Cómo tomé la decisión correcta para mi futuro

Cómo tomé la decisión correcta para mi futuro

Hay momentos en los que nos enfrentamos a tener que elegir qué dirección tomar en el cruce de la vida.

“Escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia…porque él es vida para ti, y prolongación de tus días…” Deuteronomio 30:19-20. 

Cuando uno es joven hay muchos momentos u oportunidades que pueden parecer atractivos e inocentes o inofensivos, pero si los examinamos muy cuidadosamente puede que se revele una multitud de peligros. Si se toman decisiones sin mirar más allá de la fachada el resultado puede traer un enorme arrepentimiento y dejarnos sin la posibilidad de revertir el fruto de la decisión que fue tomada. Por eso, es tan maravilloso que Dios, quien nos eligió desde antes de la fundación del mundo, puso un “check”, por así decirlo, en nuestro corazón para que la sabiduría se pueda revelar y actúe en el momento oportuno, si somos obedientes. “Hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones…” 1 Corintios 4:5. Mirar hacia atrás hoy me da mucha alegría porque Dios puso en mi corazón tomar la decisión correcta a lo largo de mi juventud. 

Una nueva aventura

La mano de Dios ha estado sobre mí desde el primer día de mi vida. Tuve una muy buena educación cristiana, e incluso en un momento llené una solicitud para ingresar a la Universidad Bíblica para convertirme en misionera. Amaba realmente mucho a las personas y quería platicarles acerca de mi amigo, Jesús.

Cuando era joven, me pidieron que fuera representante en un concurso de belleza relacionado con el deporte. Era una oferta atractiva e incluso halagadora, una oferta que iba más allá de la simple vida cotidiana que tenía. Cuando le dije a mis padres, primero ellos reaccionaron cautelosamente con entusiasmo e interés. No había nada de que alarmarse. Después de todo, participar en deportes era saludable y sano para una joven deportista.

Acepté la oferta, y las cosas empezaron como una gran aventura. Más adelante, un día, recibí un mensaje con sorprendentes e inesperadas noticias: “Has sido elegida dentro de las ocho finalistas para competir en “Miss Outdoors of Canada.” Primero sonó muy emocionante; ¡Después de todo, me la había pasado muy bien hasta momento!

Pero ahora las “expectativas” del comité estaban claramente establecidas. Primero ellos me hablaron acerca de muchas ventajas ¡Pero fue el último requerimiento el que me despertó y me hizo ver más allá de la fachada de esta aventura! 

¿Qué fue lo que me hizo despertar? 

Tenía que dedicar un año a entera disposición para representar a la Asociación Nacional de Deportistas e ir de costa a costa a donde sea que ellos dijeran que fuera. 

¡Luego de escuchar eso me sentí atrapada! 

Tomando la decisión correcta

¡Había llegado muy lejos y tenía cierta presión para continuar, el miedo de lo que las otras personas pensaran acerca de mí estaba presente! La idea de estar a su entera disposición de repente comenzó a fastidiarme, a tal punto que ya no podía dormir. Todo iba fue bastante bien, inocente e inclusive divertido hasta un punto. Pero seguir en ese camino como un sirviente hacía lo desconocido, por así decirlo, dieron a mi espíritu un aviso para detenerme, a pesar de que tal vez las personas con las que estaba tenían buenas intenciones.

¡Esa misma noche seguí orando y le pedí a Dios para que me ayudara! Está escrito en Salmos 34:7 que Dios tiene sus ángeles acampando alrededor de aquellos que le temen. ¡Y así era precisamente como yo lo sentía! Dios respondió a mis oraciones y me dio la valentía de tomar la mejor decisión para mi futuro. Así que deje el concurso. 

Los organizadores de la competencia comenzaron a presionarme mucho, y estaban haciendo las cosas muy difíciles para mí. Sin embargo, Dios me había dado una respuesta lo suficientemente clara, y por eso puede decir firmemente: ¡NO! El ser presionado puede ser uno de nuestros peores enemigos, y si cedemos a las exigencias de los otros entonces no podemos ver de lo que Dios nos está tratando de guardar, o a dónde nos quiere guiar. “¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” Juan 5:44. 

Hay momentos en los que nos enfrentamos a tener que elegir qué dirección tomar en el cruce de la vida. Un camino puede que ofrezca visibles y atractivas recompensas, al igual que promesas llamativas, pero al final hace que terminemos atados. Sin embargo, si elegimos el otro camino, puede que esté menos transitado, y tenga recompensas menos tangibles, pero al final te conduce a la libertad. Yo misma sentí un gran alivio por haber tomado la decisión que tomé de mantenerme libre de los planes de las otras personas. También terminé atada, pero a la Palabra de Dios. Ahora ya han pasado 55 años desde que tomé esa decisión. ¡Y más adelante me casé con un hombre temeroso de Dios y me vuelto una madre muy alegre de 15 hijos, y abuela de 88 nietos! Estoy muy agradecida de que Dios me dio la gracia de elegir una vida con Él en lugar de un momento fugaz de gloria y fama. 

“Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:6.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.