El secreto para vencer el temor al hombre
El temor al hombre se manifiesta de diferentes maneras en las distintas personalidades, pero está en todos nosotros. ¿Quieres saber cómo librarte?
¿Qué es el temor al hombre?
Si eres introvertido o extrovertido, como una pared o el alma de una fiesta, o cualquiera otra cosa en medio de estas, el temor al hombre tiene sus garras en todos nosotros. Se puede manifestar de diferentes maneras:
- Necesidad de ser aprobado por otros/miedo a ser rechazado
- Necesidad de ser aceptado
- Presión social o de tus compañeros
- Necesidad de recibir honra
- Necesidad de reconocimiento
- Miedo a ser criticado
- Miedo a ser humillado
- Etc…
Estas cosas nos pueden llevar a:
- Cuestionar nuestras decisiones
- Convertirnos en alguien tímido cuando deberíamos ser francos
- Ser desobediente a Dios
- No confiar en nosotros mismos
- Juzgar nuestro valor por lo que dicen los demás
- Ser inactivo
- No ser tú mismo
- Ser indeciso
- Dudar de tu fe
El temor al hombre – un gran obstáculo
El temor al hombre puede ser uno de los más grandes obstáculos para servir a Dios, y la mayoría de nosotros lo tiene muy arraigado en su naturaleza. Se manifiesta de diferentes maneras en las distintas personalidades, pero siempre está presente.
¡De hecho se puede convertir en una forma de esclavitud! y puede ser que está especialmente relacionado con gente con las que quieres causar una buena impresión. Incluso algunas personas cambian o se adaptan a lo que la gente quiere ver de ellos. Se puede llegar hasta el punto en el que fácilmente me convierto y cambio totalmente mi opinión y personalidad dependiendo de con quien esté. ¡Esa no es la gloriosa libertad que está en Cristo!
Puedo estar tan atado al temor de los hombres, que no soy capaz de ver lo que en realidad es importante.
Mi ego
¿Cómo puedo ser obediente a la Palabra de Dios si estoy preocupado en lo que los demás piensan de mí?¿Cómo puedo honrar a Dios con mi vida?¿Cómo puedo ser honrado por el Padre? (Juan 12:26)
¿Qué pueden realmente hacer las palabras y pensamientos que las personas tienen de mí? Causan algo de incomodidad, quizá algo de humillación y seguramente momentos desagradables. En pocas palabras, le duelen a mi ego. Pero la verdad es que necesito que mi orgullo y mi egoísmo sean destruidos para que pueda concentrarme en ser y llegar a ser como Jesús, quien es manso y humilde de corazón, pero al mismo tiempo, ¡celoso para el Señor!
"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria." 2 Corintios 4:17. Vivir ante el rostro de Dios vale mucho más que cualquier tipo de honra que te puedan dar los hombres. Además si vives ante Su rostro te vuelves una persona cimentada, firme e inamovible.
¿Cómo puedo vencer el temor al hombre?
La primer cosa que se tiene que hacer para poder vencer es reconocer que tengo temor de los hombres.
Necesito tener un profundo amor por Jesús y temer solo a Él para no pecar en Su contra – y que la primer prioridad se vuelva servirle y honrarle.
Entonces, paso a paso tomo las decisiones de hacer y ser libre de actuar en obediencia a la fe, en lugar de vivir conforme a lo que mi carne anhela; oro por fuerza y ayuda para vencer esos pensamientos de "¿Qué pensarán de…?" y me mantengo firme en la Palabra de Dios como un arma. Lentamente pero seguro, mis pensamientos estarán entrenados para no ser obligados a buscar honra de los hombres ¡para servir al Dios vivo! Es ahí donde voy a experimentar la libertad.
Para vencer el temor al hombre debo atravesarlo. Necesito ser obediente a pesar de mis miedos. Dios me dará todo el poder para hacer lo que sé que no soy capaz de hacer por mi mismo. Tengo que ir en fe – creer en que Dios me ayudará a pasar la situación donde me siento asustado, estúpido, me falta poder, me siento tímido, etc.. Si doy un paso, incluso cuando no tengo ganas o no sienta que pueda hacerlo, Dios me dará el poder.
Que importa lo que la gente piense de mí, yo tengo que lidiar con mi propio pecado en mi carne. Necesito encontrar el orgullo, el egoísmo, el resentimiento, la timidez o lo que sea que more en mi y que me impide seguir sirviendo a Dios plenamente como debería de ser, y vencerlo. Esto es tomar parte en los padecimientos de Cristo. Jesús se encontró toda la vida con personas que no estaban de acuerdo con Él, lo aborrecían y lo menospreciaban. Pero no permitió que nada de esto lo detuviera a hacer el trabajo que vino hacer en la tierra; sino que se humilló a sí mismo y venció todo lo que surgió en resistencia a la voluntad de Dios. Si nosotros le seguimos y hacemos lo mismo, tal como hicieron los apóstoles, ¡estaremos en gloriosa compañía!
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar." Hebreos 12:2-3.
Versículos que puedes usar como armas cuando eres tentado al temor del hombre:
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7.
"En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?" Salmos 56:11.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13.
"Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Isaías 40:6-8.
“Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.” Lucas 4:8.
“El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado.” Proverbios 29:25.
“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?” Deuteronomio 10:12–13.
“Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.” 1 Pedro 4:14.
“Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” 1 Pedro 5:9.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.