¿Estás dando testimonio a la verdad en tu vida?
Las personas deberían poder tocar y sentir la Palabra de Dios en nuestras vidas.
¿Estás dando testimonio a la verdad con tu vida?
“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.” Juan 18:37.
Jesús ES la verdad
Jesús estaba consciente de cuál era su llamado, por eso nadie podía moverlo. Él sabía por qué había venido a la tierra y a donde iba; sabía a lo que había renunciado y lo que le esperaba cuando se permitió a sí mismo nacer en este mundo. Jesús nació para dar testimonio a la verdad. Jesús es la verdad; Él es el camino, la verdad y la vida.
Él era el rey de la verdad y la justicia, y no pudo haber sido otra cosa, pues había nacido para ser eso. Él vivió y reinó en la verdad. Allí aplastó a Satanás bajo Sus pies — al príncipe de la mentira y las tinieblas. Como Jesús siempre fue verdadero y honesto, su vida era una luz y un juicio para todos aquellos con los que interactuaba. Por esa causa fue odiado. Él no tenía aspecto hermoso ni atractivo para que le deseemos. Él dijo a sus discípulos: “No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.”Juan 7:7.
Todo lo que tienes que hacer en este mundo para que les caigas bien a todos, es ir por ahí con una sonrisa y lisonjear a las personas; entonces tendrás muchos amigos. Tiene un costo el ser siempre verdadero y honesto, de hecho, te cuesta todo. Cuando eres verdadero y honesto con las personas no tendrás muchos amigos, pero los amigos que recibes son muchísimo más valiosos. Serán amigos fieles en los que siempre podrás confiar y no te abandonarán tan fácilmente.
Andando en la verdad
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” 1 Juan 2:6. Si hemos sido llamados y escogidos en Él y hemos nacido por medio de su palabra de verdad para ser primicias de su creación, entonces no nacemos por ninguna otra razón sino para dar testimonio a la verdad. La palabra de Dios debe hacerse carne en nosotros y por lo tanto las personas deberían poder tocar y sentir la palabra de Dios en nuestras vidas. Debemos dar testimonio a la verdad con nuestra vida y nuestras palabras.
También debemos estar muy conscientes de nuestro llamado, pero no solo eso, sino que deberíamos saber que cuando nacemos del Él, también nacemos para ser reyes llenos de verdad que son llamados a gobernar y vencer sobre todas las poderosas fuerzas de la mentira, la adulación y la hipocresía. ¿Cómo podríamos nosotros, como reyes de la verdad, arrastrarnos ante las personas y adularlas para ganar una posición en el mundo, o comprometer la verdad en aras de un poco de honor y una pequeña ganancia? ¡No! Un rey de la verdad debe vivir y andar en la verdad porque para eso ha nacido.
La mayoría de la gente pierde su interés en nosotros si siempre somos verdaderos y honestos. Por decirlo de otra manera, perdemos todo “encanto”, ya que este mismo proviene de Satanás. No obstante, nos volvemos naturales y directos perdiendo asimismo todo lo que el ojo humano admira y tiene por grande en este mundo. El objetivo de un verdadero cristiano es desaparecer en el fondo para que así llegue a convertirse en nada, de esta manera Cristo se volverá grande en todo lo que hace y dice; porque hemos muerto, y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3: 3).
Este artículo fue traducido del noruego y publicado por primera vez con el título “Para esto he nacido” en la edición de Skjulte Skatter (Tesoros Escondidos) en mayo 1934.
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Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.