29 versículos de la Biblia que te darán fuerza para resistir en la tentación

29 versículos de la Biblia que te darán fuerza para resistir en la tentación

Estos versículos bíblicos te dan las herramientas que necesitas para vencer cada tentación. ¡La tentación nunca tiene que resultar en pecado!

Ser tentado es parte de la vida. Hasta que no dejemos de tener un cuerpo de pecado no vamos a dejar de ser tentados a cometer pecado. Pero la realidad es que, ¡cada tentación es una oportunidad para vencer y recibir victoria sobre el pecado! ¡Con la Palabra de Dios como nuestra arma siempre podemos resistir ante la tentación!

Cree en que Dios tiene una salida para ti. La tentación solo se convierte en pecado si estás de acuerdo con ella, así que el camino de la resistencia es la manera de escapar. ¡Resiste en la tentación y serás un vencedor!

"Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte." Santiago 1:14-15.

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13.

Utiliza el poder del Espíritu Santo. Esa es la fuerza que necesitas para resistir la tentación hasta el final:

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:16-17.

“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,” 2 Corintios 10:4.

Pon la Palabra de Dios en tu corazón antes de que seas tentado para que la tengas cuando la necesites:

“En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” Salmos 119:11.

“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Efesios 6:10-11.

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” Salmos 119:9.

Recuerda tu pacto con Dios:

“Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” Génesis 39:9.

“Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” Job 31:1.

Ama a Jesús más que a tus deseos:

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” Juan 14:15.

“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.” Filipenses 3:8.

Ama la justicia:

“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” 1 Timoteo 6:11.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Mateo 5:6.

Ve el pecado al que eres tentado como algo despreciable, abominable y sobremanera pecaminoso:

“Cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.” Colosenses 3:6.

“Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos; de mano de los impíos los libra.” Salmos 97:10.

Resiste a Satanás en el momento de tentación. Jesús nos enseña cómo hacerlo: Usando la Palabra de Dios

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Santiago 4:7.

“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” Mateo 4:10.

Mantente cerca de Jesús:

“… Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” Hebreos 2:14-18.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13.

¡Recuerda que es Cristo quien vive en ti, y que ya estás muerto al pecado! El pecado no tiene dominio sobre ti:

“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias.” Romanos 6:11-12.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20.

“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” 1 Juan 4:4.

¡Ora! Ve al trono de gracia para recibir ayuda (poder para vencer) en el oportuno socorro – cuando eres tentado:

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” Romanos 6:14.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16.

Sigue el ejemplo de Jesús:

“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.” Hebreos 5:7-8.

La batalla ya está ganada, si solamente te mantienes firme y resistes en la tentación hasta el final:

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6.

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” Santiago 1:12.

Recuerda que vencer te lleva a una comunión más profunda con los otros creyentes. Luchamos los unos por los otros para que el cuerpo de Cristo pueda ser construido:

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” 1 Pedro 5:8-9.

“…escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.” Hebreos 11:25.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.