¿Cuál es la voluntad de Jesús contigo?

¿Cuál es la voluntad de Jesús contigo?

Hombres de Estado, ganador del Premio Nobel de la Paz, científicos. Gente hace cosas significativas pero ¿Cuál es tu propósito en la vida?

Todos los días se ven en las noticias políticos, personas que han ganado el premio nobel de la paz, científicos y trabajadores de ayuda humanitaria. Personas con una claro proposito en la vida. Personas que hacen algo significativo para la humanidad, o al menos para parte de ella. Es como si estuvieran predestinados a tareas importantes desde su nacimiento. Pero ¿Qué hay de ti? ¿Cuál tu propósito en la vida?

Si has aceptado a Jesús puedes preguntar más concretamente: ¿Qué quiere Jesús que yo haga con mi vida? ¿Cuál es el propósito con todos los años que voy a vivir en la tierra? La respuesta es que tú junto con Jesús como Señor en la vida tienes un llamado y ¡un futuro el cual no se puede comparar ni con todos los premios nobel del mundo!

¡Jesús quiere que seas Su hermano en el reino de los cielos!

Jesús tenía un gran deseo por recibir hermanos, así que estuvo dispuesto a arriesgarse a perder toda la gloria eterna que tenía con Dios, con el fin de obtenerlos. Nadie ha arriesgado tanto como Jesús para alcanzar algo. Sin embargo, ya que Él amaba a los hombres, vino al mundo y abrió un camino de regreso a Dios. Si consideramos el riesgo que Jesús tomó, vemos claramente que la voluntad de Jesús contigo es que andes por este camino para que su deseo pueda ser cumplido.

La expresión Jesús "abrió el camino" puede sonar un poco inexplicable, pero contiene una verdad increíble:

Jesús fue el primero que vivió en las tierra sin pecar una sola vez – a pesar de haber sido probado "en todo según nuestra semejanza…" (Hebreos 4:15) y "por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos…" (Hebreos 2:17). De esta manera demostró Él , que es posible también para nosotros seguirle y hacer lo mismo – vencer sobre el pecado.

Todo camino tiene un principio y un fin. El comienzo del camino es cuando tú has decido seguir a Jesús. Al final de este camino nos espera una gloria eterna y grandes riquezas. Si levantas la vista desde la línea de partida y miras a lo largo del camino, podrás observar las pisadas de todos los santos que han ido por este camino antes que tú. Las pisadas más grandes son la que dejo Jesús. Aksel J. Smith dijo una vez que  "cada una de las pisadas de Jesús dice: ¡Es posible – Si es posible!"

Jesús venció sobre todas sus tendencias pecaminosas heredadas de la naturaleza humana, sin haber cedido una vez a ellas. Ahora tú puedes lograr lo mismo en tu vida cotidiana. Situación tras situación – paso a paso. Entonces te conviertes en un seguidor de Jesús – un discípulo.

Jesús quiere que guardes y enseñes Sus mandamientos

Como seguidores de Jesús, también tenemos grandes tareas y responsabilidades. Jesús dio a sus discípulos una misión: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo." (Mateo 28:19) En la última parte del versículo hay una importante aclaración respecto de esta tarea: ¡Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado! ¿Cómo puedes enseñar sin antes haberlo vivido tú mismo?

Jesús no quiso decir que los discípulos tuvieran que iniciar estudios bíblicos o dar lecturas profundas – no, sino que ellos mismos guardaran los mandamientos y por lo tanto fueran buenos embajadores de Jesús. Esto es lo que Pedro quiso decir cuando escribe: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable." 1 Pedro 2:9.

Piensa que ahora tú puedes dejar tus pisadas en el camino de regreso a Dios. ¿Tal vez hay algunas personas cerca de ti que encontraran eterna alegría junto a Jesús, porque tú fuiste un buen embajador para Él? ¡No puedes desear un mejor propósito en la vida que este!

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.