a muchas personas en su vida, sin embargo Él fue puro y verdadero tanto en su interior como en el exterior. También conocía y guardaba todas las leyes judías, pero vio que todas esas leyes externas no podían destruir el pecado en que mora en el interior.
En el "Sermón del monte" Jesús dio varios ejemplos de cómo la ley no podía hacer nada contra el pecado que está en el corazón. "Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio." Mateo 5:21-22. Y "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." Mateo 5:27-28. Con estos ejemplos, Jesús mostró que la ley solo puede castigar a alguien cuando comete un acto de asesinato o de adulterio. ¡Pero Jesús llevó a la muerte al pecado en el interior — ese enojo y esa codicia — para que nunca tuviera la oportunidad de manifestarse!
¿Qué es lo que la gente ve en mí?
Cuando Jesús vio a Natanael, percibió que era un hombre justo. No se trataba solo de dar una buena apariencia ante las personas o de hacer todo lo correcto para recibir honra. Natanael debe haber amado verdaderamente a Dios y haberle servido con todo su corazón para que Jesús dijera eso. Su espíritu daba testimonio de la vida que llevaba. Natanael no trataba de aparentar ni de esconder algo, y Jesús se dio cuenta de ello incluso antes de que hablaran.
Esta historia realmente me hizo preguntarme: si hoy me encontrara con Jesús, ¿podría decir lo mismo de mí?, ¿Qué ven en realidad las personas a mí alrededor con las que estoy todos los días? ¿Ven a alguien que no tiene engaño? ¿Alguien que es honesto y justo y que no tiene nada que ocultar? ¿Alguien que trata a los demás con respeto, sin importar quiénes sean?
Hace poco, escuché a alguien decir que no nacemos naturalmente siendo honestos en todas las circunstancias. Cuando escuché eso, me hizo pensar en los fariseos. Ellos estaban convencidos de que eran buenos y estaban tan ocupados en mantener una buena apariencia que ni siquiera podían ver o reconocer que estaban llenos de pecado por dentro.
En el Salmo 51:6, David escribe "He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría." Si quiero ser como Natanael, entonces necesito examinarme muy bien interiormente; en las cosas ocultas que nadie puede ver. Hay muchas ocasiones en las que decir una pequeña mentira "inofensiva" puede parecer lo mejor, si es que me beneficia. O tal vez uno siente se siente obligado a actuar de diferente maneras según con quién esté. ¿Le estoy diciendo la verdad a todos, incluso cuando es difícil? ¿Estoy dispuesta a perder mi honor para defender lo que es correcto?
Honestidad hasta lo más profundo
Cuando me puse a pensar sobre esto, me pregunté: ¿cómo puede uno vencer sobre todas estas cosas? ¿Cómo puedo ser una persona honesta hasta el final como como lo deseo? ¿Cómo puedo tener el valor para decir la verdad cuando sé que debo hacerlo?
Está escrito: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida." Proverbios 4:23. ¡Todo comienza en el corazón! ¡Si yo guardo mi corazón puro y estoy atenta a lo que entra en él, entonces seré sin engaño! Esto significa que tengo que ser completamente honesta cuando veo que hay pecado que habita en mí. Tengo que reconocer que está ahí y pedirle a Dios que me libere. No puedo tratar de ignorarlo, ni ocultarlo de ninguna manera. Cuando soy totalmente honesta conmigo mismo, y con Dios, entonces aprendo a amar la verdad sobre mí, porque veo que la verdad puede liberarme del pecado que mora en mí. Y cuando aprendo a ser honesta conmigo mismo y con Dios, entonces también puedo ser más y más honesta con la gente que me rodea.
Ahora, en lugar de buscar el honra o el favor de personas "importantes", aprendo que lo único importante es lo que Dios piensa de mí. Cuando tengo que decirle a alguien la verdad, lo hago, porque quiero ser una persona honesta y justa sin importar de lo que hable. No necesito mentir para tratar de ganar algo para mí, pues confío en que Dios me bendecirá si soy justo.
En Juan 8:32, Jesús dice: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." ¡Estas palabras con la mejor motivación que podemos tener! Cuando amo la verdad me vuelvo invencible. Ninguna situación y ninguna persona puede separarme de Dios. Él está a mi lado en todas mis circunstancias, y al mismo tiempo siempre está listo para darme la fuerza y ayuda que necesito para vencer. De esta manera, sin decir una sola palabra puedo ser un ejemplo así como Natanael; me convierto en uno de los que Jesús puede decir: "su corazón es completamente puro."
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.