¿Cómo podemos orar conforme a la voluntad de Dios?

¿Cómo podemos orar conforme a la voluntad de Dios?

¿Cómo podemos saber si las cosas por las que estamos son la voluntad de Dios?

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¿Cómo deberíamos orar? Orando conforme a la voluntad de Dios

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Santiago 4:3.

¿Cómo deberíamos orar? ¿Qué deberíamos pedir? Según la Biblia podemos pedir cualquier cosa en el nombre de Jesús y lo recibiremos. (Juan 14: 13) Pero en ocasiones parece que las cosas por las que oramos no se cumplen, no suceden lo suficientemente rápido o no suceden tal como lo habíamos esperado. ¿Por qué es así?

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” 1 Juan 5: 14. Entonces, ¿cuál es la voluntad de Dios?

La voluntad de Dios para nosotros es que nos arrepintamos, y que ninguno perezca. (2 Pedro 3: 9) Con otras palabras, ¡Su deseo para nosotros es que seamos salvos de nuestro pecado! Hay una razón para todas las situaciones en las cuales nos encontramos. Aunque nuestro entendimiento humano normalmente no lo puede entender, cada situación es una oportunidad para ser salvados del pecado. Nos podemos preguntar, “¿Por qué me tenía que pasar esto?” Sin embargo, esta actitud nos trae solamente  inquietud y pensamientos oscuros. No importa lo que pase siempre podemos estar en reposo y también muy agradecidos, pues sabemos que Dios nos va a salvar a través de lo que pasamos.

Cuando clamamos a Dios, pidiéndole ayuda, ¿estamos buscando librarnos de la situación, o buscamos ser salvos? En lugar de pedir: “Dios, por favor quita esta situación de mí,” deberíamos decir: “Dios, enséñame de que puedo ser salvado aquí; ¿cuál es la razón por la cual me metiste en esto?” De esta manera Él nos puede mostrar nuestra falta de amor para con los otros, por ejemplo, o nuestra impaciencia, envidia, ansiedad u otras cosas que están en nuestra naturaleza. El principal motivo de nuestras oraciones debería ser que se cumpla la voluntad de Dios, primeramente en nosotros, y luego en nuestras oraciones por los demás.

¿Cómo deberíamos orar? Orar por santificación

No sabemos lo que es lo mejor para nosotros, pero podemos estar seguros que Dios lo sabe. Él es capaz de salvarnos por completo. (Hebreos 7: 25) Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, (Filipenses 4: 6) pero nuestra petición principal debería ser que se haga Su voluntad en nuestras vidas. Jesús tenía la misma actitud. “No se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22. 42.

Antes de que Jesús fuera crucificado dijo: “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre.” Juan 12: 27-28. Jesús no oró para ser salvado de la situación, sino para ser salvado en la situación. Un discípulo tiene la misma actitud. En cualquier situación, nuestra oración es: “Dios, ayúdame a ser salvo.” Cuando oramos de esa forma, entonces sabemos que Él nos escucha. Nos enseñará de qué tenemos que ser salvos, y de qué tenemos que ser purificados.

Podemos orar por sanación, por ejemplo, y puede ser difícil de entender por qué no siempre se cumple por lo que se ora. Pero, puede ser que Dios está utilizando esa situación para mostrarnos la ansiedad e incredulidad que mora en nosotros, o para exponer otros pecados de nuestra carne. No todos serán sanados, pero todos pueden ser salvos. Y en ese proceso tenemos el consuelo de saber que Él jamás nos dará más de lo que podamos resistir. (1 Corintios 10: 13).

Entonces, ¿cómo deberíamos de orar? Cuando entendemos lo que Dios quiere para nosotros, no pensemos que estamos aquí para “la buena vida” o para tener una vida cómoda. Estamos aquí para ser salvos. Si pensamos así, Dios escuchará nuestras oraciones, eso es seguro.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.