¿Estás satisfecho con tu vida?
Imagina llegar al final de tu vida y poder decir: ¡Mi vida ha sido mucho mejor de lo que nunca imaginé!"
Alguna vez has tenido una meta en la vida y luego de conseguirla te dijiste a ti mismo: "¿Habrá valido la pena hacer esto?", o tal vez "¿Es esto tan bueno como pensaba que iba ser? O por otro lado, te ha pasado que alguna vez has elegido ir por un camino y después de reflexionar dices: "Pensaba que esto era bueno para mí, pero de hecho es mucho mejor de lo que me imaginaba." Piensa en lo satisfactorio que sería haber dedicado toda tu vida a algo que pertenece a la última categoría. Basándonos en lo que personas "de última categoría" han escrito, todos los que se entregan completamente a ser discípulos de Jesús son como tales personas:
Pablo, luego de ver un resplandor de luz de camino a Damasco, dijo: "¿qué quieres que yo haga?" (Hechos 9:3-6), y más tarde da un testimonio sobre la vida a la que llegó: "Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros..." Efesios 3:20.
Pedro era uno de los cuatro pescadores que "inmediatamente dejaron sus redes" (Marcos 1:16-20) cuando Jesús los llamó, y fue él mismo quien más adelante escribe: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia." 2 Pedro 1:3-4.
Judas dice al final de su epístola: "Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría..."
Estos y muchos otros, que renunciaron a todo lo que podían ser en este mundo para seguir a Jesús, no se arrepintieron de haber tomado esta elección en su vida.
En el libro de Isaías, encontramos un consejo para todo aquel que quiera una vida plena como la que vivieron estos hombres pero que todavía no la está experimentando: "¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma en abundancia." Isaías 55:1-2. El capítulo continúa con la exhortación a buscar al Señor y a escuchar su palabra y explica el porqué: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos..."
Jesús le dijo a la mujer Samaritana que encontró en el pozo que "cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna." Podríamos decir que esto es un cumplimiento de lo que Isaías profetizó sobre Jesús: "...y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho." Isaías 53:10-11.
Jesús ofrece la misma satisfacción a cualquiera que siga sus pasos: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." Juan 10:10. Los discípulos de Jesús experimentan una vida bendecida y feliz mientras están aquí en la tierra y luego en la eternidad son aún más felices. Con tales ejemplos y promesas dadas a nosotros, ¿no es sabio "Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.?" Isaías 55:6
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.