¿Es posible vivir como Jesús?
Somos humanos. Somos pecadores, ¿o no?
¿Es posible vivir como Jesús? Es una pregunta que he leído varias veces. También es una pregunta que me han hecho y que yo misma me he preguntado.
Quizás debería comenzar por decir que creo que Jesús es el hijo de Dios. Creo que vino a la tierra, como un hombre. Está escrito claramente en la carta a los Hebreos que fue hecho en todo semejante a nosotros. Pero la Biblia dice que Jesús no cometió pecado, y me pregunto ¿por qué? (Hebreos 2:17-18; 4,15-16)
"Sólo somos humanos"
Toda mi vida he escuchado que "Dios nos vio como pecadores, y tuvo compasión de nosotros. Él nos ama, por eso desea estar con nosotros toda la eternidad. Pero siendo el grupo de miserables pecadores que somos, ¿no puede simplemente dejarnos entrar a todos en el cielo, o sí? Dios envió a su Hijo (o a sí mismo, como muchos creen) a la tierra para tomar el castigo por nuestros pecados, a morir por nosotros y perdonar nuestros pecados, ¡para que los creen en Él puedan pasar la eternidad en el cielo! Y es por causa de su bondad hacia nosotros, que amamos a Jesús y tratamos de vivir de tal forma que demos honra y gloria a Su nombre. Pero, somos simplemente humanos. Pecamos"
¿No es Dios lo suficientemente poderoso?
Cada vez que escuchaba palabras como esas me daban la sensación de que algo no concordaba. ¿Puede Dios ayudarnos para que ya no pequemos? ¿Acaso no es Él el Dios Todopoderoso? ¿No es lo suficientemente poderoso para ayudarnos a ya no pecar?
No fue hasta que un día escuché otra historia que por fin tenía sentido:
Dios vio al mundo, a aquellos hombres y mujeres que Él mismo había creado. Vio a todo tipo de personas. A hombres que vivían abiertamente en pecado. También vio a hombres que trataban de guardar Sus mandamientos – gente que desesperadamente buscaba ser obediente a las leyes que Él les había dado. Todas estas personas tenían algo en común.
Porque es VERDAD que Dios nos ama tanto que realmente desea pasar la eternidad junto a nosotros, estaba lleno de tristeza. Pero a causa de Sus propias leyes inmutables, simplemente no le permitían a los hombres que viven en pecado entrar a su reino, un reino que consiste en justicia, paz y gozo. (Romanos 14: 17)
Por eso Dios envió a su Hijo a la tierra para salvarnos. Jesús murió por nuestros pecados, y Dios prometió perdonar nuestros pecados si aceptamos a Jesús como Señor en nuestra vida. ¡Pero este fue sólo el comienzo del plan de Dios!
La parte más importante de la historia no fue el hecho que Jesús murió en la cruz por nosotros. ¡Fue la vida que vivió! Él estuvo aquí, fue un hombre, y fue probado (tentado) en todo igual que nosotros (Hebreos 4:15). ¡Pero no cometió pecado! Odiaba los deseos y pasiones en su carne mortal. Y era tanto Su odio que negó y crucificó estos deseos y pasiones – llevando día tras día el pecado a la muerte. Por esto la muerte en la cruz en el Gólgota no tuvo poder sobre Él, y se levantó de entre los muertos y se apareció a sus discípulos, antes de regresar al cielo, ¡para estar junto a su Padre!
¡Pisadas que podemos seguir!
Jesús es nuestro precursor, Él vivió la vida, dejando una huella que podemos seguir. (1 Pedro 2:21-23). Está claramente escrito que nosotros, como sus discípulos, estamos llamados a seguir los pasos del hombre que no cometió pecado. ¡Esto significa que nosotros también podemos vivir sin pecar!
Tú lo ves, Jesús no regresó al cielo sólo para estar junto a su Padre, dejándonos solos aquí luchando contra nuestro propio pecado y desgracia. Él prometió enviar el Espíritu Santo para que nos ayudara, enseñara y diera el poder para vencer. Pero no cualquiera recibe al Espíritu Santo. Dios envía el Espíritu a los que están cansados de su propio pecado y le obedecen. (Hechos 5:32)
Necesitamos pedir por ayuda para terminar con todo aquello que sabemos está mal – terminar de hacer mi propia voluntad en lugar de la voluntad de Dios. Jesús se alegra cuando ve que anhelamos servirle a Él de todo corazón, y nos envía su Espíritu Santo para que nos ayude a seguir en el camino de la salvación. Poco a poco nos muestra más aquello que debemos crucificar. De esta forma somos cada vez más semejantes a Jesús; estamos llenos de justicia, paz y gozo. Las virtudes en el reino de los cielos se convierten en nuestra vida, y podemos ver que pasaremos la eternidad junto a nuestro precursor ¡el que vivió y murió por nosotros!
Por supuesto que no creo que esta historia – que tiene tanto sentido para mí – es sólo una historia. Creo que es la verdad. Creo que esto es para mí. Esta es la razón por la cual me llamo cristiano.
"Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir." 1 Pedro 1:15
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.