10 citas poderosas de Aksel J. Smith
Palabras de sabiduría para los que siguen el temor de Dios.
Aksel J. Smith fue un hombre temeroso de Dios que irradió las virtudes de Cristo. Dedicó su vida a guiar a otras personas a Cristo, en bondad y amor.
Smith vivió una vida en plena fidelidad hacia el evangelio de victoria sobre el pecado, y se situó en un profundo e ininterrumpido desarrollo interior toda su vida. Tuvo un profundo cuidado por los hombres y deseaba que todos encontraran el camino que conduce a la alegría y la paz. Lee más sobre Aksel J. Smith aquí.
Estas citas de Aksel J. Smith ofrecen una idea sobre las Leyes del Espíritu, las virtudes de Cristo, y las promesas que pertenecen a los temerosos de Dios.
Nuestra decisión diaria
Es hoy que elijo entre la vida y el bien y la muerte y el mal, ya sea recibiendo o rechazando las leyes del Espíritu de vida escritas en mi corazón.
Ansiedad
Todo lo que decimos y hacemos en ansiedad e intranquilidad, es desperdiciar nuestro valioso tiempo de vida. Todo lo que decimos y hacemos en el espíritu de la Fe causa grandes riquezas en este tiempo y la eternidad.
Un israelita espiritual
Un verdadero israelita espiritual nace por la palabra de verdad para libertad y victoria. Ellos llevan las promesas con ellos dondequiera que van, y siempre vienen con la plenitud de las bendiciones de Cristo.
La benignidad hace un hombre grande
Es más fácil ser duro, asumir el control y tomar represalias, sin embargo con benignidad uno se vuelve verdaderamente grande. (2 Samuel 22,35-36)
Examinar nuestras obras
Es una verdadera tentación examinar las obras de los demás, pero todo esto es negativo para la eternidad. Tenemos más que suficiente con examinar nuestras propias obras y ver cómo podemos hacer todo más perfecto para la gloria de Cristo.
Amor
A través de la obediencia a los mandamientos de Cristo entramos en este amor perfecto, que hace posible que nos amemos unos a otros así como Cristo nos ha amado. Esto es lo más grande que podemos alcanzar a través del amor de Cristo. (Juan 13,34)
Las promesas de Dios
Todas las promesas de Dios son verdaderas, y se cumplirán en nuestras vidas a medida que vayamos cumpliendo las condiciones. Es cierto que somos vencedores, por lo tanto también es cierto que vamos a heredar todas las cosas, y nos sentaremos en tronos junto con Él. (Apocalipsis 21,7 y Apocalipsis 3,21)
Benignidad
La benignidad es una de los frutos nobles del Espíritu. Si queremos anunciar la gloria de la benignidad, entonces es necesario un aplastamiento de todo lo que es duro en nuestra propia vida. La benignidad está firmemente unida a la sabiduría que es de lo alto, que es pura, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos. (Santiago 3,17)
Sigue a Cristo
Si hemos escuchado en nuestro corazón la voz del Buen Pastor: «¡Sígueme!» Si es así, entonces es una elección tan grande que todo en esta vida debe ceder el paso a esta voz. Si tenemos algo que está interrumpiendo el paso, entonces no somos aptos para el reino de los cielos.
El espíritu de la fe
[El espíritu de fe] es un espíritu entusiasta, lleno de paz y alegría. Este confía plenamente en el Dios de los milagros y su palabra y se goza, en perfecta paz. Este espíritu ha tirado el ancla de la esperanza en el mismo cielo y no en algo de esta tierra. Es por esto que no puede ser decepcionado o desanimado. El poseedor de este espíritu se encuentra en un terreno elevado y santo. Este ve la gloria detrás de una enfermedad, detrás de sufrimientos y tribulaciones, y habla palabras de fe a sí mismo y a los demás.
Estas citas están tomadas de los siguientes artículos de la revista de BCC «Tesoros Escondidos»: «Este es el día», «Ansiedad», «Israel espiritual», «La Benignidad», «Examinaos a vosotros mismos», «Él les dio mandamientos», «La verdad en nosotros», «¿Qué es lo que sale de ti? ¡Sígueme tú!» y «El espíritu de la fe.»
© Copyright Editorial Stiftelsen Skjulte Skatters, Noruega | brunstad.org
Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.