Ánimo en un día ajetreado
Algunas personas tienen la capacidad de irradiar esperanza y coraje, en medio del ajetreado y, muchas veces, difícil día a día. ¿Por qué ellos tienen tanto para dar?
Voy de prisa y estresado por la banqueta. La estación de tren está todavía a unos cien metros de distancia. Son las cuatro de la tarde, y voy camino a casa. Una multitud de personas se dirigen también hacia la estación de trenes.
Es evidente que no soy el único que se dirige a casa. Un transeúnte probablemente me mire y piense que voy algo irritado, o mejor dicho, bien enfocado, que trata de abrirse paso entre la multitud. Pero, ¿qué importa eso? Yo solo voy camino a casa.
El semáforo se pone en verde y cruzo la calle. De pronto, a la sombra de un árbol frondoso distingo una cara conocida iluminada con una gran sonrisa. Nos saludamos y nos deseamos un buen día, seguimos nuestro camino y me apuro para alcanzar el tren.
¿Qué acaba de pasar?
Salimos de la estación. Sentado en uno de los tantos asientos rojos del tren, tengo mucho tiempo para pensar. Pienso precisamente en: ¿qué me acaba de pasar? ¿Por qué algunas personas "brillan" con tanta claridad? Me pregunto ¿por qué algunas personas siempre tienen una sonrisa en su cara cuando los otros la necesitan? ¿Por qué algunas personas tienen tanto para dar?
Conozco a personas que han tenido que soportar muchas cosas en la vida; enfermedades que les han sobrevenido de un momento a otro, personas que han muerto a una edad temprana – demasiado jóvenes según los cálculos humanos. Conozco gente que podría tener muchas razones para amargarse, estar deprimidas o sin esperanza. ¿Cómo hacen estas personas para todavía ser capaces de darme algo? Tengo todo lo que necesito. Estoy sano, soy joven, y vivo en un país en el cual puedo lograr prácticamente todo lo que quiero. Tengo una vida y un futuro por delante. ¿Por qué estas personas tienen tanto para dar?
¿Quién te da algo?
Creo que sé la razón. Creo que la razón es porque han llegado a ser seguidores de Jesús – Sus discípulos. Ellos creen en Dios, y en que todas las cosas les ayudan a bien. (Romanos 8:28) No ven las cosas desde una estrecha perspectiva de un día, una semana, un mes o un año, sino desde una perspectiva eterna. Ellos han aprendido a conocer a Jesús como el novio de sus almas – El quel cuida de ellos. Así que ellos también quieren vivir una vida agradable a Dios, ¿Cómo? Ellos no quieren vivir más para sí mismos, quieren vivir para hacer la voluntad de Dios aquí en la tierra como en el cielo.
¿Es una vida que vale la pena? Jesús nos ha pedido ser luminares en el mundo. ¿Conoces a gente así? ¿Personas que irradian algo celestial, que son una luz para ti? ¿Qué tienen algo que con gusto quieres recibir?
Yo sí. Por la gracia de Dios he recibido luz y un anhelo para vivir esta misma vida. Mi esperanza es que también irradie algo de mí, de modo que el transeúnte que la última vez me vio irritado, ahora pueda ver y detectar la misma fuerza de atracción que yo sentí con la persona en el arbol, y así yo también tendré algo para dar.
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.