Enviado como siervo de Dios
Cuando Dios envió a su Hijo a la tierra para que fuera nuestro salvador, Él fue enviado como siervo de Dios.
El profeta Isaías escribe sobre esto: "He aquí mi siervo, yo lo sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento." Isaías 42:1.
Al servir a su Padre, Jesús también se convirtió en nuestro servidor. Uno podría creer que éste quien envió Dios para que fuera nuestro salvador, redentor y rey hasta en lo más pequeño vendría en esplendor celestial, para que el mundo inmediatamente entendiera quién era Él y por qué vino. La Biblia por el contrario dice: "sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres." Filipenses 2:7.
La naturaleza humana es esencialmente egoísta, y nos inclinamos en creer que si los demás nos sirven y nos tratan bien, entonces somos felices. ¡La verdadera felicidad es algo mucho más profundo que esto! Jesús dice: "mas yo estoy entre vosotros como el que sirve." Lucas 22:27. El sabía esto muy bien y lo demostró con toda claridad a través de su ejemplo. El dice también sobre sí mismo: "Como el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos." Mateos 20:28.
Jesús no servía a los demás con el fin de ser honrado, sino porque los amaba. De hecho, Él eligió servir a aquellos que no le podían dar nada a cambio. Los niños pequeños, los cojos y ciegos, los leprosos y los que fueron despreciados por la sociedad, los cuales podían venir a Jesús y encontrar consuelo y sanación. Jesús les servía porque Él los amaba, ¡no porque ellos se lo merecían! No es correcto hacer el bien a aquellos que consideramos que lo merecen, Jesús amó la justicia y odio la injusticia, y por eso Dios lo ungió con óleo de alegría más que a sus compañeros. (Hebreos 1:9) En otras palabras, ¡Él ha sido la persona más feliz que ha caminado sobre la faz de la tierra!
¡Ahora es nuestro turno! Tenemos la posibilidad de seguir las pisadas de Jesús y servir a los otros en amor. (Gálatas 5: 13-14) Si amamos y servimos a Dios, entonces también Él nos mostrará el mejor modo de servir ¡a nuestro prójimo!
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.