Nadie quiere ser gruñón

Nadie quiere ser gruñón

¿Cómo puedo llegar al lugar donde mi rostro brilla con la luz – incluso si no me “siento” así?

5 Min ·

“Un rayo de sol, un rayo de sol, Jesús me quiere para un rayo de sol…”

Esta línea puede ser de una canción para niños, pero ha sido una guía para mi vida.

Si alguna vez siento que estoy en una situación difícil, o tentado a estar enojado, o estoy teniendo un "mal día", la línea de esta canción viene a mí y de inmediato cambio mi actitud y dejo ir cualquier pensamiento miserable. Tengo que orar por fuerza para luchar contra esta actitud gruñona. Ciertamente no puedo cambiar mi actitud como un interruptor usando mi propia fuerza, pero con la gracia de Dios, Él puede ayudarme a vencer el pecado que está causando mi estado de ánimo. Ya sea que se trate de egoísmo, irritación, obstinación, o lo que sea.

Una cara que irradia

Pero, ¿qué significa ser un rayo de sol? Para mí, las palabras "ser un rayo de sol" me hacen pensar en un rostro que irradia felicidad y amor; una cara que brilla con luz. Siempre es bueno estar cerca de alguien que lo tiene de esta manera, alguien que siempre lo hace bien para los demás. Nadie tiene que preocuparse de ofender a las personas que lo tienen así, ni de ponerlos gruñones, ni de decir algo equivocado. Este tipo de persona atrae a otros con su espíritu. Ese es el tipo de rostro que aspiro tener, día tras día.

Pero, ¿cómo puedo mantener esta feliz apariencia en todo momento? A menudo cosas vienen, surgen situaciones y puedo "perder la calma", o puedo irritarme con los demás. Entonces este rayo de sol se va y es reemplazado por una nube gris. Una cara que muestra mis sentimientos; infelicidad, impaciencia, o lo que sea que sean. Tal vez creas que es hipocresía tener siempre una cara feliz, incluso si no te sientes feliz. Que parece una fachada para hacer que los demás piensen que tu vida está yendo mejor de lo que realmente es. En realidad, ¿es posible ser siempre un genuino rayo de sol?

Para mí, ser un rayo de sol significa que en realidad soy feliz a pesar de lo que mis sentimientos quieren decirme. No importa qué malos pensamientos me tientan, o qué sentimientos malhumorados intenten surgir en mí, puedo decir: "No, no quiero ser así", y luego decidir mostrar las virtudes de Cristo: amor, amabilidad, paciencia, mansedumbre, etc. Nadie tiene que saber por qué pruebas estoy pasando, a que malos pensamientos soy tentado; solo necesitan ver que la bondad y la luz salen de mí.

No importa qué tipo de cosas aparentemente malas se presenten en mi camino -tratar con personas irrazonables, encontrarme en situaciones difíciles, etc. – no importa qué batalla esté pasando en lo oculto, solo se manifiesta la bondad.

Libre para ser un rayo de sol

¿Pero cómo me convierto en esta persona? A veces, cuando tengo pensamientos miserables, no recuerdo la canción inmediatamente. A veces ocurre de inmediato cuando mis pensamientos comienzan a oscurecerse, pero a veces me sorprendo a mí mismo solamente después de veinte minutos más o menos. Mientras sea diligente en deshacerme de esos pensamientos tan pronto como me dé cuenta, entonces estoy siendo obediente a lo que sé que es correcto. Si dejo que estos pensamientos miserables permanezcan vivos y afecten mi espíritu, entonces se mueven de mis pensamientos a mi corazón, y comienzo a convertirme en una persona miserable, amargada e infeliz. Cuando permito que esos pensamientos tomen el control, entonces me convierto en un esclavo de ellos: un esclavo de los pecados de la ingratitud, las quejas u otras cosas malvadas. (Juan 8:34)

Pero si soy celoso y estoy con ganas de superar el momento en que me doy cuenta de la tentación, entonces el pecado es condenado a muerte y yo soy libre para ser ¡un rayo de sol para Jesús! La vida de Cristo se manifiesta en mí, y otros pueden verla, y Él puede ser glorificado a través de mí. (2 Corintios 4:10). Y cuanto más venzo, cuando siento la tentación de sentirme miserable, más natural se vuelve hasta que comienza a ser mi reacción inmediata.

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateos 5:14-16.

Tan pronto como pienso en la canción, “Un rayo de sol, un rayo de sol, Jesús me quiere para un rayo de sol…", entonces mi corazón se vuelve más ligero y todo cambia. Recuerdo ser feliz, recuerdo estar agradecido por todo, y recuerdo ser una luz para los demás. No tengo que ser gruñón y ciertamente no quiero serlo. Ser tentado a ser gruñón es muy natural, pero a nadie le gusta sentirse así. Es una elección. Y podemos elegir ser felices. Podemos elegir ser un rayo de sol.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.