¿Cómo hago frente a la sensación de no tener éxito?

¿Cómo hago frente a la sensación de no tener éxito?

¿Qué hago cuando siento que no soy todo lo que debería ser?

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Puede ser muy fácil sentir que la persona que soy, lo que hago, lo que he logrado, etc., no vale mucho la pena. ¿Qué pasa si nunca llego a ser "exitoso"?

"¿Qué esperas hacer con tu vida? ¿Cuáles son tus metas y planes para el futuro?"

Preguntas como éstas pueden ser difíciles de responder. Algunas personas parecen tener todo en orden, saber exactamente lo que quieren y cómo van a lograrlo. Pero quizás tales preguntas te traen sentimientos de preocupación, estrés, incompetencia, ineficacia, intranquilidad, y mucho más. ¿Te suena esto familiar?

En este mundo es importante para la mayoría de las personas obtener una educación, una carrera, quizás formar una familia, etc. Mientras uno tenga algún objetivo en vista y trabaja para cumplir este objetivo generalmente comienza a sentir que ha alcanzado un cierto nivel de logro y éxito.

Pero ¿qué pasa con el camino por el cual Dios quiere guiarte?

Planes que no llegan a ningún lado

¿Qué pasa si las cosas no salen exactamente como lo planeado? ¿Cuando no consigues el trabajo que querías, no ganas el dinero que pensabas ganar, o bien la familia soñada no termina siéndolo? Hace una semana te sentías fuerte, con impulso y un propósito; ahora te siente perdido y vacío, preguntándote cómo puedes en absoluto recoger los pedazos de tu vida.

O bien quizás fuiste el niño promedio en la escuela, con las calificaciones justas para pasar de grado. La escuela ha pasado y sigues viendo a tus compañeros lograr sus objetivos, mientras tú estás ahí con un trabajo que no produce provecho año tras año. Las personas a tu alrededor te juzgan en base a tu educación, trabajo, riqueza y posición en la sociedad; y tú no cumples estos requisitos. Entonces te quedas con una sensación de incapacidad y vacío; y en este estado de desesperación comienzas a considerar tirar el regalo más grande que has recibido, la vida.

Noticias esperanzadoras

Hay unas noticias fantásticas para aquellos que sufren bajo el peso de las falsas expectativas. En Lucas 16,15 Jesús dice: Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. ¡En otras palabras, todo lo que los hombres te han enseñado a admirar y que debes alcanzar es despreciado por Dios! Él, que tiene todo poder en el cielo y en la tierra no tiene ningún interés en la cantidad de dinero que ganas, cuál es tu puesto de trabajo, o cuán «exitoso» eres en esta tierra. Esto debiera levantar una carga de tus hombros; ¡tú posición y estatus no significan nada!

En 1 Juan 2,17 podemos leer: Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Piensa en esto; ¡todo lo que las personas quieren y estiman desaparecerá! Ya seamos ricos o pobres, al final tendremos que dejar todo lo que hemos logrado como seres humanos. En ese momento lo importante no será lo que hemos logrado como seres humanos, sino lo que Dios fue capaz de lograr en nosotros.

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3,23-24. Independiente de lo que hagas, debes hacerlo sin pereza, según tu mejor capacidad – ¡y en servicio a Dios! Entonces recibirás algo de valor eterno, independiente de cuál sea el resultado aquí en la tierra. Tu dinero y pertenencias no podrán llevarse a la eternidad; pero si tu cuerpo ha sido utilizado para hacer la voluntad de Dios, entonces serás recibido en el cielo para vivir allí por siempre.

Tesoros en el cielo

Independiente de cuál es tu sentimiento según lo que has logrado en tu vida, ora a Dios para que puedas recibir ojos por sobre esta tierra, ¡de modo que tu lugar en el cielo pueda ser la única cosa por la cual tu corazón está asido! ¡Qué dirección y enfoque entra en nuestra vida cuando realmente creemos estas palabras de todo nuestro corazón y comenzamos a hacer la voluntad del Padre! Nuestra vida se ocupa sólo de obedecer los mandamientos de Jesús y comenzamos a construir un depósito de tesoros en el cielo en lugar de aquí en la tierra.

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6,19-21.

Ya sea que mi trabajo es recoger la basura o bien operar el corazón de alguien, tengo la misma posibilidad de ser lleno de esperanza y que mi vida tenga sentido, si en esta condición tengo mis pensamientos dirigidos a obedecer a Dios y preparar un lugar en el cielo. Entonces cada día se vuelve lleno de esperanza y de oportunidades para mí, ya que invierto todo lo que puedo en el reino eterno de Dios. ¡Esta es una vida verdaderamente exitosa!

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.