Los limpios de corazón verán a Dios.

Los limpios de corazón verán a Dios.

¡Así está escrito! lo cual quiere decir que es posible llegar a ver a Dios y tener un corazón limpio.

Si no fuera posible en este mundo tener un corazón limpio, nadie podría llegar a ver a Dios (Mateo 5:8), y las gloriosas palabras que salieron de la boca de Jesús no tendrían ningún significado para nosotros.

¡El creer que sus palabras no tenían sentido es totalmente absurdo! Por lo tanto, ¡es completamente posible por medio de una fe viva tener un corazón limpio todos los días, mientras vivimos en el tiempo de la gracia! ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Que gracia! ¡Qué amor!

Puro o limpio es lo mismo que santo. "Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo." 1 Pedro 1: 15-16.

¡Ser santo en toda tu conducta es exactamente lo mismo que ser santo y puro en todas las áreas! Es decir, ¡victoria sobre todo pecado consciente como lo atestiguan las escrituras de muchas maneras! ¡Estamos llamados a ser perfectos, así como Dios es perfecto! (Mateo 5:48) De nuevo, esto es lo mismo que las acciones santas, las palabras santas, los pensamientos puros y santos, y ¡lo mismo que la mente de Cristo! (1 Corintios 2:16).

Humanamente hablando, todo esto suena increíble, y es verdadero de acuerdo a las palabras tan claras de las Escrituras. Así que, debemos someternos a esto con toda honestidad. Simplemente debemos creerlo, al igual que un niño pequeño, y así ¡podremos experimentarlo!

Toda gira en torno a un proceso de limpieza profunda y de gran magnitud. Esto se describe de manera simple y efectiva en 1 Pedro 1:22: "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad."

Aquí, el agente de limpieza se describe cómo: obedecer la verdad = obediencia a toda la Palabra de Dios en el Nuevo Testamento = ¡todas las Palabras de vida! Cada Palabra de vida nos limpia de uno o más pecados. Por ejemplo: ¡Dar!, Al hacerlo, somos purificados de la avaricia y del amor al dinero. Humíllate, sométete, no seas sabio en tu propia opinión, y guardáte en humildad. Al obedecer estas palabras, nos purificamos del orgullo, la soberbia y la arrogancia, ¡lo cual es muy importante!

Amarnos unos a otros fervientemente de corazón, nos purifica del egoísmo, de fingir que amamos, de tener algo en contra de los otros, de desacuerdos y divisiones, ¡lo cual es, por supuesto, ¡extremadamente importante!

Al obedecer la palabra: "La piedad con contentamiento es una gran ganancia" (1 Timoteo 6:6), ¡somos completamente salvos de toda codicia y jactancia orgullosa, así como de la vanidad y la gula! ¡Qué increíble y gran ganancia tenemos!

Al obedecer la palabra: "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza" (Hebreos 10:23), seremos limpiados de evasión, cobardía, temor al hombre y falta de confianza.

¡No existe ninguna otra salvación que la salvación por medio de la obediencia! Así está escrito en Hebreos 5:9, muy claro, preciso y fácil de entender.

Somos la obra de Cristo y glorificamos su nombre al caminar obedientemente en las obras que Él prepara para nosotros. (Efesios 2:10)

Esta es una versión editada de un artículo que fue publicado por primera vez en el periódico de BCC Skjulte Skatter ("Tesoros Escondidos") en diciembre de 1980.
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag | Norway

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.