De una lucha de ser agradecido a una sobreabundancia de agradecimiento

De una lucha de ser agradecido a una sobreabundancia de agradecimiento

Así es cómo se abrieron mis ojos y fui llenado abundantemente de agradecimiento.

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Está escrito en 1 Tesalonicenses 5:18, “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”

Cuando leo esto, es fácil pensar que tengo que estar agradecido y enfocarme en lo que es positivo y bueno, de tal forma que puedo mostrar agradecimiento cuando no es tan fácil y las cosas no salen como yo quiero. Se vuelve una lucha consciente para guardar la gratitud, y puedo usar el agradecimiento como un arma contra toda insatisfacción. Debe haber un combate contra toda insatisfacción y descontento, así es al principio.

Sin embargo, cuando analizo lo que ha ocurrido en mi vida, puedo ver la infinita bondad de Dios conmigo. Él realmente pensó en mí antes de la fundación del mundo y me eligió de entre tantas personas para ser hermano de Jesús y obtener una profesión aquí en la vida, de tal manera que encaje perfectamente en las tareas que Dios preparó para mí en su reino eterno. Cuando pienso así ya no necesito batallar para ser agradecido. Entonces, fluye a mi corazón y mente una sobreabundancia de agradecimiento por mi Creador y por su gran amor hacia mí. Una gran cantidad de pensamientos de agradecimiento llenan mi corazón, porque Él dirigió mis pasos en mi juventud cuando se tomaron las decisiones más importantes de mi vida, y también fui preservado en el plan que Él tenía para mí.

También estoy lleno de gratitud porque Dios que me condujo a otras personas fieles las cuales también desean hacer la voluntad de Dios en sus vidas. He recibido una verdadera comunión con personas a las que les fue revelada la buena nueva sobre libertad del poder del pecado, y que están asidas para querer tener parte de la misma vida que Jesús vivió. Estoy lleno de un eterno agradecimiento por mi Señor y Maestro Jesús, el cual me amó tanto que dio su propia vida a causa de mí para que pudiera ser salvo; además de que también quiere compartir toda su gloria conmigo.

Constantemente pienso en todo el egoísmo con el que nací en mis pensamientos y naturaleza. Estaba preocupado en mi propio bienestar, preocupado de que otras personas me quisieran y hablarán bien de mí, interesado en que me dieran honor por lo que hago. Esto me trajo a menudo gran decepción por la manera en como me trataban las otras personas, y por eso me quejé, me disgusté fácilmente con los otros y con las situaciones de mi vida. Pero cuando me libré de todos estos pensamientos que solo giraban en torno a mí, experimenté una verdadera felicidad, gracias a las buenas nuevas, y a tener pensamientos de cómo puedo contribuir y qué puedo hacer para que los otros se sientan bien. “El alma generosa será prosperada.” Proverbios 11:25.

Cuando mi objetivo es bendecir a los demás, entonces también me vuelvo más y más atento para ver las personas que quieren bendecirme, y mi corazón se llena aún más de agradecimiento, por la increíble vida que tengo y lo mucho que la disfruto. Cuando estos pensamientos de gratitud van constantemente  llenando mi corazón, en algún momento se desbordará y de mí saldrán solamente palabras de gratitud. Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45). Y entonces puedo decir que verdaderamente estoy agradecido, y no solamente luchando por estar agradecido.

Es indescriptiblemente bueno estar junto a personas agradecidas. Siempre están contentas, felices, difunden esa alegría, nunca están inconformes ¡y no tienen ninguna queja! Una vida en gratitud es realmente una vida maravillosa, y esa vida he recibido por la gracia de Dios. He recibido ayuda para vencer mi propio egoísmo. (Hebreos 4:16).

Lectura adicional: Agradecido hasta el final

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.