¿Cómo sé que la Biblia no es de ficción?
¿Te has preguntado alguna vez: «¿Cómo sé que la Biblia no es de ficción?» Es una gran pregunta. Pienso en esto hoy, y me pregunto cómo en realidad sé que no es así… Buscando por Internet encuentro muchas respuestas diferentes. Científicas y […]
¿Te has preguntado alguna vez: «¿Cómo sé que la Biblia no es de ficción?» Es una gran pregunta. Pienso en esto hoy, y me pregunto cómo en realidad sé que no es así…
Buscando por Internet encuentro muchas respuestas diferentes. Científicas y otras de precisión histórica, profecías cumplidas, etc. Sin embargo, ¿cómo sé que la Biblia es algo que viene bien para mí, para la vida que vivo justo ahora, en este tiempo?
La Biblia ha sido la base de mi vida desde niña. Recuerdo estar sentada con mi madre y mis hermanos mientras nos leía historias de la Biblia antes de dormir. Las historias eran vivas para mí. Héroes de la fe que hacían grandes cosas a través de Dios. Jesús y los apóstoles que hacían milagros. Me gustaban especialmente las historias de Ester. Un verdadero cuento de hadas, ¡sobre una mujer que fue reina y salvó a su pueblo! Las imágenes en mi mente cuando apoyaba mi cabeza en el hombro de mi madre y escuchaba, en realidad nunca se han borrado.
Más que un cuento de hadas
Cuando crecí comencé a entender que la Biblia no es sólo un cuento de hadas. Aprendí que las historias y enseñanzas de la Biblia hoy siguen siendo relevantes. Son una guía para mí, y me conducen en el camino que tengo que ir en la vida. La vida que Jesús y los discípulos vivieron, que se hace tan viva en la Biblia, esto me ha dado una medida para mi propia vida.
Le pregunto a una amiga si puede aclararme un poco más el tema. Ella es una mujer mayor, y confío en su sabiduría y experiencia. «Sabemos que la Biblia es verdadera y que es la Palabra de Dios porque cuando hacemos lo que está escrito, los resultados también son como está escrito. Por ejemplo, si doy, entonces soy feliz. Si me humillo a mí misma, recibo gracia. Si oro a Dios, Él me escucha y responde, etc.» (2 Corintios 9, 6-7; Santiago 4,6; Jeremías 29, 12-14)
Su respuesta resuena en mí. Sé que esto ha sido algo que yo misma he experimentado. Comienza con un paso de fe, y cuando soy obediente a esta fe, empiezo a experimentar que los principios escritos en la Biblia pueden cambiar mi vida, y por lo tanto fortalecer aún más mi fe.
Sabemos que la Biblia es verdadera y que es la Palabra de Dios porque cuando hacemos lo que está escrito, los resultados también son como está escrito.
¿Cómo ha afectado la fe mi vida?
Pienso en mi vida. Puedo ver que ya que he trabajo y he sido obediente a la Palabra de Dios en los últimos años, realmente ha habido un cambio en mi vida. Sé que aún tengo un largo recorrido antes de que la obra que Dios quiere hacer en mi vida se complete, pero también puedo ver que ya ha comenzado una transformación en mí.
Por ejemplo, por naturaleza soy una persona muy ansiosa. Podría preocuparme por todo. El futuro. El pasado. Mi familia. Mi trabajo. Pero en Filipenses 4, 6-7 está escrito: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.»
Realmente he trabajado con este verso en mi vida. He orado a Dios, y he luchado contra los pensamientos de ansiedad que vienen tan fácilmente. Lentamente pero con seguridad he descubierto como la paz de Dios entra en mi corazón y mi mente. Aprendo a confiar en Él y a no estar afanosa por nada, y he sentido la promesa de reposo y paz que viene con esto. ¡He experimentado que la Palabra de Dios es verdad!
El mayor milagro de todos
Ahora cuando pienso en los héroes de la fe, los cuales a menudo escuché, sé que puedo ser uno de ellos. Los milagros que sucedían; ahora yo misma puedo ser una de estas historias. No es que yo derribe gigantes o convierta el agua en vino. Pero a causa de la fe, y obediencia a la fe, soy transformada. Este es el mayor milagro de todos, y no es posible sin la Palabra de Dios.
Así que si te preguntas, «¿Cómo sé que la Biblia no es de ficción?» Entonces te desafío. Trata de vivir la vida que allí nos enseña. Sé obediente. Y espera solamente ver si no eres tú mismo quien experimentará la verdad.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.