El poder de la cruz
Pablo tenía un gran temor de que la cruz perdiera su poder. Lee sobre qué es este poder y cómo podemos mantenerlo.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” 1 Corintios 1:18.
Podemos predicar el poder y la sabiduría de Dios tanto a los judíos como a los griegos. (V.24). “No con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.” 1 Corintios 1:17.
El poder de la cruz: Poder para poner todas las cosas en orden
El poder que se nos ha dado a través de la palabra de la cruz es un poder en el que podemos poner todas las cosas en orden siguiendo la sabiduría de Dios. Los pensamientos y los argumentos brillantes no pueden llevar a nadie a la perfecta unidad, pero la palabra de la cruz sí. Los judíos y los griegos, que difieren enormemente entre sí como personas y que se han odiado mutuamente, pueden salvarse gracias a la palabra de la cruz, hasta tal punto que pueden llegar a ser un pueblo nuevo en una auténtica hermandad que dura para siempre.
Pablo estaba en la debilidad, en temor y en mucho temblor cuando consideró la posibilidad de que la excelencia de palabras y las palabras persuasivas pudieran entrar a la iglesia y debilitar la palabra de la cruz para salvación por medio del poder y la sabiduría de Dios (1 Corintios 2:1-5).
El resultado de la palabra de la cruz es la muerte a todo lo que tiene que ver con cualquier deseo pecaminoso; entonces el nuevo hombre nace para vivir en victoria y para el beneficio y la alegría de los demás. Jesús fue ungido con el óleo de alegría más que a Sus compañeros porque amaba la justicia y aborrecía la maldad. (Hebreos 1:9).
Llega a conocer a Jesús por la palabra de la cruz
Jesús fue el primero en tomar Su cruz cada día, y llevo a la carne con sus pasiones y deseos sobre la cruz. A lo largo de los años Jesús ha recibido y encontrado hermanos en este camino de la cruz; hermanos que poseen el mismo Espíritu, la misma mente y el mismo sentir. Estos los verdaderos hermanos de Jesús, siendo Jesús el más grande y más excelente entre ellos; y todos aquellos que han odiado el pecado y han amado la verdad en Jesucristo también son llamados hermanos.
Si yo amo la palabra de la cruz “llegaré a conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.” Filipenses 3:10. “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección…” Romanos 6:5.
Las personas impías consideran una tontería negar las pasiones y deseos del pecado, y por ello, van por el camino de la muerte creyendo que es el camino de la vida. Pero la paga del pecado es muerte. (Romanos 6:23; Romanos 8:13).
La palabra de la cruz crea una clara división entre el bien y el mal, entre el camino de la vida y el camino de la muerte, además puede unir a la gente de todas las naciones en una nueva y bendecida vida. “Donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.” Colosenses 3:11.
Verdadera salvación por medio del poder de la cruz
Si la palabra de la cruz no provoca una separación radical y se mezcla con la palabra de vida, el resultado será solamente religiosidad.
Sin la cruz no hay paz ni unidad en nuestros hogares ni en la iglesia. Sin la cruz tener amor es solamente tener un amor humano que no puede ni compararse con el amor que es derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo; el amor de Dios que todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Así es como podríamos mencionar cada una de las virtudes. La carne puede vivir si la palabra de la cruz no separa lo precioso de lo vil y si no hay muerte sobre las exigencias de nuestra propia vida.
Si vivimos de esta manera la justicia irá acompañada de nuestra propia justicia, y la sabiduría vendrá con ideas humanas la cual se vuelve una con la sabiduría que viene de lo bajo, de lo terrenal, de lo animal y lo diabólico. (Santiago 3:15). La misericordia estará acompañada de querer buscar el honor de los hombres y la exaltación de uno mismo. El resultado final, en lugar de esa noble y preciosa humildad que viene como resultado de la gracia de Dios, será una apariencia de piedad externa e hipocresía, las cuales son cosas que Dios odia.
Quizá todo pueda parecer que está bien desde afuera, pero Jesús dice en Lucas 12:1: “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.”
Si las virtudes no son nacidas desde un corazón puro, todo será impuro.
Por la cruz el mundo ha sido crucificado a nosotros, y nosotros al mundo. (Gálatas 6:14).
Por medio de la separación que hace la cruz, solo lo que es genuino, verdadero y puro permanecerá ante Dios para Su honra.
La palabra de la cruz es verdaderamente el poder de Dios para salvación a todos los que creen.
Este artículo fue traducido del noruego y publicado por primera vez en la edición de BCC “Skjulte Skatter” (“Tesoros Escondidos”) en octubre de 1986.
© Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag | ActiveChristianity
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.