¿Cómo puedo ser una piedra que encaje en el edificio de Dios?

¿Cómo puedo ser una piedra que encaje en el edificio de Dios?

En la Biblia normalmente la iglesia es comparada con una construcción en donde todo encaja perfectamente en todos los sentidos, pero ¿qué significa esto?

En el antiguo pacto se hacían repetidamente los mismos sacrificios, sin embargo, nunca pudieron quitar el pecado. (Hebreos 10:11) En otras palabras, no hubo ningún desarrollo ni progreso durante el antiguo pacto; No obstante, en el nuevo pacto es totalmente diferente.

Pablo escribe en 1 Corintios 3:16: “Sois templo de Dios.” También Pedro escribe: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual.” 1 Pedro 2:4-5.

Haz la voluntad de Dios

Jesús es la piedra angular – la piedra que está como fundamento. Por haber hecho la voluntad de Dios, Jesús fue formado y moldeado para convertirse en la piedra angular. Cuando fue enviado al mundo, Él dijo lo siguiente: “He aquí que vengo oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.” Hebreos 10:7. Nosotros entramos al nuevo pacto exactamente de la misma manera. Ahora, también nosotros al hacer la voluntad de Dios somos moldeados para ser semejantes a la imagen de Jesús. En el rollo del libro está escrito de nosotros. Seremos moldeados según la palabra de Dios. Jesús fue la Palabra revelada en carne. Antes, ellos habían escuchado la palabra de Dios, pero ahora la pueden ver manifiesta a través del cuerpo de Jesús. Esta es la obra del Espíritu con cada uno de nosotros que hemos entrado el nuevo pacto.

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.” 2 Tesalonicenses 2:13.

Ser santificado significa ser transformado de lo humano hasta llegar a ser "divino." Esto no lo podemos lograr por nuestra propia cuenta, pues sería lo mismo que decir que una piedra se puede convertir en una escultura por sí sola. En las manos del escultor una piedra puede llegar a ser una estatua; y así también es con nosotros. En la Biblia leemos que debemos ser santificados por el Espíritu. Por medio de la fe en Cristo hemos recibido el Espíritu que se nos fue prometido. Todos esos bloques de piedra, que lucharon y lucharon en vano para transformarse en esculturas ahora pueden ser trabajados por las manos del escultor. Ahora tienen una mejor esperanza.

Ser conforme a la Palabra – a la imagen de Jesús

Jesús es el único y verdadero camino; y por el Espíritu Santo seremos transformados conforme a Su misma imagen – seremos una piedra viva. El Espíritu obra en nosotros según la Palabra de Dios para que seamos conformados a las palabras que están escritas, por ejemplo: "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.", "Bendecid y no maldigáis;" Ninguno busque su propio bien, sino el del otro; "el mayor entre ustedes es el que sirve y es siervo de todos", etc…

Somos el edificio de Dios, y si vamos a ser formados correctamente, debemos acudir a Jesús, quien es el único y verdadero camino. No podemos dejar fórmanos por nuestro padre, madre, hermana, hermano o alguna revista mundana. Tampoco debemos dejar influenciarnos por el espíritu de este tiempo. ¡No!, tienes que acudir a Jesús, la piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa.

Existen muchos constructores en nuestros días, los cuales forman a las personas de tal manera que encajen en su propio partido político o cualquier otra denominación religiosa. Todos ellos buscan y luchan por ser grandes y ganar la aceptación de la sociedad hoy en día.

Pero no podemos encajar tanto en el cielo como en la tierra. Los que hemos entrado en el nuevo pacto para ser formados en piedras vivas que encajen en edificio de Dios deben aceptar el hecho de que seremos desechados por los hombres cuando hagamos la voluntad de Dios.

Guarda los mandamientos sin mancha e irreprensiblemente

Observa como Pablo se toma esto con mucha seriedad: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni represión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Timoteo 6:12-14.

¿Qué significa guardar el mandamiento sin mancha e irreprensiblemente? significa que no cambiamos y adaptamos el mandamiento según las circunstancias; que mi entendimiento del mandamiento no sea contaminado con las últimas tendencias de la psicología. Debemos ser formados conforme a los mandamientos – los que Jesús les dio a los apóstoles antes ascender al cielo. (Hechos 1:2).

Las piedras del edificio de Dios han sido talladas a través de todos estos siglos, y llegará el día en que estos se unirán para ser un templo cuando Jesús regrese. En nuestros días, cada uno de nosotros es tallado por hacer la voluntad de Dios en nuestras circunstancias. Sin embargo, un día seremos unidos y no se oirá más el sonido del martillo, tal como el templo de Salomón fue edificado. No se escuchará ruido alguno de ningún tipo de instrumento de hierro. (1 Reyes 6:7).

Si los colaboradores de Dios hubieran intentado adaptar el mandamiento según su tiempo, ¿Crees que esas piedras, que fueron moldeadas cerca de dos mil años, encajarían una con otra? No, Jesús no ha cambiado, y el Espíritu es el mismo a lo largo de estos dos mil años; si el mandamiento se guarda sin mancha, las piedras encajarán perfectamente una con otra.

Una piedra que encaja en el edificio de Dios

Ahora podemos entender por qué Pablo exhorta fuertemente a Timoteo a guardar el mandamiento sin mancha hasta que Jesús venga. "Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión…" 1 Timoteo 6:13.

Esta profesión fue que Su reino no era de este mundo. Timoteo tenía que llegar a Él, la piedra viva; entrar en el pacto y ser santificado por la sangre derramada de Jesucristo. Pablo también le recuerda que él mismo hizo la buena confesión ante muchos testigos. Él había sido bautizado para buscar aquello que está arriba, donde Jesús está, y no lo que hay en la tierra. La exhortación a Timoteo fue: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna…” 1 Timoteo 6:12.

No te dejes contaminar con lo que ocurre en nuestro tiempo; mantén limpio y puro el mandamiento, así te convertirás en una piedra que encaja perfectamente en el edificio de Dios cuando Jesús regrese.

Este artículo es un extracto de un capítulo titulado "El edificio de Dios" en el libro "El Nuevo Pacto y el Misterio de la Iniquidad", publicado por primera vez en “Skjulte Skatters Forlag” en 1952. Artículo traducido del noruego.
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.