¿Para qué sirve la salvación?

¿Para qué sirve la salvación?

¿Qué harías si la salvación comprendiera mucho más de lo que pensaste?

¿Alguna vez deseaste poder retractarte de algo que dijiste? O te has lamentado de obras provocadas por causa de la ira? Alguna vez deseaste poder cambiar tu forma de pensar o tu forma de actuar? Quizás simplemente has aceptado que "¡así nací y tengo que aprender a vivir con ello!"

Quizás ahora pienses: ¿Salvación? Ya lo he intentado – he orado para ser salvo; mis pecados me fueron perdonados. ¡Pero aún sigo pensando y actuando de la misma manera que antes! ¿De qué se trata la salvación realmente?

¿Qué harías si escuchas que hay un camino de salida – una manera de ser realmente bueno en tus pensamientos, tus palabras y tus obras? Qué pasaría si escuchas que es posible para ti ser una nueva persona; una nueva criatura? "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." 2 Corintios 5:17. Todo esto es posible y existe una sola palabra para ello – ¡Salvación!

El ciclo de pecar y ser perdonado

El perdón de los pecados es un tremendo regalo que podemos recibir gratuitamente, a causa de la muerte de Jesús. Es un regalo que recibimos por misericordia y que no merecemos. Cuando decides vivir sinceramente para Dios, arrepentirte, pedir a Dios que perdone tus pecados pasados y reconciliarte con él, entonces inicias de inmediato con "borrón y cuenta nueva." Pero ¿cómo logras mantener en blanco las hojas de tu cuenta?

Si continúas con los mismos pensamientos, palabras y actitudes como antes, las hojas se mancharán pronto y nuevamente deberás reconocer que necesitas perdón. Muchos cristianos se han resignado a vivir en este círculo interminable de blanquear las hojas, solamente para volver a mancharlas, simplemente porque no han encontrado la manera de salir de esto.

Los discípulos de Jesús, sin embargo, han sido llamados a una salvación más profunda la cual se obtiene por la muerte de Jesús (es decir el perdón de los pecados). "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida." Romanos 5:10. Ésta es la vida que vivió Jesús cuando era un hombre la cual sus discípulos prosiguen.

¡Salvación requiere acción!

El diccionario define la salvación como el acto de salvar, proteger o liberar. Es decir, ¡Debes actuar para alcanzar el resultado final! El deseo de ser salvo no es suficiente; para ser salvo debes estar dispuesto a hacer lo que Dios quiere de ti – alejarte del camino ancho que lleva a la perdición y dirigirte al camino estrecho que lleva a la vida eterna.

En Santiago 1, 22  dice "…pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores…" Hay muchos otros versículos en la Biblia que utilizan palabras como: huir, proseguir, asirse, apartarse, luchar, etc. Todas éstas son palabras de acción; palabras que indican claramente que debes ser un "hacedor" para poder cambiar y salir del pecado para llegar a ser una nueva criatura en Dios.

Reconocer que necesitas ayuda

Cuando comiences en ese camino te darás cuenta rápidamente que no puedes cambiar nada por tu propia cuenta. Eres incapaz de salir de este círculo interminable de perdón, pecado, perdón, pecado. Deja que esto te lleve a la humildad, de manera que buscas ayuda. Dependerás completamente de Dios. Él está esperando ansiosamente para ayudar a aquellos que han llegado a la posición en la que reconocen que con su propia fuerza no son capaces de hacer su voluntad.

Sé sincero contigo mismo: "Sí, me enojo fácilmente. Sí, estoy celoso de mi amigo que tiene un empleo mejor, mejores calificaciones, tiene más amigos o tiene mejor apariencia. Sí, tengo pensamientos impuros. Sí, dije esas palabras para herirles porque ellos no me agradan. Si no puedes superar estas cosas aparentemente insignificantes ¿cómo pretendes salir victoriosamente de las pruebas verdaderamente grandes?

Cuando enfrentes al pecado y reconozcas que necesitas ayuda ¡puedes comenzar a cambiar! Este proceso de transformación es la salvación más profunda a través de la vida de Jesús – lo que la Biblia llama santificación (ser santificado). Si odias todas las cosas que encuentras en ti mismo, puedes recibir poder de Dios, mediante su palabra y la oración,  para acabar con ellas.

Trabaja en en tu propia salvación

Cuando este odio contra el pecado entre en tu corazón, comienzas a estar alerta a toda hora, durante todo el día. ¡Debes actuar de inmediato cuando eres tentado! Esto significa trabajar en tu salvación con temor y temblor. (Filipenses 2:12) Comienza pensando en la palabra de Dios. Clama a Dios para que te ayude a decir "¡No!" Entonces puedes detener los pensamientos antes de que entren en tu corazón, o las palabras antes de decirlas. Debes hacer esto cada vez que seas tentado.

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Hebreos 4:16. Éste "tiempo oportuno" es antes de pecar. ¡No permitas que la tentación se transforme en pecado!

Si lo haces de esta manera, reconocerás que la promesa de Dios, acerca de ser una nueva criatura, comienza a cumplirse en ti. Las "cosas viejas" pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Eres cada vez más libre de las inclinaciones y las reacciones humanas – ¡Libre para servir a Dios con todo tu corazón, y libre para bendecir a los demás mediante tu vida!

A medida que progresas en este camino hacia la salvación, tu vida será cada vez más como el cielo sobre la tierra, y ¡podrás experimentar el sabor de la eternidad! Vivirás que lo que está escrito en Hebreos 7,25 será una realidad personal: "Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios …" ¡Serás parte de una salvación más profunda!

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.