La gratitud puede reinar en mi corazón
Cuando soy capaz de ver que todo tiene un propósito en mi vida ¡me convierto en una persona agradecida! Déjame explicar…
Mi madre está incurablemente enferma.
Viendo su situación desde una perspectiva humana, ella no tiene ninguna razón para estar feliz o agradecida. Sin embargo, cada vez que se despierta por la mañana lo primero que veo es una sonrisa y que está llena de agradecimiento. Ella tiene una gran fe en Dios quien dirige todas las cosas. Realmente puedo ver y experimentar los resultados en su vida de la obra que ha ocurrido en su interior. Mi madre ha sido fiel a seguir al Maestro, y el resultado ha sido esa paz y agradecimiento que tiene, no solo por la vida a pesar de su enfermedad, sino incluso por la enfermedad misma.
Esta ha sido una revelación para mí: La gratitud también puede reinar en mi corazón
Todo tiene un propósito
Si yo, en medio de todas las pruebas y sufrimientos que la vida puede traer, soy capaz de ver que todo tiene un propósito ¡me convierto en una persona agradecida! Cuando una prueba se me presenta, no pienso en sí en las dificultades que va traer, sino más bien en la gloria que puedo obtener a través de estas pruebas. Déjame explicar.
En este tipo de situaciones, no existe ninguna otra solución más que entregar mi vida en las manos de Dios, creer en el plan perfecto que Él tiene para mí y creer en versículos como el de Romanos 8:28. En lugar de que mi relación con Dios y mi fe se debilite, solo se fortalece. Tengo una firme creencia en el amor de Dios por mí y en que Él solo quiere lo mejor para mi vida. Lo que Dios quiere es moldearme a través de las pruebas, y que por medio de las mismas me acerque a Él.
Cuando tengo esta revelación, entonces puedo dar gracias a Dios, así como lo dice la letra de una canción: “Por días de sol te doy gracias, por noches de prueba también.” Puedo agradecer a Dios de manera genuina por todo lo que venga en mi camino, y esto hace que las pruebas de la vida parezcan cortas y fáciles. No siento ninguna dificultad cuando paso por “dificultades.”
No siempre entiendo el “por qué”
He experimentado varias veces en mi vida que no entiendo el por qué algunas pruebas se me presentan. El propósito de ellas no es inmediatamente claro, pero cuando pienso: “querido Dios, tengo fe en que esto es lo mejor para mí, porque tú tienes un plan perfecto para mi vida”, entonces puedo pasar por pruebas y permanecer agradecido. Puede haber por seguro una lucha contra mis sentimientos que dicen lo contrario, pero al final, sé que el agradecimiento es algo que yo conscientemente elijo sin importar mis sentimientos. De esta forma es cómo saco mayor provecho de mis situaciones. Además, si recibo victoria sobre las cosas que surgen de mi naturaleza – cosas como la duda, las quejas, la ansiedad etc., voy a reunir tesoros celestiales.
Mi madre me dijo en una ocasión: “No esperes a que te suceda algo como a mí para empezar a ver cuán grade es entregar tu vida a Dios.”
No necesitas esperar a que venga una prueba como una enfermedad grave para ver lo corto que es la vida y que cada día es de gran valor. La vida es corta de todos modos, ya sea que tengas una enfermedad o no.
Otra canción que me ha sido de gran ayuda dice: “Mantén tus pensamientos enfocados en el cielo.” Puedo permanecer agradecido, sin importar lo que pase y si mantengo mis pensamientos enfocados en el cielo. Si tengo este sentir ya no importa lo que me pase, pues puedo experimentar que la gratitud reina en mi corazón, porque sé que hay un Dios por encima de todo, el cual me ama mucho, así tal y como soy. Él cuida de nuestra familia y nos da exactamente las situaciones que necesitamos. Algunas personas vienen a nosotros y nos dicen: “Lo siento mucho por ti”, pero me gustaría que ellos también pudieran probar la gloria que viene de las pruebas.
Me ha quedado muy claro que necesito aprender a contar cada día como si fuera el último, pero también que necesito yo, en mis situaciones cotidianas, concentrarme en ganar tesoros celestiales.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.