El Espíritu Santo – Un poderoso motor
Un cristiano antes de haber recibido el Espíritu Santo puede compararse con un automóvil al cual le falta el motor.
Después de la Pascua, los discípulos se reunieron una una casa grande en Jerusalén. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa. Los discípulos fueron llenados con el Espíritu Santo y recibieron un gran poder. Piensa por ejemplo en Pedro que durante había negado a Jesús sólo uno poco tiempo atrás. Pero que en el día de Pentecostés apareció en Jerusalén hablando con denuedo acerca de Jesús con poder, tanto que en aquel día llegaron a convertirse 3000 personas. (Hechos 2)
En aquel día Pedro se convirtió en un nuevo hombre. De repente cobró confianza. El Espíritu Santo comenzó a funcionar como un poderoso motor en su interior. "Porque todos los que son empujados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios" leemos en Romanos 8:14. En el caso de un automóvil, es el motor el que lo hace funcionar y avanzar- no solamente por las llanuras, sino también cuesta arriba. Así es también el Espíritu Santo. Es como un poderoso motor. Un cristiano que no ha recibido el Espíritu Santo es comparable a un carro sin motor. En tal caso es difícil ser franco y confesar el nombre de Jesús ante los hombres. Se puede decir que en tal caso se carece de la fuerza de empuje que exige la vida cristiana y uno se encuentra a merced del viento.
Si deseas llevar un poderoso motor en tu interior, debes seguir lo que instruyo Pedro. Él nos dice que Dios da su Espíritu Santo a los que lo obedecen. (Hechos 5:32) Prueba este consejo, si tú ahnelas vencer sobre el pecado y deseas vivir una vida cristiana con franqueza. Sé obediente a las palabras que Dios ha puesto en tu interior. Entonces serás lleno del Espíritu Santo y aunque en tu vida encuentres cuestas empinadas, el poderoso motor que hay en ti te llevará cuesta arriba. Avanzarás y no habrá nada ni nadie que pueda pararte.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.