¡Echa mano de la vida eterna!
¿Qué hacemos en las pequeñas y grandes pruebas en nuestra vida?
¿Qué hacemos en las pequeñas y grandes pruebas en nuestra vida? ¿Echamos mano de la vida eterna así como Pablo nos exhorta?
"Mas tú, oh hombre de Dios, ¡huye de estas cosas! Y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre." 1 Timoteo 6:11. Al aprender a conocer la capacidad del amor de Cristo, podemos ser "llenos de toda la plenitud de Dios." "Dios es amor." 1 Juan 4:8. "… poniendo toda diligencia por esto mismo. … Por lo cual, hermanos, ¡tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección!; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo." 2 Pedro 1:5, 10-11.
"¡Pelea la buena batalla de la fe!, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos." 1 Timoteo 6:12.
Vemos de lo anterior que la vida eterna son las virtudes de Cristo. Las virtudes son totalmente contrarias a nuestra naturaleza. Y pelear la buena batalla es "negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día, y seguirle." Lucas 9:23. Entonces la muerte de Jesús también actuará en nuestro cuerpo "para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal." 2 Corintios 4:10-11.
"Cada día" es necesaria esta lucha – esta buena batalla. Cada día vienen pruebas pequeñas o grandes en nuestra vida, que revelan nuestro contenido. Revelan si es mi propia vida – "el yo" – lo que se manifiesta, o bien es la vida de Jesús – las virtudes – lo que se manifiesta. Tales situaciones pueden ser muy breves. Entonces debemos decir: "¡echa mano de la vida eterna!" Si no estamos interesados en crecer en las virtudes de Cristo – y recibir más parte de la vida celestial, entonces la oportunidad se nos va.
Otras veces las pruebas pueden durar más tiempo, incluso años – entonces uno está en el "horno de fuego" – un proceso de purificación constante – si entendemos bien los padecimientos de Cristo. (1 Pedro 4:12-13) Entonces experimentamos aquello que Pablo oró: "… fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad." Colosenses 1:11-12. Es el Padre que nos hace aptos para participar de la herencia de los santos en la luz.
Durante este proceso cuenta seguir esta exhortación: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo." 1 Pedro 5:6-7. "Pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,» pero sabemos que «a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Cuando hacemos esto somos "hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." Romanos 8:26.28-29.
¿Puedes imaginarte alcanzar algo más grande en esta vida? Si tienes esto en mente, entonces tus aflicciones son pasajeras y fáciles, y obran un "cada vez más excelente y eterno peso de gloria." 2 Corintios 4:17-18.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.