Cómo encontré reposo para mi alma

Cómo encontré reposo para mi alma

Cuando era joven descubrí que algo faltaba en mi vida; sólo que no sabía qué. Luego leí las palabras de Jesús.

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Cuando tenía veintitantos años, sucedieron algunas cosas que me llevaron a empezar a preguntarme acerca de Dios. Aunque había crecido en un hogar cristiano, y habían pasado años desde que asistía a la iglesia, llegué a un punto en mi vida donde necesitaba algo – simplemente no sabía exactamente lo que era en ese momento.

Reposo en las palabras de Jesús

Recuerdo muy claramente: yo estaba viviendo en un apartamento con mi esposa, y en el armario, había una pequeña Biblia del Nuevo Testamento. Comencé a leerla, desde la primera página de Mateo. Una vez que empecé, no pude dejarlo. Las palabras de Jesús eran tan simples y claras; sabía que había encontrado la verdad.

Él dijo, "Venid a mí… y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" Mateo 11:28-29. En ese momento, en realidad no lo sabía, pero mi alma estaba inquieta. Leer las palabras de Jesús me trajo algo del reposo que estaba buscando. Ese es uno de los efectos de encontrar la verdad. ¡Yo estaba muy emocionado cuando esto sucedió, porque sabía que había encontrado algo muy precioso!

Quería agradar a Dios, para poder obtener más y más del reposo que experimenté al leer las palabras de Jesús. Por lo tanto, oré por el poder y la fuerza para ser obediente a lo que leía, y para continuar en eso. (1 Timoteo 4:16) Esto es tan importante, en realidad – para continuar. Lee las palabras de Jesús simplemente y no pienses demasiado. ¡Acepta y obedece, y encontrarás que esto te traerá reposo!

La causa de la inquietud

Vivir de acuerdo a la Palabra de Dios realmente trae reposo. Es el pecado el que causa inquietud en el alma de una persona – todas estas cosas que atormentan a todos. Enojo, ofensas y los deseos: deseos por dinero, el deseo de los ojos, deseo por el poder – todas estas cosas son impulsadas por la gente y traen gran inquietud en el alma de una persona. Vivir de acuerdo a los deseos de uno no es una vida feliz. Es una carga pesada, y creo que la mayoría de la gente simplemente no entiende eso. Ellos piensan que necesitan conseguir más dinero, más poder, tienen que conseguir que otros vean las cosas de la manera en que ellos lo hacen, y tienen que hacer las cosas de la manera que ellos quieren, y así sucesivamente. Y es una lucha constante. En el fondo creo que la gente quiere paz, pero ellos simplemente no entienden la manera de conseguirla.

El verdadero reposo: la recompensa de la obediencia

Tenemos que creer y ser obedientes a las palabras de Jesús. Por ejemplo, Jesús dijo que si queremos ser perdonados, tenemos que perdonar. (Mateo 6:14-15) Esto puede ser una gran lucha, y en algunos casos, incluso puede parecer como un requisito imposible. No puedes hacerlo con tu propia fuerza, tienes que orar para que Dios te dé el poder de perdonar a quien sea. Cuando haces esto con todo tu corazón – no quieres ofenderte y guardar rencor – Dios te encontrará allí, te fortalecerá y te ayudará para que seas capaz de perdonar a esa persona, sin reservas ni demandas. ¡Y tu recompensa es que ya no eres esclavo de eso! De hecho, puedes amar a la otra persona y ser una bendición. ¡Estás cumpliendo la Palabra de Dios! Hay también una tremenda bendición que viene sobre ti. Creo que una de las mejores maneras de explicarlo es que sientes que eres ungido con el óleo de alegría. (Hebreos 1:9)

Es así con toda la Palabra de Dios. Si hay un área en la que no puedes más, puedes obtener la ayuda que necesitas para superarla y ser ungido con el óleo de alegría. Por la gracia de Dios, experimentás liberación del pecado. Este es el verdadero reposo del que Jesús estaba hablando: ¡descanso sobre todo el pecado que nos plaga!

La otra cosa que es realmente genial sobre esto es que no podemos jactarnos sobre ello, no podemos tomar ningún crédito. No es algo que tú o yo podamos hacer por nuestra cuenta. Debemos humillarnos e ir al trono de gracia de Dios para obtener ayuda. Y Él lo da. Él nos da ayuda para que, lenta pero seguro, nos volvamos más y más libres, cada vez más transformados a la imagen de Su Hijo. Y todo el honor y todo el agradecimiento por esto van a Dios, porque sabemos que sin Él no estaríamos en ese lugar. Así, Dios obtiene todo el honor por ello; Que es como debe ser. Y llegamos al verdadero reposo y paz en nuestras almas.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.