Bautizado con el Espíritu Santo y fuego

Bautizado con el Espíritu Santo y fuego

El Espíritu es la gracia y el fuego es la verdad, y estos son inseparables. ¿Qué significa estas cosas para nosotros?

Juan dice: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego." Mateo 3:11.

El espíritu y el fuego son inseparables

No se pueden separar el Espíritu Santo y el fuego. El uno no puede estar presente si el otro está excluido. El Espíritu Santo trae paz y alegría, y el fuego consume nuestra propia vida y causa dolor. Así como el fuego habita en el Espíritu, el Espíritu habita en el fuego, porque Dios es Espíritu, pero también es un fuego consumidor. (Hebreos 12:29).

El fuego hará sentir su presencia inmediatamente después de que una persona haya sido bautizada con el Espíritu Santo. Si hemos conocido a Cristo y el poder de Su resurrección, entonces la comunión con Cristo en Sus sufrimientos vendrán consecutivamente. La voluntad de Dios es nuestra santificación; pero el que quiere hacer la voluntad de Dios pronto sentirá dolor al hacerse participante de los sufrimientos de Cristo. Dios no se complace en quien se retrae, en quién se trata de evitar los sufrimientos. La imagen de Cristo surge en nosotros cuando obedecemos al Espíritu. Cristo se ofreció por nosotros en el poder de un Espíritu eterno, y Dios resucitó al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, mediante el poder de la sangre del pacto eterno. (Hebreos 13:20).

Los enemigos de la cruz de Cristo tratan de retener el poder de la resurrección, mientras que al mismo tiempo rechazan la comunión de los sufrimientos de Cristo. Precisamente aquí es donde la gente se extravía. El Espíritu Santo y el fuego, el poder y el dolor: son inseparables. Dios nunca permite que se separen. Solo la ignorancia y el deseo de comodidad carnal harán que una persona intente separarlos. Siempre es evidente que las personas que intentan separarlos se desvían del camino.

El Espíritu Santo y el fuego: La gracia y la verdad

Para mostrar la diferencia entre el Espíritu Santo y el fuego, podemos decir que el Espíritu es la gracia y el fuego es la verdad. La gracia nos cubre y mantiene hasta que el fuego haya hecho su trabajo. La justicia solo se manifestará allí donde el fuego haya hecho su efecto; la nueva tierra surgirá allí donde habite la justicia. La intención de la gracia no es cubrir y ocultar, sino preservar para el fuego. La ira de Dios no se satisface con la gracia; su ira ardiente requiere que el fuego haga su trabajo. Un criminal puede ser perdonado, pero al soportar su castigo ya ha pagado por su crimen, por lo tanto, es justo que esto ocurra según la ley del país.

Así también es hablando espiritualmente. Dios requiere que traigamos sacrificios espirituales en Cristo Jesús, sin embargo, uno puede evitar hacer estos sacrificios diciendo que Cristo es nuestro sacrificio. Y en sí, es cierto, pero no es la verdad que conduce a la santificación. La santificación requiere nuestro acuerdo y nuestra obediencia a la voluntad de Dios. Si sufrimos con Él, también seremos glorificados con Él. Si no sufrimos con Él, no seremos glorificados con Él. La cruz es un arma en nuestra mano. Evitará que la vida propia y los placeres carnales tomen el control. Satanás no puede prosperar a menos que "te ahorres los sufrimientos." El mundo alimenta a la carne de todas las maneras posibles, y es por eso que toda clase de espíritus malignos florecen en y alrededor de la gente mundana.

Cómo agradar a Dios

La cruz expulsa a Satanás. Jesús venció en la cruz, y allí vencemos con Él. Hay poder en la palabra de la cruz; reúne y une. La iglesia se vuelve una cuando la palabra de la cruz es efectiva, pero cuando la gente se entrega a los sentimientos bonitos, los espíritus malignos prosperan.

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios: con nosotros. (1 Pedro 4:17). Dios ha venido desde Su santuario para juzgar, y comienza con los santos – con nosotros. El juicio se llevó a cabo en Cristo y ahora se está llevando a cabo en aquellos que han sido bautizados con el Espíritu de Cristo. Así se revela el camino, la verdad y la vida. Todas las arduas exigencias de Dios hacia la humanidad fueron satisfechas en el Espíritu de Cristo. Por lo tanto, si una persona ha de satisfacer a Dios, debe tener este Espíritu.

Este artículo fue traducido del noruego y publicado por primera vez en la edición de Skjulte Skatter (Tesoros Escondidos) con el título "El Espíritu y el fuego" en mayo de 1912.
© Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag | ActiveChristianity

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.