Los peligros de un poco de impureza
¿Qué tan peligroso es un pequeño pensamiento impuro?
La Biblia dice claramente en 2 Timoteo 2:22: "Huye también de las pasiones juveniles", pero esto se toma cada vez menos en serio en nuestro mundo moderno. Ver pornografía, fantasear con personas en tus pensamientos y dejar que tus pensamientos vayan sin control a todos lados son cosas cada vez más comunes, incluso entre los cristianos ¿Qué tan malo puede ser un poco de impureza? Mientras uno no haga nada con alguien más, ¿qué tiene de peligroso?
Un pequeño pensamiento impuro es una de las fuerzas más destructivas del mundo. No sabes dónde te conducirá. O quizás lo sabes, pero simplemente no crees que te vaya a pasar a ti. La verdad es que nosotros, los seres humanos, somos increíblemente débiles cuando se trata de los pensamientos y tentaciones sexuales. Podemos decir que "no es tan malo" o bien que "no me llevará nada peor", pero la realidad es que si le das a Satanás un dedo, él no detendrá hasta tener todo tu ser.
El camino hacia abajo
La impureza en tus pensamientos es tan malo como la impureza en tus acciones – Jesús deja esto muy claro. (Mateo 5:28). Dios creó la relación sexual para que fuese entre un hombre y una mujer y dentro del matrimonio. Esto se supone que debe ser una bendición mutua, pero ceder ante el deseo sexual fuera del matrimonio, ya sea en pensamientos u obras, solo sirve para satisfacer tus propios deseos.
Todo pecado es vivir para sí mismo y no para Dios y por eso Dios lo odia tanto. Tal vez no involucras a nadie más, pero es una actitud que muestra tu verdadera mente, que es puramente egoísta. Nunca podrás ser una bendición y nunca podrás servir a Dios mientras dejes que el pecado gobierne tus pensamientos y finalmente tus actos.
Pero, por supuesto nadie toma una decisión tan repentina y drástica de simplemente saltar en el pecado y comenzar a vivir completamente para sus pasiones. Son generalmente pequeños pasos que componen todo el camino. "Solo por esta vez", "solo esta página web", "solo este pensamiento." Esto es todo lo que Satanás quiere; solo un paso a la vez. Y muy pronto te das cuenta que estás en un mundo de pecado, preguntándote cómo he llegado hasta aquí, y si alguna vez encontraré la salida.
No hay felicidad en la impureza
Cuando tu felicidad depende de tus deseos, por supuesto nunca eres feliz, porque tus deseos nunca están satisfechos. Esto siempre te conduce a un lugar más oscuro, a un pecado más repugnante. Lo que haces es solamente alimentar tu propia voluntad y cuando estás tan preocupado por ti mismo pierdes efectivamente tu relación con Dios. Una vez que comienzas a ceder ante tus deseos, también empiezas a perder la batalla en los demás frentes.
Sientes que ya no puedes orar más; te sientes incómodo hablando con los demás cristianos. Te sientes juzgado cuando lees tu Biblia. Deambulas con los ojos hacia abajo y esperas que nadie sepa cuánto pecas en el interior. Te sientes muy avergonzado de hablar con tu pastor o líder de jóvenes. Incluso muy avergonzado de hablar con Dios. De este modo Satanás puede hacer lo que quiera contigo. Él tiene completo poder sobre ti.
Cosas que antes jamás habrías hecho ahora te parecen naturales, por causa del pecado. Tu conciencia comienza a morir, y después que muere lo que antes te parecía repugnante y asqueroso ahora es natural, y ya no sientes que es tan malo, un poco de pornografía, o fantasear un tu vida de pensamientos. Empiezas a pensar que está bien adentrarse aún más en el pecado.
El pecado destruye tu alma
Viviendo de este modo en estos rincones, jamás tendrás paz ni reposo. Esto destruye tu alma. La angustia que sigue con un poco de impureza es inmensa. El temor de que la gente se entere. La vergüenza si es que ya lo hicieron. Cedes conscientemente aquí y asumes el fracaso en todos los demás frentes Te vuelves triste, amargo, irritado y todo lo demás.
Lo que has sembrado en la carne también debe ser cosechado, y no es una cosecha agradable. Si te llenas de impurezas en tu juventud no puedes simplemente salir de eso en un instante – aunque puedes recibir perdón por tus pecados al instante. Te tomará años cosechar lo que has sembrado en la carne antes de que seas completamente libre.
Ceder ante tus deseos para que comiencen a controlarte destruirá tu alma. Puede destruir tu capacidad para formar o mantener una relación significativa y duradera o para mantenerte fiel a tu pareja, tanto en pensamiento como en obras. Es una gran lucha para "hacer borrón y cuenta nueva", de tal forma que las imágenes mentales que has adquirido ya no te atormenten.
¡Puedes ser libre!
Pero esto no tiene que ser así. Es cierto que tienes que cosechar las consecuencias de cada pecado que has cometido, pero es simplemente una razón más para dejar de pecar ahora. Satanás solo tiene poder sobre ti cuando conscientemente cometes pecado .
Desde el momento en que decides tomar una batalla contra tus deseos, está Jesús a tu lado con poder para ayudarte a vencer.
Puedes emprender una batalla ahora mismo y ser llamado hermano de Jesús. No necesitas vivir en la vergüenza porque haces aquello o lo otro en los rincones. Ahora mismo puedes vivir en la luz – si tomas esta batalla. E incluso si vuelves a caer, pero te arrepientes a fondo, entonces estás en la luz y estás en el camino de la victoria.
Huye de las pasiones juveniles, está escrito (2 Timoteo 2:22). Las tentaciones sexuales son una de las herramientas más destructivas de Satanás. Él ha destruido muchas vidas con esta herramienta, y si no eres absolutamente radical tu vida también puede ser rápidamente destruida. Pero Dios está listo y esperando para darte poder y ayuda desde el cielo si decides que quieres ser libre.
Mientras tengas un deseo ardiente de terminar con el pecado, entonces no solo es posible vencer sino que la victoria está garantizada. ¡Dios te ayudará!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.