Mahatma Gandhi y su encuentro con el "cristianismo"

Mahatma Gandhi y su encuentro con el "cristianismo"

¿Pudo Mahatma Gandhi ver el verdadero Cristianismo en su búsqueda tras la verdad?

Mahatma Gandhi es un conocido en los libros de historia, como el hombre a la cabeza en la lucha de India por la libertad del imperio británico, lo que la condujo a su independencia. Lo que tal vez no es tan conocida, es la búsqueda permanente de este hombre tras la verdad. En sus escritos hay tres virtudes principales en las que siempre se enfoca. La verdad, el amor y la pureza (Satya, Ahimsa y Bramacharya).

Gandhi creció con su fe en el hindú, la cual confesó durante toda su vida. Sin embargo y por motivo de sus estudios de leyes vivió varios años en Inglaterra, y más tarde un tiempo prolongado en Sudáfrica, donde ejerció como abogado. En estos países, especialmente en Sudáfrica, conoció a personas de creencia cristiana con las cuales entró en contacto. Con una mente sincera y siempre en busca tras la verdad,  escuchó a estas personas sin perjuicio, y también leyó varios libros sobre la fe cristiana que tuvo a su disposición.

En busca de ser liberado del pecado

En su propia biografía cuenta:
"Durante una reunión con algunos hermanos cristianos, uno de ellos vino con una creencia para la cual no estaba preparado

‘Ellos no ven la belleza en nuestra religión. Por como hablan, pareciera que todo el tiempo estuvieran rumiando de sus faltas en la vida, que se arrepienten y piden perdón. Pero si pecan y se arrepienten y vuelven a pecar, ¿cómo creen entonces que podrán ser libres? Así no tendrán nunca paz. Reconocen que todos somos pecadores. Ahora ve cuán perfecta es nuestra fe. Nuestros intentos de mejorar y expiar nuestros pecados son totalmente en vano. ¿Cómo podemos sobrellevar la carga de nuestros pecados? No podemos hacer otra cosa que dejar a Jesús que la cargue por nosotros. Él es el único Hijo de Dios libre de pecado. Esto lo ha prometido, que todo aquel que crea en Él recibirá vida eterna. Ahí esta la bondad infinita de Dios. Nuestros pecados ya no nos atan, porque creemos que Jesús ya padeció por nosotros. Estamos obligados a pecar, es imposible vivir libres de pecado en este mundo. Por esta razón, Jesús tuvo que padecer y expiar el pecado de los hombres. Solo el que cree que Él nos ha hecho libres, recibirá la vida eterna. Piensa en la vida llena de intranquilidad que ellos viven y en las promesas de paz que hemos recibido.' 

"Estas palabras ciertamente no sirvieron para convencerme. Mi respuesta fue bastante simple: ‘Si este es el cristianismo, no puedo dejar que me convenza. Yo no busco la redención de las consecuencias de mi pecadoBusco ser libre del pecado en sí, o mejor dicho – del pensamiento pecaminoso. Hasta que no alcance este fin, estaré contento de estar inquieto.'"

Sobre esta persona Gandhi agrega: "Y él se reconocía una persona buena por sus palabras. Él pecaba deliberadamente, y me hacía ver que no estaba preocupado de lo que los demás pensaran." (Extracto de "An Autobiography or The Story of my Experiments with Truth", de M. K. Gandhi, 1927-29).

Conciencia en lugar de Cristianismo

Gandhi nunca se convirtió a la fe cristiana. Así como Sócrates antés de él, pero el decidió escuchar a la "voz interior." Siguió una carrera política y escribe que la convirtió en su religión para servir a la gente.

Lo que Gandhi escuchó de sus "amigos Cristianos" en su juventud no era el verdadero cristianismo. Este no era todo el evangelio. Pablo por el contrario, escribe acerca del verdadero evangelio en Romanos 6:11-12: "Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias."

Esta escrito acerca de Jesús que fue "tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado", lo que demuestra que es totalmente posible para una persona vencer sobre el pecado. Por lo tanto, se nos alienta a acercarnos a Él para recibir ayudar y gracia para lograr la misma victoria. Hebreos 4:15-16.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.