Aprende de la hormiga

Aprende de la hormiga

“Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio”. Proverbios 6:6.

Se activo

Las hormigas construyen sus hormigueros frente al sol de norte a oriente y contra un árbol. De este modo tiene todas las ventajas para que el hormiguero se mantenga cálido. Temprano en la mañana cuando alumbra el sol, las hormigas comienzan a trabajar. Todos los caminos de las hormigas llevan al hormiguero; cada hormiga trabaja tanto como puede. Si una ramita es demasiado grande para una hormiga, otras la vendrán a ayudar y llevaran hasta el hormiguero.

La ociosidad crea pereza, y la pereza necesidad. Mira a la hormiga y observa sus caminos. Primero desde el punto de vista natural, despues el espiritual.  “La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.” Proverbios 6:7-8.

Trabaja con diligencia

Es bendecido trabajar con tus manos y con el espíritu. En la tierra nueva del pobre hay mucha comida. Las vírgenes insensatas rogaron por el aceite de las vírgenes prudentes. Ese es el destino de aquellos que son perezosos.  Ellos terminan mendigando. Las vírgenes insensatas no habían tomado consigo aceite en sus vasijas. Ellas fueron perezosas. Naturalmente hablando, tienes que ser diligente para recoger provisiones, y tener la misma diligencia cuando se trata de recoger comida espiritual. La necesidad llega sobre el perezoso como caminante, como hombre armado. Para el perezoso el trabajo es como una peste, completamente insuperable—como un hombre fuerte y armado con un escudo. ¡Que horrible estado al que podemos llegar!

El hormiguero y el templo

En la iglesia también van todos los caminos al hormiguero – es decir, al templo espiritual, que se construye. Aquí somos edificados uno con otros para una morada de Dios en el Espíritu. ¡Que todas las cosas en tu vida sean hechas para edificación! Sé activo para la edificación del reino de Dios. Si hay una rama muy pesada para tu hermano, entonces ve y dale una mano, ayúdalo a cargarla. No todos son ministros de la Palabra, pero todos pueden ser servidores de Dios, mientras el templo se construye. No tenemos gobernante, supervisor o jefe; tampoco las hormigas, y sin embargo su trabajo se lleva a cabo con rapidez. Ellas construyen legítimamente, de acuerdo a una motivación y determinación interna. Así es como debe ser.

Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado. Prov. 6:9-11.

Este artículo fue publicado por primera vez en el periódico “Skjulte Skatter” ("Tesoros Escondidos") en junio de 1932
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.